Sobrecarga en la red humana
No pueden vivir sin Internet, su cuenta de correo electrónico y su móvil. Lo utilizan todo y lo hacen a la vez porque son incapaces de concentrarse en una sola cosa y sufren ansiedad si no reciben constantemente información del exterior. Son los trabajadores multitarea con desorden compulsivo 'on line'.
Todo al mismo tiempo. El ejecutivo multitarea es, aparentemente, un trabajador eficaz, capaz de preparar informes, contestar sus mensajes de móvil y enviar correos electrónicos al mismo tiempo y con resultados óptimos. Los psicólogos aseguran que la calidad de su trabajo no es tal, y que, además, tienen un gran problema: son incapaces de concentrarse en una sola cosa. Estar permanente conectado y recibir órdenes de todas partes con todo tipo de sonidos y vibraciones desenvoca en múltiples neurosis.
El profesor de Psiquiatría de la Universidad de Harvard, Edwuard Hallowell, ha descrito el vacío que sienten estas personas los domingos cuando deciden descansar, apagar el portátil y desconectar el móvil. La sensación de estar fuera del mundo y marginados de la realidad se traduce en una compulsión por recibir constantemente información del exterior, que el profesor de Harvard ha bautizado como desorden compulsivo on line. Este trastorno, que Hallowell define como "magnético", se relaciona con un desorden de la atención que los psiquiatras achacan al abuso de la concentración y la creatividad que generan las nuevas tecnologías.
Los psiquiatras que estudian estas enfermedades del Homo sapiens on line aseguran que el comportamiento multitarea, tan bien visto en determinados ambientes laborales, no sólo es adictivo, sino, también, poco productivo. Han constatado en sus pacientes unos plazos más cortos de memoria, frustración ante los proyectos a largo plazo que no conllevan el frenesí de la velocidad, y, lo más curioso, una necesidad física de controlar el correo electrónico y atender al teléfono. "Conectarse equivale a una dosis de dopamina", explica John Ratey, otro profesor de Psiquiatría de Harvard, que compara la sensación de estar conectado con un estado de placer, estimulación y escape.
La mitad del tiempo perdido. El profesor de Psicología de la Universidad de Michigan, David Meyer, concluye que al hacer dos tareas a la vez, como intercambiar mensajes de e-mail y escribir un informe, se consume el doble de tiempo que si se hiciesen por separado.
La obsesión por lo más moderno, por tener acceso a todo a la mayor velocidad, optimizar el tiempo y poner en práctica la ley del mínimo esfuerzo son los síntomas de una vida frenética que genera, cada vez más frecuentemente, trastornos de ansiedad entre gente joven, trabajadora y bien colocada.
Otros especialistas prefieren no definir estos comportamientos como adicciones, ya que no están provocados por una sustancia química —aseguran qie sólo las que tienen un origen químico pueden ser consideradas adicciones—. Por tanto, no creen en los moviladictos, los teleadictos o los tecnoadictos. Una postura opuesta a la del jefe del servicio de Neuropediatría del hospital de la Zarzuela, en Madrid, Alberto Fernández Jaén, que asegura que en su consulta atiende al menos a un adolescente videoadicto.
En cualquier caso, la definición del desorden compulsivo on line no es la de una adicción. Está más cercana a un trastorno de la ansiedad que puede perdurar a través del tiempo y es capaz de interferir en la vida laboral y privada de los afectados debido a su incapacidad para controlar las conductas repetitivas y sin sentido en busca de información y en pos de la multitarea.
El mercado sueña con este tipo de consumidor y lo alimenta a través de la publicidad. El hombre multitarea lo comprará todo, lo necesitará todo, y, lo más importante, se sentirá capaz de usarlo todo al mismo tiempo.
Sobrevivir a la 'infoxicación'. Infoxicación es un término creado por Alfons Cornella, experto en buscar fórmulas para lidiar con la avalancha informativa. Desde su web (www.infonomia.com) apunta algunos consejos. Lo primero es definir cinco temas que nos interesan y otros cinco que pudieran interesarnos para no vernos desbordados por los 20 millones de páginas web que se estima que existen en Internet y los 18.000 títulos de revista que se editan en el mundo y a los, que por obra y gracia de la tecnología, tenemos acceso. Instalar un filtro en el correo electrónico ante el aumento desmesurado de mensajes. No almacenar información innecesaria y recurrir a las fuentes concretas sin distraerse con temas superfluos.
Atreverse a desconectar
Descansar, al menos los fines de semana, de la avalancha de datos, mensajes y correos electrónicos.
Apagar el teléfono móvil unas horas al día.
No caer en la tentación de actualizar constantemente los softwares.
Resistirse a cambiar continuamente los modelos de móvil, palm y otras herramientas, que no son más que eso.
David Shenk, autor de Data smog: surviving the information glut (Niebla tóxica informativa: Cómo sobrevivir a la saturación de datos), propone hacer los domingos por la mañana ayunos de información, que él llama datasiestas, lejos del ordenador y de la televisión.
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