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El fósil del día

En las cumbres anuales del clima, los ecologistas otorgan diariamente la distinción Fósil del Día al país cuya delegación se haya destacado en la jornada por una actuación especialmente nefasta para el clima. Suelen acaparar el galardón EE UU, Australia (que rechaza el Protocolo de Kioto) y, sobre todo, Arabia Saudí.

Arabia Saudí es el país dominante en el grupo de los exportadores de petróleo, cuya combustión es, junto a la del carbón, la responsable primordial de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La postura de estos países frente al cambio climático es, primero, cuestionar el problema mismo, y en todo caso rechazar y bloquear en las negociaciones cualquier acuerdo que pueda generar una atenuación del consumo de combustibles fósiles. Si no es posible frenar el impulso de la mayoría de los países, exigen compensaciones por los efectos que las medidas puedan tener en el consumo de petróleo y, por tanto, en sus ingresos.

Estados Unidos, productor de petróleo aunque sus reservas sean más costosas de explotar que las del Golfo Pérsico, suele ver con buenos ojos esas políticas de obstrucción de Arabia Saudí y sus aliados, pero los europeos se oponen a compensar a países mucho más ricos que ellos mismos. Muchos países desarrollados, sobre todo la UE, estan dispuestos a prestar ayuda a los países en vías de desarrollo para que se adapten a los efectos del cambio climático, pero consideran inaceptable pedir a sus ciudadanos un esfuerzo para subvencionar a países exportadores de petróleo cuya renta per cápita es superior a la de muchos de la OCDE, y por tanto exigen que se separe la ayuda a la adaptación de dichas pretensiones de los países del petróleo.

En la cumbre de Buenos Aires está presente el conflicto dentro del grupo de los países en vías de desarrollo, el G-77 más China, donde conviven intereses y problemas tan heterogéneos como los de Arabia Saudí con los de países muy pobres de África y los de Asia y América Latina. La pretensión de unir ayuda para la adaptación con compensaciones por pérdida de ingresos por petróleo, o la exigencia de incluir en el capítulo de ayudas subvenciones para costear la diversificación económica en los más poderosos miembros de la OPEP tiene un efecto devastador en las negociaciones.

"En 2004 los ingresos del petróleo han aumentado en un 13% respecto a 2003, lo que supone unos 300.000 millones de dólares de incremento, y un tercio corresponde a Arabia Saudí. Sólo este incremento equivale al producto interior bruto de Kenia", comenta Stephen Singer, de la organización ecologista WWF.

Cuentan los ecologistas que al finalizar una cumbre del clima anterior, cuando se disponían a retirar el podio de las distinciones Fósil del Día se encontraron con miembros de la delegación saudí haciéndose fotografías allí. Su explicación los dejó helados: estaban retratándose con el galardón conquistado día a día para mostrar en su país que habían hecho bien su trabajo.

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