El Supremo de Ucrania da la razón a Yúshenko y ordena repetir la segunda vuelta
El líder de la oposición considera "un paso hacia la victoria" la decisión del alto tribunal
En una decisión histórica, el Tribunal Supremo de Ucrania anuló ayer la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 21 de noviembre, por considerar que sus múltiples irregularidades "excluyen la posibilidad de establecer de forma fidedigna el resultado de la expresión real de la voluntad popular" en el conjunto del país. Los ucranios volverán el próximo 26 de diciembre para repetir la votación fallida, de acuerdo con la convocatoria que deberá hacer en los próximos días la Comisión Electoral Central (CEC) ucrania en cumplimento del fallo del alto tribunal.
La sentencia satisface plenamente la demanda interpuesta por el candidato Víktor Yúshenko, el jefe de la oposición, que denunció los resultados oficiales de la CEC. Éstos dieron un 49,46% de los votos a Víktor Yanukóvich, jefe de Gobierno, y un 46,61% a Yúshenko.
El fallo del tribunal fue leído por el magistrado Anatoli Yarema, jefe de la Cámara Civil del Supremo, quien, tras siete horas de deliberaciones, no podía ocultar su nerviosismo. El tribunal, cuyos miembros han sido elegidos de por vida, votó unánimemente a favor de una sentencia revolucionaria por hacer un inventario de los vicios arraigados en otros países herederos de la URSS como Bielorrusia, Rusia y las repúblicas de Asia Central.
La sentencia es una bofetada para el presidente de Rusia, Vladímir Putin, que la víspera apoyaba al presidente Leonid Kuchma en su rechazo de la repetición de los comicios. Es también un motivo de reflexión para los observadores en el espacio pos-soviético, especialmente para los de la Comunidad de Estados Independientes, que jamás captan irregularidades serias en los países que visitan.
La sentencia se adelanta y supera a los mediadores internacionales, que en parte esperaban una resolución judicial más vaga y se preparaban para negociar arduamente para articular una convocatoria a las urnas aceptable por todos. Entre los motivos para invalidar las elecciones, Yarema citó los siguientes: la CEC no estudió las actas de las comisiones electorales territoriales, no comprobó su veracidad, ni si se realizaron correctamente. La CEC estableció los resultado sin examinar las denuncias de irregularidades contra las comisiones territoriales. Además, divulgó el resultado electoral sin esperar a que los jueces acabaran de examinar las denuncias. Por si fuera poco, permitió que las listas del censo repitieran nombres e incluyeran a gente sin derecho a votar. La CEC permitió el reparto y confección incontrolada de los "boletines de desplazados". En la campaña electoral no hubo igualdad de oportunidades, los órganos de poder ejecutivo y municipal y los dirigentes se inmiscuyeron en los comicios, se cometieron transgresiones con los observadores y con los miembros de los colegios electorales, según el fallo del tribunal, que también determinó la existencia de irregularidades en el transporte de las urnas a domicilio y de los documentos electorales. A la vista de tal elenco, el Supremo decidió que las elecciones no podían ser reconocidas como tales. La euforia invadió a los partidarios de Yúshenko, que seguían en directo la retransmisión en directo de la lectura de la sentencia del Supremo por las pantallas gigantes de la plaza de la Independencia. Hubo fuegos artificiales, vítores, gritos de "fuera Kuchma" y, finalmente, la comparecencia triunfante de Yúshenko sobre la tribuna. El líder de la oposición definió la resolución de los jueces como "un paso hacia la victoria", pidió a sus partidarios que siguieran en la plaza y exhortó al cese del Gobierno y de la CEC.
Yúshenko agradeció el apoyo prestado por el Parlamento Europeo, que se decantó a favor de una repetición de la segunda vuelta. La víspera, los representantes de Yúshenko en el Supremo se mostraban insatisfechos con la mediación de la Unión Europea y le reprochaban haber dejado la puerta abierta a unas nuevas elecciones desde cero, tal como quería Kuchma. Su temor era que esta eventualidad diera tiempo para preparar una alternativa al presidente saliente e impidiera mantener la presión popular, que ha sido clave para la victoria en esta pugna. No en vano, la coalición en torno a Yúshenko se llama "la fuerza del pueblo". "Está bien que se hayan clarificado las cosas", dijo Vladímir Litvin, presidente del Parlamento, en reacción al fallo del Supremo. Mientras tanto, Yanukóvich guardaba silencio y no compareció en la reunión dedicada a la economía que Kuchma mantuvo ayer con el Gobierno y los líderes de los grupos parlamentarios. Yanukóvich podría negarse a participar en las elecciones, y en ese caso, y dependiendo de la fecha en que renunciara, Yúshenko tendría como oponente al tercer candidato clasificado, el socialista Olexandr Moroz, que pertenece a su propia coalición, o bien sería proclamado como presidente si obtiene en solitario más del 50% de los votos.
La Rada Suprema, o Parlamento de Ucrania, por otra parte, aprobó ayer una resolución en la que recomienda al presidente del país, Leonid Kuchma, que retire el contingente militar de Irak. La resolución, que entró en el programa de sesiones por iniciativa del líder comunista, Petró Simonenko, fue aprobada por 257 votos a favor, de los 397 diputados presentes, informa Efe. El Consejo Ucranio de Defensa y Seguridad Nacional aprobó el 28 de septiembre la propuesta de reducir de manera "gradual" las tropas presentes en Irak.
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