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Reportaje:

Bueno, barato y saludable

Diversos locales transforman con materias primas de calidad el concepto de comida rápida

José Carlos Capel

Una y otra vez la pregunta se repite: ¿Es posible comer rápido y bien sin pagar facturas desmesuradas? ¿Existen establecimientos en Madrid donde los productos sean razonablemente buenos y la cocina posea cierta calidad? Afortunadamente, en los dos últimos años se han inaugurado locales que calcan los patrones norteamericanos, sin que por ello incurran en los pecados de la comida basura. Y, por supuesto, han abierto sus puertas algunas bocadillerías capaces de desempeñar una función parecida.

Si admitimos con Ferran Adrià que el concepto fast food (comida rápida) no corresponde a un tipo de comida sino a una manera de tratar y servir los alimentos, es evidente que en años venideros la dignificación de la comida rápida pasará por seleccionar buenos productos y por manipularlos de la forma adecuada.

Productos frescos, platos imaginativos y bocadillos integran la nueva cocina urbana

No hay mejor ejemplo que el de las hamburguesas. Si se elaboran con carnes nobles cortadas a cuchillo constituyen una exquisitez, pero si proceden de recortes de desecho se convierten en el símbolo de la peor alimentación. Más aún cuando las patatas se fríen en grasas infectas, como suele ser habitual. En Madrid, los bocadillos y los montaditos siguen ganando la batalla al fast food basado en la hamburguesa. Se reconozca o no, pocas cosas resultan más suculentas que un bocadillo de calidad.

Entre los últimos locales de comida rápida en llegar a la capital figuran dos de interés. En La Montadería, bar angosto que cada mediodía se llena a rebosar, la oferta de montaditos y bocadillos es inabarcable.

No menos interesante resulta La Paninoteca d'E, decorada a la última, que podría definirse como la catedral de los bocadillos para gourmets. Bajo la asesoría del conocido cocinero Sergi Arola (La Broche), recién fichado por la casa, se siguen ofreciendo dos de sus especialidades más deliciosas: los bocadillos de torta del Casar con rúcola y los mediterráneos de jamón.

Con hechuras más firmes, aunque fiel a la idea de restaurante informal, abrió sus puertas hace algunos meses el ya popular Fast Good, una idea del celebérrimo Ferran Adrià para la cadena NH. No se trata de un fast food corriente, porque los productos son dignos y se preparan de manera adecuada. Tampoco es un quick service (servicio fulminante), pero sí entronca con la idea de fast casual (rápido y desenfadado) y de self service (autoservicio). En Fast Good se puede paladear una de las hamburguesas con patatas más nobles de la ciudad o unos buenos huevos fritos con jamón.

En semejante idea, interpretada de otra manera, se basa Iboo, local de nuevo estilo cuyo asesor es el madrileño Mario Sandoval, cocinero que la pasada primavera ganó el campeonato de España para jóvenes profesionales. Su carta la componen platos meticulosamente estudiados con apariencia de alta cocina. Recetas contemporáneas, que llegan avaladas por mil recomendaciones dietéticas y que se elaboran en un lugar distinto al de su venta.

Se trata de un restaurante sin cocina (una avanzadilla del futuro), donde los platos preparados, ésos que ahora se denominan 5ª gama, llegan al restaurante en bolsas ultracongeladas al vacío, que luego se regeneran tras un proceso veloz. Es así como se consigue una pechuga de pintada en su punto perfectamente guisada, una ensalada de pasta con hierbas o algunos postres tan sugerentes como la macedonia de frutos rojos con helado. Y todo sin sobrepasar los 15 euros. O tal vez menos, en función del tipo de menú. Platos que gustan a quienes ansían disfrutar de ambientes desenfadados sin pagar demasiado.

En otra línea de trabajo se encuentra la cadena madrileña Delina's, que desde hace algunos años viene apostando por la calidad. Resulta encomiable su preocupación por la selección de las materias primas y el frescor de sus productos, actitud que ratifica el conjunto de su oferta desde los embutidos hasta el pan. En todas las unidades de esta cadena, que tan sólo funcionan al mediodía, se sirven bandejas de sushi japonés recién elaboradas, buenos sándwiches de creación, magníficos wraps (obleas enrolladas con rellenos sustanciosos) y hasta café selecto de Colombia.

En estos momentos resulta evidente que para despachar comida rápida hace falta pensar en la salud. A tenor de las últimas tendencias, una nueva cocina urbana empieza a despuntar.

Delina's. Precio aproximado: entre 15 y 20 euros. Gran Vía, 51 (esquina a San Bernardo). Teléfono: 91 559 69 64. Jorge Juan, 21. Tel. 91 576 91 21. Paseo de la Castellana, 191. Torres KIO. Tel. 91 315 27 85. Paseo de la Castellana, 4. Tel. 91 576 61 32. Iboo. Entre 10 y 12 euros. Sor Ángela de la Cruz, 17. Tel. 91 570 25 95. Fast Good. Entre 15 y 18 euros. Padre Damián, 23 (hotel Eurobuilding). Tel. 91 343 06 55. La Paninoteca d'E. Alrededor de 25 euros. Velázquez, 32. Tel. 91 426 38 16. La Montadería. Alrededor de 20 euros. Lagasca, 42. Tel. 91 575 57 41.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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