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Entrevista:Leonardo DiCaprio | Actor

"Gracias al éxito puedo disfrutar de libertad"

Leonardo DiCaprio (Los Ángeles, 1974) posee fama y fortuna. Es el joven de oro con una carrera envidiada en Hollywood desde sus comienzos con ¿A quién ama Gilbert Grape? o Vida de este chico (ambas de 1993), su transformación en ídolo de adolescentes en Romeo y Julieta de William Shakespeare (1996) y, sobre todo, la cúspide como el héroe de Titanic (1997). Una sucesión de triunfos siempre olvidados por el Oscar, una estatuilla que le volvió la espalda en la histórica victoria de Titanic y le dejó fuera de las 10 candidaturas que obtuvo hace dos años Gangs of New York. Recién cumplidos los 30 años, DiCaprio regresa a las pantallas con un nuevo reto, El aviador, biografía de Howard Hughes centrada en los años más cuerdos de ese magnate, que dirige Martin Scorsese y que a juzgar por las candidaturas recibidas para los próximos Globos de Oro -la película opta a seis galardones, entre ellos el de mejor actor, categoría en la que DiCaprio competirá, entre otros, con Javier Bardem- le será difícil de olvidar a los miembros de la Academia. "Si esta vez no le dan el Oscar es que le tienen manía", ha declarado llevada por la pasión la modelo y actriz, además de novia del actor, Gisele Bundchen. DiCaprio es mucho más discreto y prefiere que su trabajo en su primera película como productor ejecutivo hable por sí mismo.

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El papel de Howard Hughes atrajo durante años a nombres como Warren Beatty o Johnny Depp, además de a directores como Steven Spielberg, Oliver Stone o Brian De Palma. Pero ha sido DiCaprio el que ha sabido hacerlo volar. "Se trata del mejor ejemplo de Hollywood. Alguien que nunca se sentía satisfecho, un hombre con un apetito insaciable. A Howard Hughes le gustaban los aviones más grandes, las mayores producciones de cine, era el Casanova más conocido de esta industria siempre detrás de las mujeres más bellas de mejor escote. Un amante de la velocidad que, pese a todos sus logros, acabó siendo uno de los hombres más desgraciados. Toda una lección", afirma el actor, que con El aviador (que se estrena en España el próximo 14 de enero) se ha hecho mayor.

Pregunta. Una lección que parece irle como anillo al dedo a juzgar por su propia carrera imparable.

Respuesta. Bueno, yo acabo de cumplir los 30, así que por mucho que se empeñen en preguntarme si me siento como un hombre no sabría qué decir. Está claro que tengo mucha más experiencia que cuando comencé y que he aprendido muchas cosas, tanto en mi vida como en mi carrera. También es cierto que mi trabajo en El aviador es el más maduro que he interpretado hasta la fecha, donde Martin [Scorsese] me ha guiado en la transición de Howard Hughes desde que tenía poco más de 20 años hasta entrado en los 40. Con una labor de maquillaje que me tenía con barba y uñas largas un día y, al siguiente, con el rostro fresco y empolvado. Además de las sutilezas de Scorsese con la iluminación para reflejar el paso del tiempo. Pero no sé hasta qué punto me llego a ver reflejado en mi personaje.

P. ¿No piensa que hay similitudes en la ambición de ambos?

R. Si hablamos de dinero, quizá, porque no voy a negar lo importante que es en esta industria, y lo importante que es para mí. Pero la motivación es diferente. Gracias al éxito puedo disfrutar de la libertad que tengo como artista, puedo escoger los papeles que quiero como actor. Y lo que es aún más importante, el dinero me permite ahorrar para un día poder cumplir mi deseo de hacer algo realmente beneficioso ya sea por el medio ambiente o la infancia. Ésa es mi meta. Pero por lo demás no tiene más importancia. No me gusta viajar en aviones privados, ni me da por coleccionar casas, y tan sólo tengo un coche que es el (híbrido) Toyota Prius, y eso me basta.

P. ¿Sus ambiciones, entonces, son más artísticas que económicas?

R. Supongo que cuando comencé como actor me sentía muy afortunado cada vez que conseguía un papel. No es que no tuviera cuidado con mis elecciones, pero es un sentimiento que ha aumentado con el tiempo, a medida que he ido conociendo a gente como Martin Scorsese y visto más películas de las clásicas. Filmes como El ladrón de bicicletas. Una historia simple, sencilla, sobre la que te puedes tirar días hablando. Películas así me han hecho darme cuenta de que quiero invertir mi tiempo y mi energía en filmes que merezcan la pena, que sean especiales. Nada de hacer películas del montón. Por eso no me importa invertir el tiempo y la energía necesaria en hacer las películas que creo especiales, cintas basadas en un buen material y que reúnan los tres elementos: un buen guión, un buen director y un buen equipo.

