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Medio Ambiente impide construir una gran presa por su impacto ambiental

El embalse iba a destruir 2.000 hectáreas de bosque donde anidan milanos y cigüeñas

La presa de Bernardos, un gran proyecto que inundaría más de 2.000 hectáreas de pinar y fresnedas en Segovia para abastecer a Valladolid, no se construirá. El Ministerio de Medio Ambiente considera que la obra tendría un impacto "irreversible y no corregible" sobre la vegetación, los milanos reales y las cigüeñas que anidan en la zona. La declaración de impacto ambiental supone la paralización definitiva del tercer mayor embalse en proyecto en España. La obra la impulsó el propio ministerio en 2000 y contaba con la oposición de vecinos, ecologistas y la mayoría de ayuntamientos afectados. Desde 2000, Medio Ambiente no paralizaba la construcción de ningún gran embalse por motivos ambientales.

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La construcción de la presa de Bernardos tiene una larga historia. El primer proyecto es de 1933, el segundo de 1967 y el definitivo, de 2000, lo impulsó el Gobierno del PP en el Plan Hidrológico Nacional. El promotor de la obra era Aguas del Duero, la empresa pública dependiente de la Confederación Hidrográfica del Duero, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. Desde el principio contó con la oposición de la mayoría de los 11 ayuntamientos afectados y las asociaciones ecologistas. La Junta de Castilla y León, también del PP, apoyaba el proyecto con reservas.

El director general de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Alejandre, afirma que en la pelea por la presa era "Medio Ambiente contra todos, en un afán de alicatar el campo y de construir, cuando lo normal es que sea al revés. Era muy raro". El objetivo de la presa era abastecer poblaciones de Segovia y Valladolid y permitir nuevos regadíos en la cuenca. Medio Ambiente afirmaba que el acuífero de los Arenales, del que bebe la zona, está sobreexplotado.

El objetivo inicial era construir un embalse con 540 hectómetros cúbicos de capacidad, que en 2002 quedó reducido a 200 hectómetros. Con todo, era una de las mayores presas en proyecto sólo superada por el recrecimiento de la presa de Yesa y el embalse de Breña II. Además, el embalse de Bernardos ocupa una superficie enorme para la capacidad que embalsa, debido a que la zona tiene poco desnivel.

Las 2.031,7 hectáreas que quedarían anegadas son pinares, fresnedas y choperas de gran valor ecológico. El alcalde de Armuña, el independiente Blas Casado, afirma que el paisaje "es salvaje, con fresnedas de 500 años y uno de los mejores lugares para ver milanos reales o cigüeñas". Armuña tiene 250 habitantes y el municipio iba a ver anegado la mitad de su superficie. La economía de la zona depende de la agricultura. "En Madrid nadie hubiese intentado construir esta presa, pero como aquí somos pocos, pensaron que no había oposición", concluye Casado. El proyecto recibió casi 2.000 alegaciones.

Finalmente, el Ministerio de Medio Ambiente ha rectificado a su organismo y ha impedido la construcción. En una resolución publicada el 7 de enero en el Boletín Oficial del Estado, el ministerio argumenta que "la destrucción de 730 hectáreas de bosques maduros supondría un impacto significativo sobre la nidificación e invernación de la población de milano real", una especie en peligro de extinción. Añade que "el impacto sobre la vegetación de ribera, fresnedas, encinares y pinares no se ve reducido" por las repoblaciones propuestas por el ministerio. La declaración de impacto ambiental concluye que la obra "produciría impactos adversos significativos sobre el medio natural y sobre el socio-económico de las poblaciones afectadas". El proyecto era "incompatible con el mantenimiento de las condiciones ecológicas actuales".

Alejandre señala que la intención de Medio Ambiente "es que las declaraciones de impacto ambiental no sean un mero trámite administrativo, como lo han sido durante mucho tiempo". En septiembre de 2004, Medio Ambiente paralizó por su impacto ambiental una pequeña presa, de 10 hectómetros cúbicos, para abastecer la ciudad de Lugo. El ministerio argumentó que la obra "fragmentaría el ecosistema" del río Narla. Alejandre adelantó que estas decisiones serán cada vez más frecuentes.

En la pasada legislatura, el Gobierno no paralizó ninguna gran obra hidráulica. En marzo de 2000, antes de que Isabel Tocino dejase el ministerio, Medio Ambiente paralizó el embalse de Jánovas, en Huesca. El objetivo de la obra era crear regadíos en los Monegros y tenía la oposición de la Comisión Europea. El Gobierno paralizó tres presas entre 1993 y 1995, ninguna tan grande como la de Bernardos.

La Junta de Castilla y León, del PP, aceptó ayer el dictamen de Medio Ambiente. "Si no se puede construir, no tenemos nada que decir", afirmó una portavoz. Sí pidió al Gobierno que invierta en la zona los 60 millones de euros que costaría construir la presa. "El problema de la sobreexplotación del acuífero sigue existiendo y necesita solución", según esta portavoz.

El responsable de agua de Ecologistas en Acción, Santiago Martín Barajas, afirmó que la presa hubiera tenido "un enorme impacto ambiental y nula utilidad social".

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