_
_
_
_
Reportaje:

Una clase con sabores

La empresa sevillana de restaurantes Robles ofrece una cata de dieta mediterránea a 1.400 niños

Reyes Rincón

Mientras exista el jamón ibérico, los niños sevillanos están dispuestos a entregarse a la dieta mediterránea. A partir de ahí, cuando se entra en el terreno de las verduras y los guisos, el entusiasmo baja un poco. Para Víctor Manuel Torres, de siete años y alumno del colegio Ángeles Martín Mateo, de Alcalá de Guadaíra, la comida que le dieron a probar ayer era "muy rara". "No me ha gustado mucho", dice como si en verdad quisiera decir "nada". Lo ha dejado todo menos el jamón, que es una de sus comidas favoritas.

Víctor es uno de los más de 1.400 niños que participaron ayer en la Escuela de Sabores organizada en el Palacio de Exposiciones y Congresos (Fibes) por la empresa Robles Restaurantes. A cada niño le dieron una bandeja con tortilla de patatas, un mollete con lomo a la pimienta, hojaldre con atún de almadraba y tomate, pan de pueblo con aceite de oliva virgen, jamón de Jabugo y unas moneditas de chocolate. "El niño relaciona la comida buena con las hamburgueserías. Queremos demostrarles que la alta cocina tradicional también les puede gustar", explica Pedro Robles, uno de los promotores de la actividad, enmarcada en el cincuenta aniversario de la empresa.

Además, cada niño recibió cuatro trozos de gelatina de colores con la peculiaridad de que uno estaba dulce, otro salado, otro amargo y otro ácido. Los probaron e intentaron averiguar cuál era cuál. "Hay que enseñarles a distinguir los sabores porque aunque parezca una tontería muchos no saben", asegura Laura Robles. Adrián Muñoz, de nueve años, ha chupado una de ellas pensando que era el postre y la ha soltado ipso facto. "Está salada, te lo prometo", le dice a un compañero. Aunque es lo único que no le ha gustado de su bandeja, una de las más limpias de la mesa. "Me lo he comido todo menos la gelatina, que es para un juego. No puedo más".

A juzgar por lo que cuenta, Adrián es un buen seguidor de la dieta saludable. En su casa tiene un jamón, al recreo se lleva casi siempre un bocadillo y un zumo de piña y su comida favorita, asegura sin pensárselo, es la zanahoria. Aunque entre un plato de garbanzos y una pizza, siempre prefiera lo segundo. Como casi todos.

A José Manuel Daza, de 10 años y alumno del colegio Nuestra Señora de las Nieves de Benacazón, una de las cosas que más le gusta es ir a una pizzería. A otro tipo de restaurantes, no tanto, aunque asegura que su comida preferia es el filete con patatas fritas, una elección con la que coincidían muchos de sus compañeros. "Si hoy me lo hubieran puesto me lo habría comido todo", dice mirando su bandeja medio llena. Se ha comido la tortilla y poco más. Su caso, además, es raro porque dice que le encantan los chícharos [alubias] y las lentejas, pero no le gustan los dulces. ¿Ni los donuts? "Bueno, eso sí", advierte.

"Lo fácil es comprarles el donut"

La Escuela de Sabores es una de las iniciativas que ha puesto en marcha la empresa de restaurantes Robles para celebrar su 50 aniversario. La actividad que ayer se celebró es la primera de un proyecto más ambicioso denominado Robles Niño, que se pondrá en marcha en los próximos meses en sus instalaciones del Aljarafe. Allí se diseñará un espacio especialmente pensado para educar a los más pequeños en la dieta mediterránea e inculcarles hábitos alimenticios más saludables.

Porque todos los estudios advierten de que los niños españoles comen cada vez menos sanos. Toñi Terrón, una de las profesoras que ayer se desplazó hasta Fibes con sus alumnos del colegio Juan de Mairena, les insiste especialmente en que no se salten el desayuno. A su clase de Educación Física "muchos" llegan sin desayunar. "Vienen sin haber tomado nada y otros sólo con un vaso de leche. Les digo que hay que tomar algo de hidratos de carbono y un producto lácteo, pero se han acostumbrado mal. Yo les cuento todo lo que desayuno y alucinan", cuenta.

Otra de las grandes preocupaciones de los profesores es el tentempié que los niños se llevan al recreo. En el colegio Juan de Mairena, los padres de los alumnos de Infantil y primer ciclo de Primaria reciben un calendario con los que los niños se tienen que llevar según el día de la semana: fruta, pan, lácteos, etc. "Casi todos lo cumplen", asegura la profesora. "Pero a partir de los ocho años, hay de todo. Muchos llevan bocadillo, pero la mayoría va a lo más rápido. Lo fácil es comprarles el donut", advierte.

Entre los niños que participaron ayer en la Escuela de Sabores, también hubo de todo. María García, de 10 años, desayuna todos los días cereales de chocolate y se lleva un bocadillo de jamón para el recreo, mientras que sus compañeras María Ángeles y Dulce prefieren meter en la mochila donuts y natillas. Las tres se comieron ayer la magdalena y las monedas de chocolate y dejaron casi todo lo demás.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_