_
_
_
_
Reportaje:INCENDIO EN EL CORAZÓN FINANCIERO DE MADRID

Parapetados en la ley estatal de 1996

La mayoría de las comunidades no ha desarrollado una normativa específica sobre prevención de incendios en rascacielos

La mayor parte de las comunidades autónomas se rigen por la norma básica de edificación del año 1996, que obliga a los edificios de uso administrativo, como el Windsor, tan solo a disponer de rociadores de agua en los espacios destinados a documentación y almacenes de material de oficina y en los destinados a imprenta o reprografía. Además, la legislación estatal no habla de alturas en los edificios de uso administrativo, sólo están obligados a instalar rociadores de agua aquellos cuya superficie construida supere los 5.000 metros cuadrados. En el caso de los locales comerciales, deben disponer de este tipo de extintores a partir de 1.500 metros cuadrados.

La normativa sólo establece obligaciones vinculadas a la altura en los hoteles. Tienen el deber de instalar aspersores en todo el edificio aquellos cuya altura de evacuación exceda los 28 metros.

Más información
La mitad de los mayores rascacielos de Madrid carece de aspersores contra el fuego
Los bomberos detectan que la estructura del Windsor está "bastante afectada e inestable"

ANDALUCÍA Modificaciones puntuales

La Junta de Andalucía no ha legislado nada en materia de prevención de incendios en grandes edificios, y la normativa que se aplica es la estatal, con modificaciones puntuales de las distintas gerencias de urbanismo municipales. El Ayuntamiento de Sevilla no tiene una normativa propia. En la ciudad, no obstante, no hay ningún inmueble que supere los 100 metros de altura. El más alto sigue siendo la Giralda, de 97 metros. Entre los edificios para uso residencial o de oficinas, sobresalen las torres de la Buhaira y de Los Remedios, de alrededor de 60 metros. En las 18 plantas, dedicadas a oficinas, de este último existen detectores de humo y extintores, aunque no rociadores de techo.

En Málaga, el Ayuntamiento aprobó en 2003 una ordenanza que complementa la legislación estatal, que establece que para la concesión de licencias de obra, instalación, primera ocupación o apertura de determinados edificios, entre ellos los de viviendas con más de 28 metros de altura de evacuación, es obligatorio que el cuerpo de bomberos haya emitido un informe técnico favorable en materia de prevención de incendios. Sin embargo, éste sólo es obligatorio para los edificios de nueva construcción o los que vayan a remodelarse o a cambiar de actividad, por lo que, en principio, no afectaría a los más altos de la ciudad. La torre de la Catedral, con casi 90 metros, es la construcción de mayor altura.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

CATALUÑA Nuevos anexos

Si un edificio de las mismas características que el Windsor se hubiera construido en la misma fecha, pero en Barcelona, hubiera contado "prácticamente con los mismos sistemas de prevención contra incendios". Se trata de la opinión del jefe de la división de protección civil y prevención de bomberos de Barcelona, Jesús Martínez Viejo.

En Barcelona siempre se intenta reforzar las normativas nacionales en esta materia "con la creación de nuevos anexos, para hacerlas más restrictivas", explica. Pero esos cambios nunca han llegado a ser verdaderamente significativos.

Después de los atentados del 11-S, al ver cómo los bomberos no podían hacer nada por controlar el fuego, se decidió estudiar más a fondo cuáles podrían ser las claves para mejorar la seguridad en las construcciones de gran altura. El resultado fue la redacción de nuevas modificaciones todavía más taxativas. Pero estos nuevos anexos aún no son oficiales. Desde 2002, todos los edificios construidos en Barcelona, como los hoteles o los inmuebles para oficinas que se levantaron para la celebración del Fòrum, cumplen con las restricciones establecidas en esos nuevos anexos. Los nuevos edificios de más de 50 metros, independientemente de su uso, cuentan entre otras modificaciones con sistemas de extinción automática.

VALENCIA Benidorm y sus rascacielos

Benidorm, la ciudad de España con más rascacielos, carece de ordenanza propia. "Todos cumplen con la legislación estatal", asegura José Luis Camarasa, el arquitecto municipal. La Comunidad Valenciana tampoco ha desarrollado una normativa específica. Aunque muchos ayuntamientos, como en Valencia, han introducido aspectos no obligatorios en la ley básica relacionados con la accesibilidad de los edificios y la dotación de puntos de agua en la vía pública. La ciudad alberga una decena de torres. La más alta, con 105 metros de altura, dispone de detectores de humo y pulsadores de alarma en cada pasillo, dos ascensores de emergencia y una columna seca que permite a introducir presión de agua y hacerla llegar a todas las plantas, explica el jefe de bomberos, Julián Rodríguez. El Ayuntamiento realiza inspecciones periódicas en "todos los edificios de riesgo".

La normativa exige, a partir de los 50 metros de evacuación, sistemas de detección y alarmas acústicas. Los sistemas automáticos de extinción son obligatorios en los hoteles a partir de los 28 metros, pero no en las viviendas. "Con la legislación actual, el caso del Windsor no pasaría", opinan en el servicio de prevención de la ciudad. Alicante dispone de una ordenanza propia, aunque en esta ciudad sólo hay dos rascacielos, ambos adaptados a la normativa de 1996.

PAÍS VASCO Edificios del siglo pasado

La gran mayoría de los rascacielos fueron construidos en la última mitad del siglo pasado, antes de la entrada en vigor de la normativa básica de edificación. Aunque están dotados de los medios básicos de protección, no admiten modificaciones estructurales para dotarles de escaleras protegidas para desalojar al personal o columnas interiores para inyectar agua desde el exterior, asegura Pedro Izaga, del servicio de Protección Civil del Ayuntamiento de Bilbao. Es el caso de las torres de viviendas repartidas por toda la capital vizcaína. Son más de una veintena de gigantes de hormigón que superan los 17 pisos de altura y que, a juicio de Izaga, "no se pueden adecuar íntegramente a la normativa actual".

Sobre todos los rascacielos de la ciudad se eleva la sede del BBVA. Con 22 plantas, alcanza los 85 metros, y cuenta con un sistema de evacuación y detección de humos, y rociadores en las zonas de más riesgo. En San Sebastián, la torre de Atotxa, de 18 pisos, es junto a los rascacielos de Bidebieta y los cinco grandes edificios de Amara, el techo de la capital guipuzcoana. En Vitoria, todos los edificios están por debajo de los 50 metros. La edificación más alta es la conocida como Zaramaga, un inmueble de 14 plantas.

Con información de Reyes Rincón, Cecilia Jan, Mikel Ormazábal, Alberto Uriona, Sara Velert, Luis D. Martínez, Borja Vilaseca y Patricia Martín.

Edificio del hotel Bali en Benidorm.
Edificio del hotel Bali en Benidorm.JESÚS CISCAR

A prueba de fuego

El director del edificio más alto de España, el Gran Hotel Bali de Benidorm (de 186 metros de altura y 52 pisos), Enrique Castell, asegura que apagarían cualquier incendio "antes de que se extendiese". Lo afirma debido a que en el Bali todas las puertas de las habitaciones resisten el fuego durante 120 minutos. Tiene sensores y rociadores de agua en todos los dormitorios y espacios públicos. Estos se alimentan de contenedores, independientes de la red de agua principal, que albergan 150.000 litros. También hay extintores, mangueras y columnas secas para uso de los bomberos en todas las plantas. El cableado es ignífugo, arde pero sin emitir humo. La escalera de emergencia no es exterior pero tiene ventanas abatibles que se abrirían automáticamente en caso de fuego.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_