El PP lamenta que el Gobierno no negocie la reforma educativa

El presidente del PP, Mariano Rajoy, apostó ayer porque el Gobierno socialista regrese a los postulados de la Ley de Calidad de Enseñanza (LOCE), aprobada en la anterior legislatura, basándose en cuatro principios: la autonomía de los centros educativos, primar el esfuerzo del alumno, dar libertad de elección a los padres y valorar al profesorado, al que definió como "el mayor capital de nuestro sistema educativo". También dijo que "hasta ahora" el Ejecutivo "no ha entablado ningún tipo de contacto" con su partido "para reformar la LOCE".

En el papel principal que Rajoy otorgó a la familia en el proceso educativo, el líder de la oposición apostó por la conciliación de la vida laboral y familiar. "Por eso, debemos contribuir a que los calendarios, los horarios escolares y las aperturas de los centros educativos tengan en cuenta las necesidades de los alumnos y de sus familias", dijo Rajoy en la clausura de la Convención de su partido sobre Educación, calidad, libertad y equidad, celebrada en Madrid.

Asimismo, Rajoy consideró "una necesidad" poder contar con centros educativos "institucionalmente fuertes". "Un centro débil, que no se rija por normas sólidas, que no sea capaz de crear un clima de estudio y de creación de hábitos y deberes, está abocado a la catástrofe", dijo. Para obtener esos centros fuertes es necesario que cada uno de ellos posea "su fisonomía propia", añadió.

El presidente del PP aprovechó su intervención para criticar la labor del Gobierno socialista. "¿Qué ha hecho hasta ahora? En estos 10 meses ha tomado tan sólo una sola decisión en materia educativa: paralizar la aplicación de la Ley de Calidad. Y lo ha hecho, además, utilizando la vía del decreto. Lo que es algo insólito en nuestra democracia, y que es la mejor definición que se puede dar de eso que llamamos el nuevo talante".

Según Rajoy, el Gobierno ha evitado poner en marcha una educación infantil con contenidos de mayor calidad; ha paralizado el adelanto del aprendizaje del inglés a partir de los seis años, y ha dejado sin oportunidades a los más de cincuenta mil alumnos que ya este curso podían haber accedido a los programas de iniciación profesional.