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Entrevista:ROBERT GALLO | Codescubridor del virus del sida

"Para frenar el sida no basta con dar más dinero, hay que dar conocimiento"

Siempre polémico, el estadounidense Robert Gallo (Waterbury, Connecticut, 1937), premio Príncipe de Asturias por su codescubrimiento del virus del sida, habla deprisa y no evita los temas difíciles: científicos, ONG o periodistas no escapan a sus críticas. Tras dejar los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE UU, dirige el Instituto de Virología Humana de la Universidad de Maryland. El jueves pasado recibió de manos del Rey en Madrid un premio de la Fundación Mutua Madrileña.

Pregunta. ¿Qué opina sobre el virus super-resistente del sida detectado en Nueva York?

Respuesta. La alarma por el supervirus de Nueva York es ridícula. Hace más de cinco años que sabemos que existe un peligro con las resistencias. Pero hasta ahora, cada vez que ha aparecido un virus que podría ser multirresistente, ha aparecido un medicamento para combatirlo.

"La alarma por el supervirus de Nueva York es ridícula. No hay evidencia de que exista"
"Nos acusan de no crear medicamentos para pobres, pero cuando lo intentamos no nos dejan"
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P. Entonces, ¿por qué se hizo el anuncio a bombo y platillo?

R. Puede que sea útil para las autoridades de Nueva York hablar acerca de resistencias. Eso está bien, porque hace falta que se sepa que existe esa posibilidad, porque hay mucha gente que ha descuidado la prevención.

P. ¿Cómo explica que científicos de renombre, como David Ho, participaran en la alarma?

R. No es la primera vez que Ho participa en algo parecido. Pero es como en el cuento de Pedro y el lobo: si uno se dedica a asustar con algo que luego no resulta ser cierto, la gente acaba por no creer nunca más las advertencias, aunque sean verdad. Anuncios como el del descubrimiento de este tipo de virus se han hecho muchas veces, y han sido prematuros, un error y exagerados. Por dejarlo claro: no hay la menor evidencia de que exista un supervirus.

P. Donde sí hay problemas es en África. ¿Se está haciendo lo suficiente?

R. Se está empezando a hacer. Y tengo que decir que sólo Estados Unidos da más dinero que toda Europa junta, aunque parece que tenemos que estar siempre pidiendo perdón por lo que damos. Lo que pasa es que en vez de soltar mil millones de dólares de golpe, el Gobierno de Bush lo va dando poco a poco.

P. ¿Y por qué sería malo dar más dinero?

R. No es que sea malo. Para frenar el sida no basta con dar más dinero, hay que dar conocimiento. Y nosotros, que nos hemos enfrentado al sida antes, tenemos la experiencia para hacerlo. Si no, crearemos más resistencias. No basta con que lleguemos y les arrojemos las medicinas. Así podremos salvar una vida un año, pero crearemos a medio plazo un problema mayor.

P. Eso parece una excusa.

R. No es ninguna excusa. Lo que yo digo es que hay que dar dinero y conocimiento a la vez. Estoy de acuerdo en que hace falta el doble o el triple de lo que se está dando. Pero no basta con tirar mil millones de dólares el primer año. A veces cuando se oyen esas críticas de algunas ONG hay que preguntarse quién está detrás.

P. ¿Qué puede hacerse para extender el tratamiento?

R. Nos acusan de no crear medicamentos para pobres, pero cuando lo intentamos no nos dejan. Nos presentan un reparo ético. Nos dicen: "Eso no se puede dar en África porque no es lo que dan en Estados Unidos". Pero es que la situación no es la misma. Aquí ya hay retrovirales y quizá no haya que usar otras aproximaciones.

P. ¿Como cuáles?

R. Como las vacunas terapéuticas. Se tiene que hacer un uso inteligente y más agresivo de estos medicamentos. No se trata de coger un trozo de virus y decir: "Inyéctate esto, que van a aumentar tus defensas". Sabemos ya lo suficiente para escoger qué parte del virus inyectar. No funcionan tan bien como los cócteles de retrovirales, pero son baratas, fáciles de usar, y podrían parar la enfermedad. Pero por cuestiones éticas no nos dejan probarlas.

P. Las vacunas terapéuticas se usan cuando una persona está infectada. ¿Y las preventivas?

R. Los periodistas siempre me preguntan por ellas, pero si yo fuera periodista no esperaría demasiado de ellas. Hasta ahora todas las que se han probado han fracasado. Pero tienen un punto bueno: nos han servido para conocer mejor cómo actúa el virus, y eso es muy útil.

El científico estadounidense Robert Gallo.
El científico estadounidense Robert Gallo.ASSOCIATED PRESS

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