Empleo y paro en 2004
Las últimas semanas vengo dedicando esta columna a hacer un breve balance de los resultados económicos más importantes de la economía española durante 2004, al hilo de las publicaciones de las correspondientes estadísticas del último mes o trimestre del año. En la anterior comenté la evolución de los precios de consumo y en ésta le toca el turno al empleo y el paro, cuya estadística más importante, la Encuesta del Población Activa (EPA), hemos conocido esta semana con los datos del cuarto trimestre. Así como el año pasado fue negativo en cuanto a la inflación, en lo que respecta al empleo puede calificarse como positivo, siguiendo la tendencia de los últimos años.
Los datos del cuarto trimestre de la EPA confirmaron la nueva aceleración en el ritmo de avance del empleo que ya habían puesto de manifiesto la encuesta del tercer trimestre y los datos de afiliados a la Seguridad Social, rompiendo la tendencia a la baja del primer semestre (gráficos izquierdo y central). De ello se deduciría -suponiendo que, como es usual en el corto plazo, no haya habido cambios significativos en el crecimiento de la productividad por ocupado- que también el ritmo de crecimiento del PIB va al alza. A esta conclusión sería difícil de llegar examinando los indicadores de producción y demanda, pero el empleo canta, y todos los indicadores del mercado laboral van en la misma dirección.
El año pasado fue negativo en cuanto a la inflación, pero positivo en lo que respecta al empleo
La aceleración del empleo, por una parte, y la moderación del crecimiento de la población activa -probablemente explicado por la menor afluencia de inmigrantes- se ha traducido en una disminución importante del paro en la segunda mitad del año (gráfico derecho). También aquí las estadísticas son coherentes, pues la misma tendencia manifestó el paro registrado en las oficinas del Inem. Por cierto, desde mayo este organismo viene publicando la cifra de los demandantes de empleo no ocupados (DENOS), que suma a la del paro registrado aquellos colectivos que éste excluye como parados, pero que sí se incluirían utilizando la misma definición de paro de la EPA (unas 400.000 personas). Pues bien, la cifra de DENOS y de parados según la EPA son prácticamente coincidentes: 2,075 millones y 2,019 millones de personas, respectivamente, para la media del segundo semestre. Parece que se va aclarando la confusión acerca de la verdadera magnitud del paro. La tasa media anual (10,8% de la población activa) disminuyó medio punto porcentual en 2004, pero aún quedan unos dos puntos por encima de la media de la zona del euro.
Entre las causas principales que están detrás de la creación de empleo, podemos citar la moderación salarial; la flexibilidad introducida en las reformas laborales en los últimos diez años; el fuerte aumento, en condiciones baratas y flexibles, de la oferta de mano de obra proveniente de la inmigración, y el crecimiento que registran diversas ramas productivas intensivas en empleo, como la construcción y los servicios sociales. La creación de puestos de trabajo es una de las características más positivas y singulares de la economía española, que no debiera perderse de vista en los proyectos de reformas varias que parece se van a llevar a cabo en este o en los próximos años. Éstas deben centrarse en reducir la elevada y negativa segmentación del mercado laboral (demasiada contratación temporal) y en introducir más flexibilidad y libertad a las partes contratantes de los convenios colectivos, pero todo ello con la vista puesta en la creación de empleo y aumento de la productividad.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.