60 anticuarios exhiben 10.000 obras en Arte Madrid
El encuentro se celebrará hasta el día 13
Vírgenes románicas, máscaras africanas, jarrones chinos, muebles modernistas y escritorios franceses del siglo XVII, reunidos en un mismo espacio con un solo factor en común: el peso de los años. A partir de hoy se pueden visitar los puestos de los 60 anticuarios que exponen en la séptima edición del salón de la Federación Española de Anticuarios, Arte Madrid.
Un comité de ocho expertos -catedráticos, directores y conservadores de museos y anticuarios de reconocido prestigio- examinó ayer todas las piezas para evaluar su calidad antes de abrir la feria al público. Ocho antigüedades de las más de 10.000 expuestas no pasaron el control de calidad, la mayoría por un exceso de restauración. "Comprobamos su correcta clasificación, y si tienen más del 20% restaurado se las retira porque la obra se desvirtúa", explica Antonio Serrano, uno de los expertos y tesorero de la Federación de Anticuarios.
En las casetas se pueden encontrar piezas de los rincones del mundo más remotos, como la colección de marfiles japoneses de Ferrán López, las máscaras africanas de Raquel Montagut y las manufacturas egipcias y romanas de Elisenda Barbié.
"Al establecer el precio depende más del sentido común, la intuición y del conocimiento que tengas que de unos parámetros objetivos", explica el anticuario bilbaíno Jorge Portuondo, mientras muestra un escritorio francés de 1780 del ebanista Gilbert: "Puede costar unos 25 millones de pesetas, pero como éste habrá tres en el mundo, seguramente en palacios".
Como la mayoría de los anticuarios, los precios los dice en pesetas. "Al hablar de determinadas cantidades, con los euros se pierden las referencias", asegura el anticuario madrileño Francisco Escudero, que mantiene la profesión por herencia familiar desde hace tres generaciones. Cuenta que cada coleccionista tiene su propia "joya de la corona" -piezas que sacan a exposición para lucirlas, aunque prefieren no venderlas-. La suya, un crucifijo "rarísimo" de bronce y coral de trapaní de Sicilia del siglo XVII. "El anticuario tiene que buscar cosas raras y nos gusta presumir. Más que un negocio, muestro mis logros, mi exclusiva, y eso me va dando prestigio". En el caso de Raquel Montagut, es una figurita Ibedji, de los yoruba de Nigeria: su precio, 1.500 euros. "Si alguien la quiere, le diré que está reservada", cuenta sonriente con cara de traviesa.
El año pasado, más de 21.000 personas pasaron por esta feria, pero el perfil de los compradores es siempre similar, según afirma Antonio Serrano: "Muchos coleccionistas, pero el mejor cliente de un anticuario es otro anticuario. El 50% de las piezas nos las vendemos entre nosotros".
Arte Madrid permanecerá abierta en el Palacio de Exposiciones de (paseo de la Castellana, 99) de Madrid hasta el próximo día 13, de 11.30 a 21.30 horas.
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