Europa mira a Salinas de Añana
La explotación alavesa recibe el respaldo de la UE al integrarse en la red SAL junto con otras once salinas
La restauración de las eras de Salinas de Añana recibió ayer un respaldo definitivo con la incorporación al proyecto SAL, formado por 12 yacimientos históricos de toda Europa para los que se pretende su reconversión turística. En la búsqueda porque las salinas no se conviertan en un monumento muerto, la iniciativa de la UE apuesta por la producción de sal de calidad gastronómica, ya que se certificaría con una especie de denominación de origen la sal producida en la localidad alavesa. El proyecto en general, dotado con cinco millones y medio de euros, incluye también la investigación en nuevos productos que puedan surgir de estas salinas naturales.
Los miles de eras de Salinas de Añana (están calculados más de 6.500) ya estaban recibiendo desde principios de siglo la atención de la Diputación de Álava. Fue en 2000 cuando comenzaron las primeras gestiones para recuperar una explotación con más de 800 años, si se consideran las referencias en textos históricos. Lo cierto es que fue Alfonso VII quien otorgó el título de villa al poblado adyacente en 1140. Durante siglos, el enclave fue básico para la economía alavesa hasta la aparición de nuevos yacimientos salinos, a mediados del siglo XX.
El proyecto, dotado con 5,5 millones, incluye investigar nuevos productos
La recuperación de las eras del río Muera mantendrá el espíritu que lleva la rehabilitación de la catedral de Santa María: la apuesta por la explotación turística de las obras de restauración. Las salinas tradicionales, como la de Añana, han sufrido en toda Europa un proceso de abandono progresivo, hasta el punto de situarse frente a la amenaza de desaparición y con ella la pérdida de su rico patrimonio cultural asociado. La ayuda de Europa supone además el reconocimiento internacional de una joya del patrimonio. Ayer lo recordaba el diputado Carlos Samaniego: "Ante esta situación, por primera vez en Europa, diversos organismos propietarios o representantes de salinas tradicionales del Arco Atlántico, iniciaron en 2002 un proceso de acercamiento para buscar soluciones a esta situación, toda vez que la problemática general que les afecta no puede ser resuelta individualmente por separado".
Las salinas tradicionales no pueden competir produciendo sal al por mayor, pero tienen una importante demanda potencial en el mercado gastronómico de calidad y en el ecoturismo, pues no solo tienen patrimonio visitable, sino toda una cultura y una historia detrás, sin olvidar su peculiar ecosistema.
El grupo de las elegidas son, además de la explotación alavesa, otras tres en España (Cádiz y dos en Canarias), cuatro francesas (Guerande, Noirmountier, Ré y Sené) y cuatro portuguesas (Leiría, Castro Marim, Aveiro y Figueira da Foz). Se crea así un itinerario transeuropeo entre esta docena de salinas que mantendrán unos elementos identificativos propios.
Las salinas de Añana recibirán una inversión de 673.000 euros desde la Diputación y, gracias a la entrada en este proyecto, el plan director recibirá un apoyo financiero de 200.000 euros.
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