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Entrevista:Jordi Sevilla Segura | Ministro de Administraciones Públicas | EL DEBATE SOBRE LA REFORMA DEL ESTATUTO VASCO

"Confiábamos en que Ibarretxe no aceptaría los votos de Batasuna"

Luis R. Aizpeolea

Jordi Sevilla, ministro de Administraciones Públicas, fue el primer miembro del Gobierno socialista que se entrevistó con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, para recuperar las relaciones entre la Administración central y la vasca. Acudió al despacho del lehendakari en Vitoria y salió moderadamente satisfecho. Ahora se muestra sorprendido de que Ibarretxe haya sacado adelante su plan soberanista con los votos de Batasuna.

Pregunta. ¿Sorprendió al Gobierno socialista que saliera aprobado el plan Ibarretxe gracias a los votos de Batasuna?

Respuesta. Confiábamos en que no se llegara a esa situación y que Ibarretxe cumpliría su palabra de que no iba a sacar adelante su plan soberanista con los votos de Batasuna. Pero el apoyo esquizofrénico de Batasuna al plan Ibarretxe debía servir al Gobierno vasco para reflexionar. Si una formación como Batasuna, que tiene como estrategia política el "contra peor, mejor", decide apoyar el plan Ibarretxe para aprobarlo es porque es lo peor para la democracia. Ibarretxe y el PNV deben reflexionar sobre ello.

"Si el 'lehendakari' persiste en llevar adelante su plan y someterlo a consulta popular, el Gobierno recurrirá ante el Constitucional"
"El apoyo esquizofrénico al plan por parte de Batasuna, que quiere lo peor para la democracia, debería hacer reflexionar al Ejecutivo vasco"
"Todos tenemos claro que es inconstitucional. Los ciudadanos deben saber que el plan rompe la relación del País Vasco con España y con la UE"
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P. ¿La inesperada aprobación en el Parlamento vasco del plan Ibarretxe altera la estrategia del Gobierno sobre la reforma de los estatutos de autonomía si se tiene en cuenta que el primero que se esperaba era el catalán?

R. Reafirma la necesidad de llevar adelante las reformas que el presidente del Gobierno planteó en el debate de investidura. Hay una parte importante de españoles que quieren esas reformas para fortalecer el Estado autonómico y avanzar en el reconocimiento de la pluralidad de España. También reafirma la idea de que el inmovilismo no es la solución y que hay que manejar la situación con delicadeza.

P. ¿Pero no cree que ha empezado con mal pie el proceso de reformas de los estatutos cuando la primera que va a llegar al Congreso, el plan Ibarretxe, será rechazada por inconstitucional?

R. No si dejamos que la democracia funcione y que las previsiones constitucionales y legales funcionen. La presentación del plan Ibarretxe en las Cortes va a abrir el debate sobre la necesidad de las reformas de los estatutos y sus límites. Se va a ver que el inmovilismo no es la solución y también que no todo es posible, que no puede reabrirse el pacto constitucional de 1978 de arriba a abajo. Ese debate servirá, por tanto, para fijar posición en las sucesivas reformas de estatutos.

P. La primera decisión que ha tomado el Ejecutivo socialista ha sido la de rechazar la propuesta del lehendakari de negociar el plan Ibarretxe "de Gobierno a Gobierno" y abrir el plan al debate parlamentario. A la par ha descartado, al menos momentáneamente, el recurso al Tribunal Constitucional. ¿Por qué?

R. Todos tenemos claro que es un plan inconstitucional. Con su pretensión de negociar el plan con Zapatero, Ibarretxe quiere trasladar su problema de falta de consenso en el País Vasco al presidente del Gobierno. Hay, además, un alto porcentaje de vascos que no conoce el plan Ibarretxe y otro alto porcentaje, la mitad aproximadamente, que cree que es un disparate. Hay que dar, por tanto, la oportunidad de que la gente conozca que este plan no es la mera reforma de un artículo de la Constitución. La ciudadanía tiene que saber que rompe la relación del País Vasco con España y con la Unión Europea y que le lleva al aislamiento del siglo XIX. Por eso hay que abrir el debate político sin miedo, antes que el jurídico.

P. ¿Cree que el PP va a aceptar esta estrategia del Gobierno? ¿No cree que el PP puede recurrir por su cuenta el plan Ibarretxe ante el Tribunal Constitucional o pararlo en la Mesa del Congreso, antes de que se debata en un pleno de la Cámara baja?

R. Espero que el PP se convenza de que la estrategia del Gobierno es razonable. Ante un proyecto que ha sido aprobado por un Parlamento, en este caso el vasco, la respuesta no puede ser judicial, acudir al Tribunal Constitucional. Tiene que ser abordado políticamente, por una instancia también parlamentaria y, además, de mayor rango como es el Congreso. Hay que impedir ofrecer a Ibarretxe argumentos victimistas, como el de que el Gobierno de Madrid no quiere debatir. Ya hemos aprendido que el caldo de cultivo del nacionalismo es el victimismo y sin victimismo se queda sin campo de juego. Tenemos que lograr que la opinión pública pida cuentas a Ibarretxe sobre su plan porque ha sido él, y no el Gobierno central, el que ha roto las reglas de juego.

P. ¿Descarta entonces el Gobierno socialista recurrir el plan Ibarretxe ante el Constitucional?

R. Una vez que se haya debatido en el Parlamento y se haya votado su rechazo, si Ibarretxe persiste en llevar adelante su plan y someterlo a consulta popular en el País Vasco, en ese caso el Gobierno recurriría ante el Tribunal Constitucional.

P. ¿No teme que el PP acuse a este Ejecutivo de debilidad si no recurre desde ahora el plan ante el Tribunal Constitucional?

R. La cantinela del PP de calificar a este Gobierno de débil es tan reiterativa que ya no es creíble. Tenemos que partir de la experiencia anterior y sabemos lo que no ha funcionado. El Tribunal Constitucional ya rechazó la pretensión del Gobierno Aznar de recurrir el plan Ibarretxe, una vez que lo aprobó el Gobierno vasco. Se ha demostrado que la estrategia de confrontación no ha sido útil. Hay que darle una oportunidad a la democracia y al debate, a que los ciudadanos vascos conozcan el plan Ibarretxe y confiar en que, una vez comprobado el perjuicio que acarrea a la sociedad vasca, lo rechace. Esta estrategia va a ser más fructífera para afrontar el plan Ibarretxe.

P. Esta estrategia supedita el futuro del plan Ibarretxe a lo que suceda en las urnas vascas en las elecciones de mayo. ¿Cree que va a producirse el vuelco de opinión en el País Vasco que no se produjo en las elecciones autonómicas de hace cuatro años?

R. Ante todo, quiero insistir en que el plan Ibarretxe no entrará en vigor. Hay mayoría suficiente en el Congreso para impedirlo, pero queremos que se debata para que la ciudadanía tenga argumentos. Después lo rechazaremos en el Congreso por inconstitucional y nocivo para la sociedad. Pero también sabemos que Ibarretxe va a hacer de este plan el eje de su campaña electoral. Espero de la sensatez política de la ciudadanía vasca que rechace las propuestas de Ibarretxe en esas elecciones.

El ministro Jordi Sevilla, en una sala del Ministerio de Administraciones Públicas.
El ministro Jordi Sevilla, en una sala del Ministerio de Administraciones Públicas.EFE

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