"El derecho al aborto es peligroso"
La islámica Kamilia Helmy plantea reservas a las medidas de Pekín
Las representantes musulmanas han llegado a la cumbre de Nueva York con una idea clara: "No se debe forzar la adopción de leyes o de documentos que creen conflicto con nuestra religión y cultura". La egipcia Kamilia Helmy, de 42 años, es la líder del Comité Islámico que defiende los derechos de la mujer y de las niñas en 12 países. Casada, dice que su marido está obligado "a trabajar y a ocuparse de la familia". "Somos como jarrones de porcelana y debemos ser tratadas con delicadez. Si los hombres se ajustaran a esto, las mujeres estarán perfectamente", afirma.
Helmy asegura que las mujeres de los países islámicos no sufren "la feminización de la pobreza" como en otras regiones. Asegura no sentirse discriminada y explica que si la mujer está cualificada para un empleo o un puesto político, puede acceder a él en las mismas condiciones que los hombres. Señala que si se elige al hombre en lugar de a la mujer para ocupar un puesto de trabajo, "es por otras razones que van más allá de la cuestión religiosa". Está en contra de "las políticas que empujan a la mujer, esté cualificada o no, a ocupar un puesto de poder". Es uno de los puntos donde las islámicas se desmarcan de la conferencia.
El aborto es el principal punto de conflicto entre el mundo islámico y las acciones lanzadas en Pekín. "Nuestra religión prohíbe esta práctica, a no ser que la vida de la madre está en riesgo". Helmy insiste en que "es muy peligroso que el aborto se considere como un derecho de la mujer". Tampoco respaldan los anticonceptivos. Helmy dice que la abstinencia es la única vía que su religión admite.
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