Bush afirma que los votantes legitimaron en las urnas su actuación en Irak
El presidente de EE UU cree innecesario que su Administración asuma responsabilidades
En vísperas de la toma de posesión del próximo jueves, que abre su nuevo periodo de cuatro años como presidente de EE UU, George W. Bush cree que no es necesario buscar en su Gobierno a nadie responsable de los errores cometidos en Irak, porque los votantes resolvieron ese problema el pasado 2 de noviembre. "Ya hemos pasado por el momento de la responsabilidad, y se llamó 'elecciones de 2004'. Los estadounidenses escucharon las diferentes valoraciones sobre lo que está ocurriendo en Irak, contemplaron a los dos candidatos y me eligieron a mí", declaró Bush a The Washington Post.
Bush hizo las declaraciones el pasado viernes, a bordo del avión presidencial Air Force One. En la entrevista, el presidente añadió que "en tiempos de guerra, las cosas no salen exactamente como se han planeado. Sobre las elecciones que se celebrarán dentro de 13 días en Irak, Bush se muestra optimista, afirma que "la democracia tarda en asentarse" y pide paciencia: "Soy realista en cuanto a la rapidez con la que una sociedad que ha estado dominada por un dictador puede convertirse en una democracia". Según un sondeo de Ipsos para la agencia Associated Press, seis de cada diez estadounidenses se muestran esperanzados ante el segundo mandato de Bush. La mayoría cree que la prioridad debe ser Irak, y el 53% cree improbable que pueda haber un Gobierno estable en Bagdad.
En sus declaraciónes, el presidente prefirió no fijar ningún calendario para la retirada de tropas de Irak, tras la reciente sugerencia del secretario de Estado, Colin Powell, de que podría empezar este mismo año: "Se irán tan pronto como sea posible, pero no antes de haber completado su misión, y parte de esa misión es entrenar a los iraquíes para que puedan luchar contra los terroristas. Cuanto antes estén listos, antes empezarán nuestras tropas a volver a casa".
Mantener la ofensiva
El presidente dijo también que el reciente informe de la CIA que habla de que Irak se ha convertido en un campo de entrenamiento de terroristas "es de alguna forma especulativo", pero que está de acuerdo en que puede ocurrir y que hay que interpretarlo como que "básicamente, debemos mantener la ofensiva" y que "tenemos el deber de evitar que haya partes del mundo que se conviertan en santuarios de terroristas".
En cuanto a la imagen de EE UU en el mundo, Bush reconoce en la entrevista el deterioro que han causado "algunas de las decisiones que he tomado" y dice que ha pedido a Condoleezza Rice, futura secretaria de Estado, que se lance a una campaña de diplomacia pública "que explique nuestros motivos e intenciones", aunque "hay lugares en los que no somos populares y otros en los que ocurre lo contrario", añade.
Bush confía en que muchos musulmanes acabarán reconciliándose con EE UU y cita a los afganos, "contentos de que EE UU y otros países les hayan liberado de los talibanes", y a los reformistas iraníes, "que sospecho que tendrán esperanzas de que EE UU se mantenga firme en su creencia de que la democracia debe extenderse".
The Washington Post señala que durante los 35 minutos de entrevista el presidente, vestido con una cazadora de piloto de las Fuerzas Aéreas, camisa blanca y corbata roja, "estaba relajado" y que habló con intensidad de sus proyectos para el segundo mandato. "Naturalmente, ganar la guerra contra el terrorismo y extender la libertad y la democracia. Y, en EE UU, reformar sistemas en los que hemos detectado que las futuras generaciones tendrán problemas, como las pensiones y el sistema fiscal. Soy consciente, además, del déficit presupuestario y comercial que tenemos". Bush asegura que la reforma de las pensiones no afectará al 40% de personas que reciben pagas por invalidez y otros beneficios.
Compromiso diluido
En cuanto a uno de sus compromisos de campaña para satisfacer a los votantes religiosos más conservadores -su apoyo a una eventual iniciativa del Congreso para modificar la Constitución y definir el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer- Bush lo diluye, como todo el mundo esperaba, una vez pesadas las elecciones, y explica que no va a presionar para que salga adelante, a la espera de que los tribunales definan si la Ley de Defensa del Matrimonio es o no constitucional. La ley indica que los Estados que prohiban los matrimonios del mismo sexo no tienen obligación de reconocer las uniones entre homosexuales legalizadas en otros Estados. Una enmienda constitucional como la que pide la derecha religiosa, que apoyó masivamente a Bush, exigiría el voto de dos terceras partes del Senado, una perspectiva prácticamente irrealizable.
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