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Reportaje:

Yúshenko emprende viaje hacia Europa

El presidente electo de Ucrania prevé formar un Gobierno cuyo principal fin será lograr el ingreso a la UE

Pilar Bonet

La integración en la Unión Europea será la gran prioridad del presidente electo de Ucrania, Víktor Yúshenko, que, tras tomar posesión de su cargo, expondrá su política ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo. Así lo manifestó Oleg Ribachuk, el actual jefe de Gabinete de Yúshenko, quien, sin esperar a que éste anuncie la composición de su Gobierno, se presenta a sí mismo como el futuro viceprimer ministro, responsable de la integración en la UE.

Yúshenko se prepara para jurar su cargo esta semana, previsiblemente el día 22, una vez que anoche el Tribunal Supremo desestimó el recurso planteado por Víktor Yanukóvich, su rival derrotado en las elecciones. Los periódicos del país, que no podían publicar los resultados oficiales hasta que el Supremo se pronunciara, tenían previsto detallarlos en su edición de hoy: sitúan a Yúshenko con el 51,99% de los votos y a Yanukóvich con el 44,2%.

"A ver qué político europeo se atreve a decirnos que no", dice el jefe de Gabinete

Tras la toma de posesión, el triunfador de la Revolución Naranja emprenderá un periplo por distintas localidades de Europa y cumplirá su promesa de viajar a Rusia en primer lugar, aseguró Ribachuk. El líder ruso, Vladímir Putin, dice, se orienta hoy a una política "equilibrada" hacia Ucrania, tras renunciar a presionar a este país sobre sus puntos débiles (la dependencia energética, por ejemplo), tal como le proponían algunos de sus colaboradores en el Kremlin.

"La Revolución Naranja ha devuelto a los ucranianos los genes europeos", asegura Ribachuk. Este experto en finanzas, que trabajó con Yúshenko en el Banco Central, afirma que toda la estructura del nuevo Gobierno se reformará para ajustarla al fin de integrar a Ucrania en la UE. Se creará un ministerio o comité responsable de la integración en la UE, que será independiente del Ministerio de Exteriores, y al frente de los otros ministerios habrá un viceministro responsable de integración, que subordinará la gestión sectorial al supremo fin. Ucrania se inspira así en el modelo polaco y confía en Polonia para comenzar a preparar 200 especialistas en la materia. "Seremos agresivos", pronostica Ribachuk. Y añade, desafiante: "A ver qué político europeo se atreve a decirnos que no. Cuando cumplamos todos los criterios, seremos la pesadilla de los euroburócratas y organizaremos una Revolución Naranja en Bruselas".

El próximo lunes, bajo los auspicios de Naciones Unidas, se celebra en Kiev una conferencia internacional de donantes. En un informe para este evento, un grupo de expertos internacionales recomienda el ingreso de Ucrania en la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2005 y una "oportunidad real" de integración en la UE.

Mientras tanto, en Kiev comienzan a sonar voces que hablan de futura competencia entre Ucrania y Turquía por el ingreso en la UE. Una perspectiva más próxima, sin embargo, podría ser la rivalidad entre ambos países por las rutas de tránsito del petróleo del Caspio, si, como afirman fuentes europeas, la UE relanza en las próximas semanas su plan para convertir el oleoducto Odessa-Brodi (en territorio de Ucrania) en una ruta alternativa al petróleo ruso. La decisión seguramente no dejará indiferentes a los rusos, que fueron muy sensibles al tema en el pasado. Por decisión del presidente saliente, Leonid Kuchma, el oleoducto Odessa-Brodi se emplea hoy en sentido inverso al planeado para transportar crudo ruso a Europa.

La euforia de los allegados de Yúshenko va hoy muy por delante de las realidades ucranianas. Por resolver está la composición del nuevo Gobierno, y los líderes de la Revolución Naranja han librado encarnizadas batallas por los sillones ministeriales. Tanto la radical Yulia Timoshenko como el socialista Olexandr Moroz han afirmado que Yúshenko les había prometido el puesto de jefe de Gobierno. En el caso Timoshenko, mediante un acuerdo por escrito. En el caso de Moroz, cuando Yúshenko acudió a él para pedirle apoyo tras la primera vuelta electoral. Dadas las pretensiones de ambos aliados, Yúshenko habría buscado una tercera vía de compromiso y habría apostado por Alexandr Zínchenko, el jefe de su campaña electoral. Ribachuk aseguraba el miércoles que ésta era una buena solución, porque Zínchenko es una figura que podía gozar de un amplio consenso en el Parlamento, al que debe ser sometida la candidatura. Las apuestas de los observadores políticos locales por uno o por otro candidato cambian no por días, sino por horas, y el ambiente de rivalidad interna que dejan traslucir los triunfadores de la revolución naranja contrasta con la unidad que se respiraba en los mítines en la plaza de la Independencia de Kiev. Algunos temen que los cortes con el pasado no sean tan radicales como lo pretenden los allegados de Yúshenko y, sin esperar a que el líder haga públicas sus decisiones, creen advertir ya compromisos con los partidarios de Yanukóvich y los oligarcas que le apoyaron.

Un sacerdote ortodoxo bendice a Víktor Yúshenko durante la celebración de la Epifanía, el martes en Kiev.
Un sacerdote ortodoxo bendice a Víktor Yúshenko durante la celebración de la Epifanía, el martes en Kiev.AP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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