El plan

Tengo la convicción ética de que el plan de Ibarretxe perderá el referéndum, consulta o como se llame, quizá plebiscito, en el País Vasco. Una convicción ética tiene una parte de voluntarismo -no quiero que se apruebe- y otras de auscultación, datos, intuición, conversaciones. Y se nutre de la convicción de los aznariegos de que va a ganar. Ellos, que conocen los datos y los falsean, y se alucinan por el poder de sus grandes patrióticos y religiosos, dicen que va a ganar. Son adoradores del No: cortarlo antes, llevarlo al Constitucional, no admitirlo en las Cortes. Y un deseo culminante: pactar a su vez con el PSOE, un Frente Único, de forma que se deshagan del gobierno socialista, y de la Generalitat de Cataluña, los partidos que forman la coalición.

Su sueño: un gobierno sin mayoría, sin sustitución, tendría que convocar elecciones generales y, creen ellos, restablecerían la verdad falseada por las bombas del 11 de marzo. De aquí el abanico de propuestas duras: no recibir a Ibarretxe, no admitir el plan en las Cortes, prohibir el referéndum y llevar el plan al Constitucional. Es decir, lo que hacían cuando gobernaban, y de esa forma acrecentaron la importancia del nacionalismo duro y hasta de ETA. Si ahora el plan sale con votos de lo que llaman ETA (los socialistas abertzales, a los que consideran Batasuna, la cual les parece ETA; si saca el plan de Ibarretxe ahora, es porque Ibarretxe y su partido son ETA: un juego semanticoide, opusitarra) alzan su voz contra el crimen general. Solamente con que el plan se discuta en las Cortes y sólo voten en contra PSOE y PP, parecerá ya una coalición españolista . No digo nada que no sepan Zapatero y los suyos.

La mayor ayuda de ETA a Ibarretxe ha sido suprimir la sangre -con una excepción- desde hace más de un año. Algo más: disparar petardos con preaviso, explicando que de haber querido hubieran causado una gran mortandad. El antiterrorismo nos ha atontado tanto que los hemos descrito como fallidos, abortados por la policía, o con el condicional de "si hubiera explotado una carga mayor...". Es algo para el gran público, pero aznariegos o zapateriles saben que contienen una amenaza siniestra: si hubiésemos querido, ni las detenciones, los desmantelamientos o los franceses lo hubieran evitado... Es en este grave punto donde habrá que manejar la verdadera política