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EL DEBATE PARLAMENTARIO DEL 'PLAN IBARRETXE'

Zapatero: "El debate libre es el primer paso para el entendimiento"

"No hay que alimentar la crispación. Estoy dispuesto a hacer autocrítica"

Elsa Granda

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, apeló ayer a su famoso talante para reclamar una mejora de la convivencia, que en su opinión pasa "por extender el diálogo entre territorios, pueblos e identidades". Justo 48 horas antes del debate en el Congreso de los Diputados del proyecto de Estatuto del lehendakari, Zapatero lanzó el siguiente mensaje: "Cuando hay debate democrático, sano, abierto y libre, se puede estar en la diferencia más profunda hoy, pero es el primer paso para llegar al entendimiento mañana".

El plan Ibarretxe y las agrias disputas políticas de las últimas semanas planearon, sin ser mencionados, en el acto celebrado en el Teatro de la Casa de Campo de Madrid, donde los socialistas presentaban un proyecto para construir 11.000 viviendas (7.000 de ellas protegidas) en terrenos del Ministerio de Defensa en el suroeste de Madrid. El presidente del Gobierno comenzó su intervención con un propósito claro: "No voy a criticar a nadie". En ese momento un simpatizante del PSOE, aprovechado un silencio, dijo: "¡Dales caña, Zapatero!". "Ahora más que nunca tengo que dar ejemplo", replicó entonces él.

Su referencia al diálogo "con el mejor talante" provocó risas de complicidad de los asistentes al acto. Esta idea hiló todo su discurso y fue calificada por el presidente como "determinante" para el éxito de sus políticas: "Hay que alimentar la convivencia y no la crispación, ni lo que nos separa". Incluso se prestó a hacer autocrítica, "porque algún error", dijo, "cometemos y no supone ningún problema reconocerlo. Ninguno. Ya sabéis quiénes son los que nunca se equivocan".

Zapatero reclamó entonces una política "que mire por encima de la confrontación" para lograr una convivencia, "que se consigue ampliando el diálogo entre territorios, pueblos e identidades". En una de sus frases más aplaudidas, pidió un debate "democrático sano, abierto y libre", porque, añadió, "se puede estar en la diferencia más profunda hoy, pero el debate es el primer paso para llegar a un entendimiento mañana".

Cuando llegó el momento de hablar de vivienda, y como el presidente se había hecho el propósito de no realizar ninguna crítica, tuvo que quedarse en que "el suelo había estado pensado en función de los intereses de unos pocos para obtener excesivos beneficios". Y fueron sus teloneros quienes arremetieron con más crudeza contra el PP. En lo que sí se empeñó fue en defender la creación del Ministerio de Vivienda y a su titular, María Antonia Trujillo, que también estuvo presente en el acto: "Ésta es la razón de ser del ministerio, poner el suelo a disposición de la gente y no de los especuladores".

El presidente, que puso el proyecto de Madrid, la Operación Campamento, como modelo de su política en materia de vivienda, aseguró que las críticas respondían a que con él se colgaría figurativamente un cartel con el texto: "Absténgase especuladores".

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Tanto Trinidad Jiménez, secretaria de relaciones internacionales del PSOE y portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid; como Rafael Simancas, secretario general de los socialistas madrileños, aprovecharon la presentación del proyecto para arremeter contra la política de suelo del PP.

La primera indicó que los populares habían impedido durante 15 años el proyecto, y acusó al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, de querer "apuntarse el tanto", cuando "ha tenido oportunidad de atajar la especulación y no lo ha hecho". Simancas calificó los resultados de la política de vivienda del PP de "funestos, porque ha estado subordinada a los bolsillos de unos pocos mangantes".

El presidente aprovechó el acto para hacer un repaso de sus primeros meses de Gobierno: "Si en nueve meses hemos hecho esto, ¿os imagináis lo que podemos hacer en cuatro años?". Entre sus logros, habló de la ley contra la violencia de género, la subida de las pensiones, el descenso del paro, la recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo, la retirada de las tropas de Irak... Y remachó la enumeración con una insinuación: "Una sociedad como la nuestra se legisla a sí misma y no se legisla por ninguna fe".

También avanzó que en los próximos meses pretende alcanzar un gran acuerdo con empresarios y sindicatos para reducir la precariedad laboral y aumentar la creación de empleo estable.

José Luis Rodríguez Zapatero, junto a Trinidad Jiménez; detrás, Rafael Simancas.
José Luis Rodríguez Zapatero, junto a Trinidad Jiménez; detrás, Rafael Simancas.RICARDO GUTIÉRREZ

Europa y los egoísmos

Las referencias veladas al plan Ibarretxe continuaron cuando el presidente pidió el voto "masivo" a la Constitución europea. En un escenario creado por paneles azules en los que se podía leer: "Sí a la Constitución europea" y "PSOE, se trata de Europa", Zapatero se volcó en una defensa del en el referéndum del próximo 20 de febrero, porque, dijo, la Ley Fundamental de la UE "permite la superación de egoísmos, la división de las fronteras y los muros, que lo único que hacen es más pobres a los ciudadanos". Zapatero incidió en varias ocasiones en esa idea y recordó el lema de los Veinticinco: "Unidos en la diversidad".

En su defensa encendida de los valores que representa la UE y de las ventajas de que gozan sus miembros, el presidente apostilló: "Europa nos sienta muy bien a los españoles y es un proyecto que nos une pero permite todas las banderas y todas las identidades. Es un modelo para el siglo XXI", concluyó, arropado por un baño de aplausos.

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