CDC intensifica esfuerzos para hacer virar al partido a favor de la Constitución europea

Nadie duda en las filas de Convergència Democràtica (CDC) de que la dirección del partido dará la vuelta como un calcetín a su decisión de oponerse a la Constitución europea. El líder de CDC, Artur Mas, está esperando que el Gobierno presente en Bruselas, el próximo día 13, el memorándum lingüístico, y reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para anunciar públicamente su adhesión al tratado comunitario y recomendar el voto favorable en el referéndum del 20 de febrero. Pero primero Mas deberá vencer las reticencias que aún plantean sectores de su formación.

En un congreso extraordinario celebrado a principios de octubre, CDC tomó posición en contra de la Constitución europea y supeditó su voto afirmativo al reconocimiento institucional y lingüístico de Cataluña en los organismos comunitarios. Desde entonces, las distintas declaraciones de la cúpula convergente, sobre todo de Jordi Pujol y Artur Mas, han ido variando hacia opiniones más favorables con el tratado. Es verdad, no obstante, que el Gobierno central ha expresado en multitud de ocasiones su voluntad a cumplir estos requisitos, de ahí el memorándum de uso del catalán, euskera y gallego en algunos ámbitos comunitarios o la participación de representantes de comunidades autónomas en los consejos de ministros de la UE. Pero, de momento, el Gobierno no ha aprobado ningún reglamento y la modificación del régimen lingüístico necesita de la unanimidad de los 25 Estados.

La pasada semana, en una entrevista en la cadena SER, Mas admitió que su deseo es recomendar el sí en el referéndum del 20 de febrero y aplaudió los significativos pasos que ha dado el Gobierno para que Europa reconozca la diversidad lingüística e institucional de España. De este modo calificó de "innegable paso adelante" la presentación del memorándum sobre las lenguas, aunque reclamó al Ejecutivo central que se comprometa "hasta el cuello" y no sólo "de palabra" con estas reformas.

En esas mismas declaraciones, el secretario general convergente no descartaba próximas reuniones "al más alto nivel" para cerrar algunos flecos. Y es que Mas está a la espera de conseguir una reunión con Miguel Ángel Moratinos, que en Asuntos Exteriores no acaban de confirmar. Esta fotografía le permitiría aparecer como el artífice de que el Gobierno haya aceptado las condiciones convergentes, lo que le allanaría el camino para que las bases del partido dieran su beneplácito al tratado comunitario en el consejo nacional de enero. Pero en este capítulo, Mas ha topado con el otro líder de la federación, el democristiano Josep Antoni Duran Lleida, quien desde su aventajada posición de presidente de la comisión de Exteriores también intenta capitalizar estos logros.

Duran Lleida no se mordió ayer la lengua y afirmó tajante que los requisitos que planteaba Convergència para dar su apoyo a la Constitución ya se han cumplido a excepción de que Cataluña sea circunscripción única en las elecciones al Parlamento Europeo. No obstante, y para no interferir en las decisiones de su socio electoral, precisó que "han de ser los compañeros de Convergència quienes deben tomar una decisión".

En declaraciones a la agencia Efe, Duran Lleida elogió los esfuerzos de Artur Mas y del grupo de CiU en el Congreso para conseguir, antes del referéndum de febrero, el reconocimiento institucional y lingüístico de Cataluña en la UE. De paso, el jefe de filas democristiano apeló a todos los partidos nacionalistas, y en especial a Esquerra Republicana, a reconsiderar su oposición al tratado porque "lo que le interesa a Cataluña es un sí masivo" en la consulta electoral.

Pero lo que Duran ve claro -el cumplimiento de las condiciones por parte del Gobierno central- en algunos sectores de Convergència Democràtica todavía aprecian una escala que va del gris al negro. Así, el vicesecretario general y cabeza visible del sector soberanista, Felip Puig, advirtió que, aunque todo va "por el buen camino", todavía quedan algunos "ámbitos que analizar" antes de inclinarse por el sí. "El memorándum ratifica lo que es una obviedad científica y académica, y que es la unidad de la lengua catalana", sostuvo Puig.

Por su parte, la plataforma Euroconvergentes por el No, que con su inflexible postura forzó la convocatoria del congreso extraordinario de octubre, opina que todavía no se cumple ni una sola de las condiciones impuestas por CDC para votar a favor pese "a la campaña de marketing del Gobierno para hacer ver lo contrario". El portavoz de esta plataforma, Jordi Puigneró, manifestó que sólo ha habido "gestos de cara a la galería", pero "ni una sola garantía" de que, por ejemplo, el catalán será idioma oficial de la UE.

Campaña del PSC

Los socialistas catalanes, que respaldan sin fisuras la Constitución europea, darán este sábado el pistoletazo de salida a la campaña a favor del tratado en un acto en Barcelona en el que estarán presentes el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall; el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell; el ministro de Industria, José Montilla, y el eurodiputado italiano y líder de Demócratas de Izquierda, Giovanni Berlinguer.

El acto, que se celebrará en el World Trade Center, consistirá en dos mesas redondas y un debate. La primera mesa redonda se centrará en los contenidos que recoge la propuesta de tratado europeo y la segunda tratará acerca de los motivos sobre la necesidad de una Constitución. La Escuela de Invierno que el PSC celebrará en Tarragona a finales de enero también se centrará en la Constitución europea.