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Jordi Llovet abre un ciclo dedicado a los grandes maestros de la crítica

Alrededor de los grandes maestros de la crítica literaria es el título de un ciclo, que se inauguró el martes en Caixafórum, en Barcelona, dentro del Año del Libro y la Lectura, con el objetivo de analizar lo que "se está haciendo en los últimos años en el campo de la crítica y la teoría literaria y la lectura", según explicó su coordinador, el catedrático de Literatura Comparada de la Universidad de Valencia Manuel Asensi.

La serie de conferencias se propone repensar el concepto de Weltliteratur (literatura universal), que acuñó Goethe, en el contexto de nuestro tiempo. Jordi Llovet, catedrático de Literatura Comparada de la Universidad de Barcelona, autor de libros como Lecciones de literatura universal o El sentido y la forma, traductor y editor de Kafka, Flaubert, Musil o Verlaine y colaborador de EL PAÍS, fue el encargado de abrir el ciclo y de situar el tema.

Llovet partió de la Weltliteratur para llegar a las literaturas menores, en el sentido de "pequeñas o minoritarias". "Todas las literaturas pueden ser universales, depende de su espíritu y aliento".

Llovet explicó que el autor de Fausto no sólo introdujo el concepto de literatura universal, sino que aportó la teoría del canon: la verdadera calidad. "Se debe partir de un mínimo" en la estética y técnica de una obra. "Ahora, en este aspecto, en nombre de minorías, cualquier cosa escrita de buena fe ya forma parte de la literatura universal. ¡Hasta los niños escriben! Todo es literatura".

Bloom, Porcel y el canon

El canon fue, precisamente, el tema que más interesó en el coloquio posterior. "Hay que hacer caso a lo que digan los sabios: George Steiner, Harold Bloom, Martín de Riquer... Vale la pena leer lo que ellos recomiendan. La gente ya sabe lo que tiene que leer, Los papeles póstumos del Club Pickwick, el Quijote, La odisea... O seguir lo que dijo Calvino: cuando un libro se puede leer varias veces, releer, si perdura a lo largo de los siglos".

Uno de los asistentes a la conferencia cuestionó el canon de Bloom: "Barre para casa". Llovet admitió que el estadounidense se guiaba a veces por las opiniones de colegas europeos y recordó que "fue Baltasar Porcel quien le pasó la lista para su 'canon catalán" -del que habló en 2003, cuando recibió el Premio Catalonia-. "Porcel se incluyó a sí mismo".

Algunos de los problemas de una literatura pequeña como la catalana son los paréntesis que ha sufrido -"no porque sus autores fueran unos vagos, sino porque fue perseguida"- y la falta de traducciones en ambos sentidos. "Faltan traducciones para recibir la tradición universal y tampoco grandes autores catalanes son conocidos fuera. Carles Riba es tan bueno como Rilke o Hölderlin, pero no lo conoce nadie. Tampoco a Carner o a Martí i Pol".

Llovet terminó su conferencia con una vindicación del papel de los críticos.

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