La Generalitat destina 3,2 millones a la política de ayudas al libro en catalán

Potenciar la industria editorial en catalán e incrementar el número de lectores. Estos son los objetivos de la nueva política de ayudas a la edición de libros en catalán anunciada ayer por el Departamento de Cultura de la Generalitat. Las nuevas medidas, que sustituyen la política del apoyo genérico y establecen sistemas de compras de novedades editoriales en catalán para las bibliotecas, cuentan para 2005 con un presupuesto de 3,2 millones de euros, 1,2 millones más que la cifra destinada al apoyo genérico en 2004.

"No es sólo un cambio de nombre. Es un cambio de filosofía". Así calificó ayer la consejera de Cultura, Caterina Mieras, el nuevo sistema de ayudas a la producción editorial en catalán, que entrará en vigor a partir del próximo 1 de febrero. Las ayudas están estructuradas en dos programas complementarios. El primero, gestionado por el Instituto Catalán de Industrias Culturales y con una dotación para 2005 de 1,7 millones de euros, tiene como destinatario las editoriales; el segundo, que administrará la Dirección General de Cooperación Cultural y cuenta con un presupuesto de 1,5 millones, beneficiará a la red de bibliotecas públicas de Cataluña.

Desde febrero, la producción editorial en lengua catalana recibirá una ayuda automática que será otorgada sin la hasta ahora contraprestración de entregar un número prefijado de ejemplares a la Administración catalana, como establecía el programa de apoyo genérico. Quedarán excluidos de las ayudas los libros con una tirada inferior a 1.100 ejemplares y superior a 3.500.

El presidente de la Asociación de Editores en Lengua Catalana, Manuel Sanglas, valoró ayer la nueva política de ayudas, que supondrá un incremento de la subvención al sector editorial. "Significa pasar del 0,85% del coste del libro al 1,19%, un incremento importante que permitirá igualar el precio de venta de un mismo título en catalán y castellano", dijo Sanglas.

Las nuevas medidas para el sector industrial también contribuirán a evitar la acumulación incontrolada de libros generada por la política de apoyo genérico, que Cultura deja ahora atrás. En total, la Administración ha inventariado 208.000 libros olvidados y sin desempaquetar, guardados en un almacén, a los que ahora se busca destinatario. "25.000 ejemplares han sido redistribuidos en bibliotecas y centros asociativos, otros 20.000 han sido catalogados como material obsoleto y queda por revisar los 63.000 ejemplares restantes que estimamos que habrán sido evaluados a finales del próximo otoño", explicó la directora general de Cooperación Cultural, Assumpta Bailac.

Es la Dirección General de Cooperación Cultural a la que corresponde poner en práctica el segundo programa de ayudas a la edición en catalán con la compra restrictiva de libros con destino a las 356 bibliotecas públicas catalanas. "Es difícil que las novedades editoriales en catalán lleguen con rapidez a las bibliotecas, que en 2004 tuvieron 17 millones de visitas. Con el nuevo sistema conseguiremos que las novedades estén en las bibliotecas públicas al tiempo que llegan a las librerías, lo que contribuirá a aumentar el número de lectores", aseguró Bailac. La compra de libros con destino a las bibliotecas no se restringirá a las novedades editoriales, sino que también se adquirirán volúmenes especializados de referencia y de géneros de consumo minoritario como la poesía y el ensayo.