Segovia rescata del archivo catedralicio la música del XVII

El próximo mes de enero se cumplirán los ocho años desde que la sección de investigación musical de la Fundación don Juan de Borbón, dirigida por Alicia Lázaro, comenzó a rescatar viejas partituras y notas de los archivos de la catedral de Segovia. Fruto de este arduo trabajo es el primer volumen de una edición dedicada a los maestros de capilla, que se centra en la obra de Jerónimo de Carrión (1660-1721), bajo el título de Calendas. El tiempo en las catedrales, a la que le seguirá otro con el trabajo de Miguel de Irízar, uno de los músicos españoles más importantes del siglo XVII, cuyo lanzamiento se prevé para el primer trimestre de 2005.

Calendas, muchas de cuyas composiciones han sido ya grabadas por el grupo coral creado por la fundación, bajo la batuta de Lázaro, es una recopilación de las músicas de finales del XVII que se cantaban en la catedral a lo largo de todas las épocas del año, desde la Navidad a la Semana Santa y el Corpus Christi, también referente de la vida civil, según la investigadora.

Este primer volumen recoge algunos ejemplos del papel primordial de la música en una época en la que el culto religioso se rodea de una magnificencia en nada inferior a la de las celebraciones teatrales en las cortes reales o de la nobleza. Además, durante el XVII, a la música estrictamente litúrgica se suman de forma regular los tonos castellanos, de los que las catedrales españolas conservan un buen número.

Alicia Lázaro ha destacado la importancia del archivo musical religioso segoviano porque, aunque mediano, cuenta con fondos muy significativos del siglo XVII. Si bien era una capilla pequeña, de acuerdo con la investigadora tenía mucho prestigio porque acudían músicos de la real capilla, dada su proximidad a Madrid, lo que se acentuó cuando llegó a La Granja Felipe V, así como de El Escorial y de Valladolid.

Si se quisieran publicar todas las partituras catalogadas, Lázaro estima que se tardarían más de 300 años, ya que sólo el siglo XVII necesitaría entre 70 y 80 volúmenes, por lo que los primeros pasos editoriales se centran en lo más significativo de Carrión e Irízar.