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INCENDIO EN EL CORAZÓN FINANCIERO DE MADRID

La mitad de los mayores rascacielos de Madrid carece de aspersores contra el fuego

La normativa regional vigente obliga a instalar extintores automáticos antes de marzo de 2006

Carlos E. Cué

El caso del edificio Windsor no es único. La mitad de las ocho mayores construcciones de Madrid -la quemada era la octava- carece también de aspersores automáticos antiincendios. No tiene extintores automáticos uno de los inmuebles más altos, Torre de Madrid (142 metros), construido en 1957, aunque tiene previsto colocarlos. El edificio España (117 metros) tampoco tiene. Ni siquiera el más moderno, Torre Europa (121 metros), frente al estadio Santiago Bernabéu, de 1985, posee ese sistema que, según la normativa vigente en Madrid, deben instalar estos rascacielos antes de marzo de 2006.

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De los ocho principales edificios de Madrid, sólo tres tienen ya instalados los sistemas más modernos contra incendios y especialmente los aspersores automáticos de agua que, según todos los expertos consultados, habrían salvado un edificio como el Windsor.

Dos de los rascacielos, los más modernos, se construyeron ya con estos sistemas: las Torres KIO, en la plaza de Castilla (de 114 metros, construidas en 1998), y la Torre Picasso (157 metros, terminada en 1989), tomada como ejemplo por todos de avance tecnológico y edificio inteligente. El otro, el del BBVA (107 metros, de 1980), los ha instalado más tarde, así como una nueva escalera de incendios.

Tres empresas instaladas en las Torres Colón, (116 metros, construidas en 1976), antigua sede de Rumasa y hoy de diversas compañías pequeñas, señalaron ayer que no hay instalados rociadores automáticos en los techos, aunque tanto la recepción como la propiedad de la empresa se negó a confirmarlo o desmentirlo.

Los sistemas automáticos de extinción, a pesar de tener una efectividad demostrada y un coste muy reducido, sólo son obligatorios en Madrid desde 2003 y para los edificios superiores a 100 metros. De hecho, el Windsor los estaba instalando sin tener obligación para ello, ya que su nivel de evacuación era inferior a 100 metros, porque en la parte más alta no había oficinas.

La disposición adicional segunda del reglamento de la Comunidad de Madrid, el más restrictivo de España, exige a los edificios superiores a 100 metros colocar los sistemas automáticos de extinción en un máximo de tres años. Si no, tienen que presentar un plan alternativo. El gerente del tercer rascacielos de Madrid, Torre Europa, Juan Castilforte, explica que el edificio sólo tiene rociadores en la zona de máquinas, aparcamientos y en el subsuelo. Pero no tiene en las oficinas, de manera que la situación es similar a la del Windsor. Castilforte señala: "Soy partidario de instalarlos aunque no sea obligatorio, para conservar la propiedad. Aquí se hará en cuanto tengamos una reforma importante que ahora no está prevista".

También está previsto colocarlos en la Torre Madrid, un viejo coloso de hormigón en la Plaza de España. Pero ahora no están. Un recorrido por sus instalaciones y cualquiera de las empresas que están en los 14 pisos dedicados a oficinas lo deja bien claro. Ayer había algunos empresarios en la recepción interesándose por el sistema antiincendios, preocupados porque les pueda suceder algo similar a lo de Deloitte, que ocupaba 20 pisos del Windsor y ha perdido todo lo que allí tenía. Más anticuado aún está el Edificio España. Allí tampoco hay aspersores, sólo detectores que avisan del fuego.

Problema de sensibilidad

Los técnicos coinciden en que hay un problema de sensibilidad. "La normativa siempre se ha preocupado por las personas, sistemas de evacuación y demás, pero no por los edificios", explica Pedro Úbeda, especialista durante 40 años en sistemas contra incendios que actualmente trabaja en la ampliación del aeropuerto de Barajas. "Las normas dejan a la propiedad que decida si quiere salvar su edificio, y como no hay cultura, los constructores ahorran por lo de los rociadores, que es mucho más barato que la moqueta o las maderas nobles que arden como una tea y sin embargo todos ponen. No es una cuestión sólo de normativa. Nadie te obliga a poner aire acondicionado, y sin embargo siempre se hace porque si no no alquilas ni una oficina. Pero lo de evitar un incendio nunca es una prioridad".

Para los edificios con menos de 100 metros de altura, no hay obligación de instalar aspersores, a pesar de que las escalas de los bomberos sólo alcanzan los 50 metros. "Es un gasto mínimo, pero no hay conciencia. Se hace como un añadido al proyecto, y no puede ser", explica Rafael Sarasola, presidente de Tecnifuego.

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