Conmoción en Alcarràs
Trabajadores y vecinos del pueblo se muestran sorprendidos e indignados por el cierre de la planta anunciado por Wrigley
La noticia de que Wrigley cerrará en junio la fábrica de chicles Joyco de Alcarràs (Segrià) ha caído como un mazazo entre los vecinos de esta localidad por las graves consecuencias económicas y sociales que tendrá para muchas familias, ya que 230 personas, la mayoría mujeres, se quedarán sin trabajo. El comité de empresa ha anunciado acciones sindicales y de fuerza necesarias para evitar el cierre.
Los trabajadores se mostraron ayer sorprendidos e indignados por la decisión de Wrigley por el hecho de que, aparentemente, la empresa no tiene problemas económicos. La empresa quiere concentrar la producción en la planta que tiene en Tarazona (Zaragoza) y ha ofrecido recolocar allí a 90 trabajadores de Alcarràs, una solución que rechaza el comité de empresa.
Sindicatos e instituciones expresaron ayer su apoyo a los trabajadores en su lucha por defender sus empleos. El 80% de los trabajadores de Joyco viven en Alcarràs y el resto en poblaciones vecinas, y el 80% son mujeres con una media de edad de 35 años. También hay muchos matrimonios que trabajan en la fábrica, por lo que el cierre dejará a muchas familias en difícil situación económica. "No puede ser que cierren empresas de esta manera fría y sin argumentos. Por eso todos los grupos políticos del Ayuntamiento queremos luchar hasta el final al lado de los trabajadores", señaló ayer el alcalde de Alcarràs, el convergente Gerard Serra.
Serra ha lamentado el impacto social del cierre de Joyco. "Es algo que no se podrá pagar con dinero. Joyco ha significado mucho para el pueblo, pero es cierto que muchos vecinos han perdido la salud por la empresa. No nos han regalado nada. Lo que tenemos que hacer a partir de ahora es trabajar para evitar el cierre. Si no es posible, negociaremos las máximas compensaciones y trabajaremos por las recolocaciones", añadió.
La directora de los servicios territoriales de Trabajo e Industria en Lleida, Pilar Nadal, recordó que, cuando la multinacional presente un expediente de regulación de empleo, la Administración lo examinará con lupa y exigirá un plan social que favorezca los intereses de los trabajadores.