P. ¿Fue eso lo que vio en El aviador?

R. Han sido ocho años dedicados al proyecto, desde la primera vez que leí el libro sobre Howard Hughes [Hughes: The private diaries, memos and letters, de Richard Hack, en el que está basada la película]. Fue una figura que me fascinó, el primer millonario de este calibre además de un Casanova. Un hombre con el que Hollywood lleva años fascinado, aunque la parte más conocida de su vida, su imagen de ermitaño escondido en un hotel de Las Vegas sin dejarse ver por nadie y controlando sus negocios por teléfono dadas sus paranoias, no era muy cinematográfica. Siempre me parecieron mucho más fascinantes sus años de pionero, alguien que revolucionó la aviación, el cine y la política de su época. El primer magnate tal y como lo entendemos ahora. Fue una obra que durante años iba a dirigir Michael Mann hasta que su trabajo en Ali le dejó sin ganas de enfrentarse a otra biografía. Y fue entonces cuando se lo presenté a Marty.

P. Es la segunda película que ruedan juntos, experiencia que piensan repetir. ¿Qué se le pasa por la cabeza cuando le mencionan que se ha convertido en el nuevo Robert de Niro?

R. Lo que se me viene a la cabeza es el rodaje de Vida de este chico, donde trabajé con De Niro. Una película en la que me decidí a ser actor y me enteré de que existía alguien llamado Martin Scorsese con el que De Niro había trabajado en muchas ocasiones. Fue entonces cuando me hice un fanático total de la obra de Scorsese, me vi todas sus películas y me encantó ese trabajo oscuro, fuerte, sobrecogedor. Así que cuando finalmente entré en contacto con él, acudí a la cita totalmente intimidado hasta que me di cuenta de que tenía delante no sólo a un genio, sino a un loco por el cine. No quiero decir la palabra friki [risas], pero quizá es la que mejor le defina, alguien obsesionado por el séptimo arte, esa obsesión que caracteriza a los genios, que vive y respira cine y con el que compartí largas noches descubriendo los clásicos con un vaso de vino. Ése es el tipo de hombre que es.

P. ¿Y qué tipo de hombre es Leonardo DiCaprio?

R. No sabría cómo definirme, pero lo que si sé es que estoy viviendo el mejor momento de mi carrera. Cumplir los 30 me ha colocado en ese punto en el que puedo interpretar papeles jóvenes, pero también con una cierta madurez. No puede ser mejor. Me siento realmente afortunado.

P. ¿Incluso con la frustración de no ver cumplido su deseo de cumpleaños, la derrota de George W. Bush en las pasadas elecciones presidenciales?

R. Sé que muchos han criticado que en Hollywood hiciéramos público nuestro apoyo a John Kerry, que las estrellas se metieran en política. Es su problema. Es mi derecho como ciudadano y me dan igual las críticas. Yo me dediqué a dejar clara la desastrosa política de George Bush en el medio ambiente, razón de más para apoyar a Kerry, y me siento muy orgulloso. Me hubiera encantado una victoria demócrata en el área del medio ambiente y por muchas otras razones, pero desafortunadamente la mayoría se expresó de manera contraria y debo respetar su opinión y confiar en que lleguen tiempos mejores.

P. Antes mencionó sus planes de invertir sus ingresos en un proyecto benéfico. ¿Puede ser más específico?

R. En la actualidad estoy colaborando con el Hospital Infantil de Los Ángeles, dedicado a afectados terminales de cáncer, además de con programas medioambientales. Son las áreas que centran mi interés en este mundo industrializado en el que vivimos donde las grandes corporaciones se están haciendo con todo sin ningún respeto hacia lo que pertenece por derecho a la humanidad.

P. ¿Ha pensado en plasmar sus ideas políticas en la pantalla?

R. No, no, no. No quiero ni pensar en ello. Antes me desnudo en público para llamar la atención en favor de las ballenas. Pero no tengo ningún deseo de involucrarme en una mierda de película sólo para difundir un mensaje.

Leonardo DiCaprio, en el papel de Howard Hughes en la película<i> El aviador, </i>de Martin Scorsese.
Leonardo DiCaprio, en el papel de Howard Hughes en la película El aviador, de Martin Scorsese.

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