Un ataque suicida palestino acaba con la vida de cinco israelíes en la frontera de Gaza
Los grupos radicales desafían la petición de alto el fuego del presidente electo Mahmud Abbas
Al menos cinco israelíes resultaron muertos y otros cuatro heridos en un ataque de radicales palestinos contra el puesto fronterizo de Karni, en la Franja de Gaza. Entre los fallecidos también hay por lo menos dos terroristas. La agresión, que es reivindicada por tres grupos, supone un desafío a los llamamientos de paz que en estos últimos días ha venido haciendo el flamante presidente palestino Mahmud Abbas. Éste había pedido a los radicales un respiro que permitiese a los políticos palestinos e israelíes encarrilar las negociaciones del proceso de paz y reactivar la Hoja de Ruta.
El ataque contra el paso de Karni, por donde transitan la mayor parte de las mercancías procedentes de Israel, se produjo casi a medianoche, cuando el puesto de control se encontraba prácticamente vacío, aunque custodiado por una guarnición de soldados. Una gran explosión, producida con una carga de unos 150 kilos en uno de los muros externos del recinto fue el punto de partida del ataque. El estallido provocó tal confusión que permitió a algunos radicales infiltrarse en el destacamento militar anexo y, una vez allí, disparar contra los soldados.
En medio del caos, los soldados trataron de evacuar a sus compañeros llevándolos hasta las ambulancias, pero una lluvia de obuses de morteros y misiles de manufactura casera, lanzados desde el otro lado del muro fronterizo, se abatió sin piedad sobre ellos, imposibilitando las tareas de rescate. Los primeros balances difundidos por la radio y la televisión estatal israelíes hablaban en la noche de ayer de cinco israelíes muertos, al parecer trabajadores del paso fronterizo (al principio se habló de que eran soldados), y cuatro heridos, tres de ellos muy graves. No se descarta que el número de víctimas pudiera incrementarse en las próximas horas. Por su parte al menos dos de los activistas radicales palestinos, los que llevaban cinturones-bombas, murieron en el acto suicida.
La operación fue reivindicada al mismo tiempo por tres grupos; las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, vinculada al partido gubernamental Al Fatah, las Brigadas de Ezzedine Al Qassam, brazo armado de Hamás, y los Comités de Resistencia Popular, una plataforma autónoma que aglutina militantes de una decena de grupúsculos.
La respuesta no se hizo esperar. El Ejército israelí lanzó un ataque sobre el campo de refugiados de Deir el Balah -20.000 habitantes-, cercano a lugar del ataque, donde helicópteros dispararon varios misiles. Testigos presenciales aseguraron que la revancha israelí causó pánico entre la población y dejó a oscuras la zona. Uno de los proyectiles alcanzó un centro hospitalario y otro una escuela de la organización religiosa Al Salah, vinculada a Hamás.
Este es el segundo ataque que los radicales palestinos perpetran contra las fuerzas israelíes, desde la celebración de las elecciones que dieron la victoria al candidato moderado Abu Mazen. El anterior ataque, perpetrado el miércoles, se produjo en el interior del asentamiento de Morag, donde un colono fue alcanzado por un explosivo colocado en una carretera. Tres soldados que viajaban con la víctima en el vehículo resultaron heridos.
El atentado es el acto de desafío y desacato más importante contra el presidente electo palestino Mahmud Abbas, conocido como Abu Mazen, que el pasado domingo ganó las elecciones presidenciales y que mañana será investido en su cargo. Abbas ha hecho en estos últimos días incesantes llamamientos en favor de la paz y ha reivindicado el derecho de los palestinos a negociar un acuerdo con los israelíes en base a la Hoja de Ruta, el plan impulsado por EE UU en 2003. Abu Mazen recordó que sus objetivos principales, la proclamación del Estado palestino y el establecimiento de Jerusalén Este como capital, pasan por la Hoja de Ruta, pero añadió que lo que quiere de inmediato es la liberación de los casi 8.000 palestinos presos en las cárceles israelíes.
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