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Muñoz Avia retrata con humor las obsesiones del individuo

El autor publica 'Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos'

Aurora Intxausti

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Un humor entremezclado con una sutil ironía le permiten a Rodrigo Muñoz Avia (Madrid, 1967) realizar un análisis perturbador del alma moderna y de las imposturas sociales del individuo en Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos (Alfaguara). "Soy una persona tímida capaz de transformarme cuando me pongo a escribir. Mi sentido del humor cambia en la escritura, y es algo que resulta gratificante", dice el escritor.

"Tenía necesidad de producir en la literatura algo cómodo y cercano. He enmarcado la novela en una zona que conozco bien, el parque del Conde de Orgaz, donde he vivido 25 años, y un mundo que me puede resultar más o menos próximo para hablar de unos personajes que pululan en nuestra sociedad y que tratan de solucionar todos sus problemas con psiquiatras y psicólogos", apunta el escritor.

El protagonista de Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos, Rodrigo Montalvo Letellier, es el colmo de la placidez. Su mujer, sus hijos y su gato le quieren con locura. Vive en una posición económica cómoda y sin sobresaltos. Es un hombre feliz, o al menos es lo que él siempre ha creído, hasta que un día un psiquiatra le hace dudar y el mundo se le viene encima. "Tenía que utilizar un lenguaje ágil y con ironía para poder denunciar la excesiva psicologización del individuo. Cada vez más nos estamos haciendo más dependientes del tratamiento médico y de fármacos para tratar los problemas más comunes. Estás un poco triste y piensas que tienes una depresión de caballo, y cuando no te salen bien las cosas ya consideras que eres infeliz. Estamos en un momento en que se calibra todo, hasta la felicidad, y está resultando obsesivo".

Sin ser radicalmente opuesto a los beneficios terapéuticos que pueden tener los sanadores de la mente, Muñoz Avia critica "el estado policial al que sometemos nuestras emociones". El autor de esta novela cree que el gran éxito de los psicólogos radica en que te permiten hablar de ti mismo durante una hora.

Desde la primera línea de la novela, el personaje descubre cómo ha ido cambiando su estado anímico. "Antes de ir al psiquiatra yo era una persona feliz. Ahora soy disléxico, obsesivo, depresivo y tengo miedo a la muerte, o sea, miedo". Muñoz caricaturiza la relación del protagonista con el mundo de la psicología y la psiquiatría. "El recorrido que hace el protagonista puede ser el itinerario clínico de un hombre capaz de incubar una enfermedad por el solo hecho de pensarla o, también, una denuncia de la conciencia del hombre moderno que, teniéndolo todo, se siente vacío por dentro", señala.

Rodrigo Muñoz Avia, hijo de los pintores Lucio Muñoz y Amalia Avia, es autor de varios estudios sobre sus pinturas. "Ha sido una suerte tenerlos como padres porque han sido capaces de transmitirme que es posible vivir de lo que te gusta".

El escritor Rodrigo Muñoz Avia, en Madrid.
El escritor Rodrigo Muñoz Avia, en Madrid.GORKA LEJARCEGI
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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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