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El candidato de la oposición se retira de las negociaciones con el Gobierno de Ucrania

El Parlamento rechaza una moción de censura al Ejecutivo propuesta por Víktor Yúshenko

Pilar Bonet

La crisis política, provocada por los resultados de las elecciones presidenciales de Ucrania, se agravó ayer de nuevo tras la retirada del opositor Víktor Yúshenko de las negociaciones con el jefe del Gobierno, Víktor Yanukóvich. La ruptura del frágil diálogo,encauzado el viernes por los mediadores internacionales, fue anunciada después de que la oposición sufriera una importante derrota en la Rada Suprema (el Parlamento). La rápida y alarmante erosión de los cauces de diálogo movilizó de nuevo a los mediadores internacionales, que hoy volverán a reunirse con los protagonistas.

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El jefe de la política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, llegó anoche a Kiev, donde debía entrevistarse con el presidente saliente Leonid Kuchma, y estaba prevista también la llegada de los presidentes de Polonia y Lituania, el secretario general de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y el jefe de la Duma Estatal de Rusia.

De las tres instituciones centrales donde se debatía la crisis (Parlamento, Grupo de Trabajo y Tribunal Supremo), sólo esta última trabajaba con normalidad examinando las pruebas de cargo (12 tomos y más de 2.000 documentos) en la acusación de fraude electoral presentada por Yúshenko. El tribunal interrogó largamente a un representante de la Comisión Electoral Central, bien preparado para defenderse, y denegó la petición de los partidarios de Yanukovich de prolongar la vista para darles más tiempo para estudiar la documentación. El alto tribunal tiene un plazo máximo de cinco días para acabar su trabajo (es decir el jueves), pero ayer los expertos hacían hincapié en la dificultad técnica de examinar todos los materiales hasta entonces.

En la Rada Suprema, se puso ayer en evidencia que en Ucrania las mayorías parlamentarias son movedizas y que el Gobierno, arrollado el sábado, había vuelto a recomponer la suya. Yúshenko cosechó ayer una derrota, cuando la Cámara -en vez de aprobar a la moción de censura contra el Ejecutivo como quería la oposición- aprobó en cambio, en líneas generales una disposición que en parte anulaba la del sábado, que entonces consideró inválidas las elecciones por no reflejar la voluntad popular. La disposición de ayer volvía sobre lo dicho y renunciaba a poner calificativos a la segunda vuelta electoral para dejar el asunto en manos del Tribunal Supremo y Constitucional.

La disposición obtuvo 232 votos a favor y fue avalada por el grupo Regiones (base política de Yanukóvich) y por los socialdemócratas (base política del jefe de la Administración presidencial, el maquiavélico Víctor Medvedchuk) y los comunistas. Otra disposición, presentada por el jefe de la Cámara, Vladímir Litvin, y más en consonancia con de la oposición, obtuvo 196 votos, y no pasó. El proyecto fallido contemplaba el cese del Gobierno central y de los gobernadores de las regiones de Donetsk, Lugansk y Jarkov, un voto de censura al fiscal general y nuevas elecciones presidenciales el 12 o el 19 de diciembre.

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El inesperado revés provocó una oleada de irritación en las filas de Nuestra Ucrania, el partido de Yúshenko, y otros miembros de su coalición electoral como el Bloque de Yulia Timoshenko. A partir de ahí, la sesión parlamentaria quedó abortada y un grupo de manifestantes se abalanzaron contra las puertas del Parlamento para irrumpir en el edificio y fueron rechazados tras un intenso forcejeo. Litvin, de cuerpo gentil, sin abrigo y sin gorro, salió a pedirles que no asaltaran la sede del Legislativo, puesto que este era el único cauce de expresión democrática del país.

La sesión no volvió a reanudarse por la noche, tal como querían los seguidores de Yúshenko, y se aplazó hasta hoy por la mañana, con un orden del día que no incluye la moción de censura al Gobierno.

Yanukóvich propuso una nueva salida del conflicto, que no fue aceptada por Yúshenko, a saber, si se detecta fraude, nuevas elecciones desde cero en las que no competiría ninguno de los dos. Si no hay fraude, Yanukóvich está dispuesto a una coexistencia con Yúshenko como jefe del Gobierno después de una reforma política que le daría a este grandes competencias.

Parlamentarios y seguidores de Yúshenko impiden la entrada de manifestantes en la sede de la Cámara.
Parlamentarios y seguidores de Yúshenko impiden la entrada de manifestantes en la sede de la Cámara.REUTERS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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