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CATÁSTROFE EN ASIA

La ayuda de la comunidad internacional asciende ya a 2.000 millones de dólares

Estados Unidos multiplica por diez su contribución inicial y Japón promete 500 millones

La ayuda financiera que está prestando la comunidad internacional a los países azotados por el tsunami sigue creciendo y se ha multiplicado por cuatro en poco más de dos días. Naciones Unidas calcula que ya se han comprometido unos 2.000 millones de dólares (1.480 millones de euros). Estados Unidos decidió el viernes multiplicar por 10 su contribución, hasta los 350 millones, y anuncia que irá adaptando la cifra conforme se vayan determinando las necesidades reales de los países azotados por el maremoto. Por su parte, Japón prometió ayer 500 millones.

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La Administración que preside George Bush ha sido muy criticada por su "lenta" y "miserable" respuesta ante la catástrofe en el Índico. Para aplacar las críticas, Washington incrementó el viernes su ayuda hasta los 350 millones de dólares, ha movilizado su fuerza naval en el Pacífico -unos 1.500 marines- y hoy enviará a la zona una delegación de evaluación encabezada por el secretario de Estado, Colin Powell, que viajará junto al gobernador de Florida, Jeb Bush, hermano del presidente.

Hasta el viernes, Estados Unidos había donado 35 millones de dólares. Entonces, Francia ya había prometido 57 millones de dólares, 95 millones Reino Unido, 75,5 millones Suecia y 68 millones España. Japón anunció ayer que va a donar 500 millones y China promete 60,5 millones. "Nuestra contribución se irá revisando conforme los efectos de esta terrible tragedia sean más claros", dijo Bush.

El Congreso de EE UU, en paralelo, está trabajando en un paquete de ayuda de emergencia que podría tomar parte de los recursos previstos para la reconstrucción de Irak -unos 18.000 millones de dólares- que no están siendo utilizados. "EE UU está preparado para hacer más cuando tengamos un mejor entendimiento de lo que se necesita", reiteró Colin Powell tras reunirse el viernes en Nueva York con el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

Ayer, el presidente de EE UU, en su alocución radiofónica del sábado, dio la orden para que las banderas del país ondeen a media hasta esta semana en homenaje a las víctimas del tsunami y dijo que "una devastación de tal dimensión desafía la comprensión". "Mientras que los pueblos de esta región devastada luchan por recuperarse, nosotros ofrecemos nuestro amor y aseguramos que EE UU estará ahí para ayudarles", añadió el presidente George Bush, reiterando que el pueblo estadounidense es compasivo y solidario.

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Los técnicos de la unidad de emergencia de la ONU no dan cifras sobre el número de víctimas. "Nunca tendremos una cifra absoluta porque hay muchos pescadores y campesinos anónimos que han desaparecido", dijo el coordinador de Asuntos Humanitarios, Jan Egeland. De momento augura que se superarán los 150.000 muertos y cifra en un millón las personas que han quedado sin hogar. Las agencias de la ONU calculan que cinco millones precisan ayuda. "Necesitamos alimentar a más de un millón de personas sólo en Indonesia y a 700.000 en Sri Lanka", advirtió Egeland.

Colin Powell aseguró que "la comunidad internacional está trabajando duro para coordinar nuestro esfuerzo de una forma coherente, para que la ayuda llegue al mayor número posible de personas lo más rápido y eficazmente posible". La ONU se muestra "satisfecha" con la recaudación de fondos y confía en que se materialicen las generosas aportaciones. "Nunca habíamos visto tal flujo de ayuda tras un desastre natural y en un plazo de tiempo tan corto", según Egeland, que cuantificó el compromiso global en unos 2.000 millones de dólares.

Pero el gran reto está en la logística para distribuir la ayuda a las zonas más cercana al epicentro. "No es una cuestión de dinero sino de ser capaces de distribuir la ayuda sin obstáculos", señaló Kofi Annan. El secretario general de la ONU comunicó ayer que el jueves estará en Indonesia para supervisar sobre el terreno como está funcionando la coordinación de la ayuda internacional.

Jan Egeland detalló ayer las necesidades concretas que necesitan las agencias de la ONU movilizadas en las zonas más afectadas por el maremoto: "Necesitamos barcos con helicópteros para no atascar los aeropuertos, sistemas de control del tráfico aéreo, centenares de camiones, aviones de carga (C-17 o C-130), campamentos base totalmente equipados y personal, plantas potabilizadoras de agua y generadores eléctricos".

Los medicamentos, la comida y otros bienes están llegando en masa a la zona, como señalan desde la ONU. El principal cuello de botella se encuentra en la distribución, porque las infraestructuras son casi inexistentes. Desde la ONU se insiste una vez más en que se trata de "una crisis a largo plazo" y pide que la respuesta inicial se mantenga "porque los efectos de la tragedia se sentirán durante mucho tiempo".

Colin Powell (izquierda) y Kofi Annan, durante una conferencia de prensa el pasado viernes.
Colin Powell (izquierda) y Kofi Annan, durante una conferencia de prensa el pasado viernes.REUTERS

NUEVO SEÍSMO EN SUMATRA

Un nuevo temblor de 6,5 en la escala de Richter se produjo ayer a lo largo de la isla indonesia de Sumatra, una de las regiones más afectadas por el tsunamis que devastó las costas de Asia del Sur y Sureste el pasado 26 diciembre. No obstante, el observatorio de Estrasburgo (Francia) descartó cualquier peligro de maremoto. A lo largo de India, en los archipiélagos de Andaman y Nocobar, situados cerca del epicentro del seísmo, fueron detectadas 74 réplicas desde el pasado día 26, lo que ha desatado el pánico entre la población.

SUECIA HONRA A SUS MUERTOS

El primer ministro sueco, Göran Persson, pidió a los suecos que recibieran el año nuevo con señales de duelo, por los miles de compatriotas muertos por las inundaciones en el sur y sureste de Asia. "Podemos darle la bienvenida al año nuevo y al mismo tiempo pensar en los desaparecidos", dijo Persson ante miles de personas congregadas en el Parque Central de Estocolmo, lugar tradicional para despedir el año. Persson pidió a los suecos que encendieran velas como señal de duelo por las víctimas de la catástrofe, entre los que puede haber un millar de suecos. Además, se desconoce el paradero de otros 3.000 suecos.

MÁS DE 1.000 NORUEGOS PUEDEN HABER MUERTO

El primer ministro noruego, Kjell Magne Bondevik, estimó ayer que, "en el peor de los casos, más de un millar de ciudadanos de su país pueden haber perdido la vida en el maremoto. Por ahora, el balance oficial es de 21 muertos, 462 desaparecidos y alrededor de 980 personas susceptibles de encontrarse en la región en el momento de la catástrofe y cuya suerte se desconoce.

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