Obstáculos a la innovación

Agradezco el esfuerzo que el diario EL PAÍS está realizando para dar a conocer las valiosas opiniones de importantes expertos y profesionales altamente cualificados en el mundo de la investigación y de la innovación. En el número del 26 de noviembre, el catedrático de Bioquímica don Federico Mayor Zaragoza nos anima a imitar a los EE UU en su capacidad para la utilización práctica del conocimiento a través de las patentes, preocupándose especialmente por la ventaja que presenta este país en el número de solicitudes de patentes con respecto a los datos de la Unión Europea. Las diversas fuentes estadísticas apoyan esta afirmación. Sin embargo, sería importante en estos aspectos precisar un poco más la información con objeto de no caer en algunos equívocos que, a fuer de repetir, se están consolidando como clásicos.

La Comisión Europea nos recuerda que las medidas para aumentar el registro de patentes no tienen por qué mejorar a priori los resultados de la innovación. La estrategia empresarial en relación con los derechos de propiedad industrial en EE UU es cualitativamente diferente a la que se practica en Europa, en donde no se recurre tan a menudo a estrategias defensivas para bloquear a los competidores e impedir la copia. Dicha circunstancia no es de extrañar si se considera que las patentes europeas son de superior calidad a las americanas. La fuerza del sistema europeo de patentes puede explicar en parte el desfase entre ambos bloques económicos.

Las políticas, por tanto, no deberían centrarse en el número de patentes, sino en el valor económico y social de las mismas. De no ser así, la promoción de las patentes podría aminorar la innovación al imponer a la industria gastos adicionales e incrementar, más que disminuir, los costes de transacción.