Los autores piden medidas concretas y coordinación de las políticas públicas
Eduardo Bautista considera inevitable la reducción de las subvenciones directas a la cultura
La falta de coordinación en materia cultural entre las distintas administraciones es uno de los muchos problemas que afectan al sector de la creación en España. Lo explicitaron ayer algunos autores en un frustrado debate con consejeros autonómicos de Cultura en el que no hubo tiempo más que para la explicación genérica de las respectivas políticas. Poco antes, y también dentro del III Encuentro Nacional de Creadores que se celebra en Barcelona, Eduardo Bautista, presidente ejecutivo de la SGAE, consideró inevitable la tendencia mundial de reducción del dinero público en la cultura, pero señaló que en España antes hay que dotar y aumentar los equipamientos y contar con "una buena ley de incentivos fiscales".
Casi fue una rebelión en toda regla. Durante aproximadamente dos horas, más de un centenar de autores escucharon las largas intervenciones ensimismadas de los responsables de Cultura de las comunidades autónomas de Cataluña, Canarias, Andalucía y País Vasco, además de la coordinadora de Cultura del PP y del presidente de la Comisión de Cultura de la Federación Española de Municipios. Fue más o menos interesante según los casos; unos explicaron sus planes de acción cultural y otros reflexionaron en general sobre la cultura, pero no hubo debate entre ellos ni tampoco parecieron preocupados por la falta de contactos y coordinación entre las diferentes políticas.
Cuando el moderador dio por cerrado el debate, ya que, anunció, se había agotado el tiempo previsto, algunos de los autores estallaron y, como era de prever, el debate tuvo que alargarse ante la mirada impasible de los políticos. Uno llegó incluso a pedir el boicoteo al acto de clausura -que hoy estaba previsto que presidiera José Luis Rodríguez Zapatero, si bien a mediodía de ayer disculpó su presencia, por lo que será sustituido por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega-, ya que consideró que "sólo nos queda la pataleta porque aquí todo ya está predeterminado".
Otro increpó a los políticos diciéndoles que querían medidas concretas, entre ellas que obliguen a las televisiones autonómicas a pagar los derechos de autor que a su juicio escatiman. Varias intervenciones destacaron la escasa o nula coordinación entre las autonomías, lo que impide la realización de circuitos de exhibición o distribución de las producciones culturales; también se destacó la infrautilización de la red de auditorios, la necesidad de "un estatuto de los autores" con rango de ley como el de los trabajadores, medidas concretas contra la piratería, un mayor control y equilibrio del gasto público en cultura o la participación de los creadores en los consejos de las televisiones públicas o en los departamentos de las distintas administraciones para evitar su excesiva subordinación a los vaivenes políticos.
Empatía
Habría habido muchas más intervenciones porque éste era el debate a priori que mayor expectativa había despertado, pero un responsable de la Fundación Autor acabó por fin el acto anunciando que algunos ponentes "perdían el avión si no se iban en 10 minutos", y se comprometió a organizar en el plazo de un año un debate amplio entre políticos y autores. Hubo tiempo antes de alguna intervención, como la de la actriz Isabel Requena, que, respecto al supuesto tema del debate -diversidad cultural y cooperación entre autonomías-, apoyó lo dicho por otros compañeros en el sentido de que los autores "ya de por sí son diversos y multiculturales", y recalcó que no se avanzará en el reconocimiento de la diversidad cultural interna si no hay algún programa estatal de "empatía" entre las diferentes lenguas del Estado; no se considera tan normal programar obras en las diferentes lenguas del Estado subtituladas como lo es cuando los espectáculos son en inglés, y, también, "si sigue siendo imposible, como ahora lo es, que por ejemplo en la Escuela Oficial de Idiomas de Valencia se pueda estudiar euskera".
Antes, y en el mismo escenario -el Teatro Nacional de Cataluña-, el presidente del consejo de dirección de la SGAE, Eduardo Bautista, había analizado algunos de los puntos del encuentro. Bautista reclamó un tratamiento fiscal adecuado para los creadores que pasa, por ejemplo, por facilitar que puedan distribuir sus ingresos en varios ejercicios, ya que, recordó, un autor puede estar tres o cuatro años trabajando en una obra y sólo cobra al final, lo que le impide poder desgravar sus gastos a lo largo de los años en los que realmente ha estado elaborando la obra.
También constató que "el dinero se retira lenta pero sistemáticamente de la cultura". El supuesto aumento de los presupuestos, indicó, "es una actualización de los sueldos del aparato de gestión cultural, pero no se invierte en más actividades". Es una tendencia internacional que, señaló, "tiene cierta lógica" porque "sería mejor tener una buena ley de incentivos fiscales y un sistema de créditos blandos para las industrias culturales". Con todo, recordó que en España el dinero público, concretamente las subvenciones, no pueden retirarse sin que antes se haya dotado a todo el país de un plan de equipamientos suficiente y creado el marco legal que incentive la participación de la sociedad civil. "El mundo de la cultura es el que menos dinero recibe del Estado, pero tiene una imagen injusta porque algunos sectores de la sociedad lo desprecian", indicó.
Entre las muchas deficiencias detectadas por los autores, Bautista comentó la concentración de los canales y programas de distribución de los productos culturales en pocas manos y la necesidad de "aplicar las medidas legales que ya existen para frenar la piratería".
Babelia
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