La reforma de los estudios de posgrado será clave en el desarrollo regional

El Sistema Universitario Público Valenciano (SUP) -de la mano de expertos de la Politécnica de Valencia, de la Universitat y del Instituto de Biomecánica (centro mixto de investigación con el CSIC)- diseñó hace año y medio un ambicioso plan de estudios de segundo ciclo para implantar lo que iba a ser a nivel nacional la primera titulación "interunivesitaria" en Biomedicina, orientada para que los graduados en ingeniería informática y en medicina pudieran obtener el título de máster y doctor adecuado ya a la futura estructura europea de créditos (ETCs) que entrará en vigor en 2010 en Europa. El plan de estudios se hizo pensando en la futura estructura que tendrán los programas de posgrado a partir del próximo curso 2005-2006, que el Ministerio de Educación y Ciencia acaba de regular mediante el proyecto de Real Decreto de Programas de Postgrado remitido el jueves al Consejo de Estado.

Pese a que la nueva titulación de Biomedicina había sido diseñada y pensada, precisamente, como proyecto piloto para adelantarse a las exigencias y directrices que exige el futuro el Espacio Europeo de Estudios Superiores (EEES) en construcción -además de haber superado los informes favorables tanto del órgano consultivo de la Generalitat Valenciana como del Consejo de Coordinación Universitaria a nivel nacional- el proyecto sigue bloqueado en un cajón ministerial desde diciembre de 2003. "La oposición de un sector de la industria farmacéutica vetó su aprobación", según han confirmado a EL PAÍS fuentes de tres instituciones que participaron en su diseño. "El plan de estudios llegó a figurar incluso entre los temas en cartera del último Consejo de Ministros antes de las elecciones generales de marzo"

En la misma dirección caminó la adquisición por parte de la Universitat de València de uno de los dos hermanos del supercomputador Mare Nostrum -que se acaba de instalar la semana pasada en Barcelona- y que junto al ya adquirido por la Universidad de Santiago de Compostela conforman en este momento un potente triángulo de generación de empresas de base tecnológica. Así, profesores, científicos y estudiantes de segundo y tercer ciclo del sistema valenciano que se quieran especializar en áreas clave para de la nueva economía de la UE -fundamentalmente, aeronáutica e industria aeroespacial, investigación astrofísica, sanidad, agroalimentación y nutrición y, por supuesto, biomedicina y biotecnología- podrán en competir

en los programas europeos, o incorporarse a las redes nacionales o extranjeras de formación o investigación a través de los nuevos estudios de posgrado en mejores condiciones.

La capacidad de las universidades valencianas para rentabilizar las estructuras y nuevos títulos articulados en los dos últimos años se pondrá a prueba a partir del 15 de abril, fecha en que la que el Ministerio publicará la primera convocatoria nacional por la que las universidades y centros públicos de investigación solicitarán la autorización o validación la puesta en marcha de sus títulos de Máster y Doctorado, en función de "criterios objetivos y transparentes" evaluables por parte de la agencia nacional de acreditación Aneca y sus homólogas a nivel autonómico.

Los resultados presentados en las jornadas europeas de postgrado celebradas el 18 y 19 en la Politécnica de Valencia son optimistas atendiendo a los datos presentados por ejemplo por el subsecretario autonómico, Agustín Escardino, que avalan el éxito de los postgrados implantados en los últimos años por la Jaume I de Castellón en coordinación con el sector cerámico con la finalidad de insertar máster y doctores en el entorno productivo regional: en los últimos diez años 1.915 técnicos del sector han sido reciclados a través de 101 programas de posgrado; y de 579 titulados superiores 315 licenciados en Químicas y 264 ingenieros Químicos se han especializado ya en Tecnología de los Materiales Cerámicos. Lo mismo afirman los "indicadores de calidad" de estos programas presentados en las jornadas por Patricio Montesinos, responsable de Centro de Formación de Postgrado de la Politécnica de Valencia, y uno de los pioneros en la concepción de los llamados "nuevos productos interuniversitarios". En 2003 un total de 27.127 alumnos de la Politécnica se matriculó en alguno de los 1.300 postgrados que se imparten, que involucra a 705 profesores externos y supone un retorno económico de 7,8 millones de euros."Europa es la gran oportunidad para resolver los problemas internos", fue la máxima que surgió de la Conferencia Anual de Decanos y Directores de Informática, que reunió en mayo de 2003 a 71 directores y decanos de 40 universidades españolas en Valencia. Una cita donde se acordaron las pautas básicas que deberán regir la reforma de los planes de estudio de estas ingenierías para anticiparse a la entrada del EEES en 2010. No obstante, y dado que Europa acordó después que el título básico homologable será el de "graduado" -habiendo cursado entre 180 y 240 créditos- y que la carga de la "especializacion" recaiga en el siguiente nivel de postgrado, la reforma deberá abordarse en coherencia por arriba.

Esto hace que desde ahora y hasta el 1 de octubre de 2007 -cuando el Ministerio publique el Catálogo Oficial de Títulos de Grado- los centros y departamentos tengan la ingente tarea de reducir, unificar o rehacer la estructura de los planes de estudio "empezando por arriba" antes de esa fecha, ya que éstos sentarán las bases de la reforma de los títulos de Grado.

La finalidad según la CRUE y el Ministerio pasa por iniciar la "racionalización" de los programas de postgrado de segundo y tercer ciclo existentes. Una tarea, complicada, como reconocieron vicerrectores y profesores en las jornadas de la Politécnica de Valencia, ante la duplicidad y proliferación de títulos propios, carreras similares en muchas ramas de las ingenierías y la fuerte caída de la demanda de plazas (que oscila entre el 25% y el 40% en ciertas carreras del área de Ciencias Sociales o Experimentales). Todo ello complica el reto de los próximos dos años.

Por esta razón, el Gobierno se compromete a "ceder el máximo nivel de autonomía a las universidades y comunidades autónomas" para que sean éstas las que en función de criterios de "eficiencia", "movilidad" y "empleabilidad", básicamente, decidan el futuro de las especialidades lo que obliga, en primer lugar, a centros y departamentos a consensuar qué materias desapacerán o serán transversales en clave interuniversitaria.

El futuro pasa, por ejemplo, explicó García-Velasco por que un alumno de Químicas de Barakaldo o Valencia que pretenda especializarse en productos refinados de aceite de oliva pueda solicitar su acceso en la Universidad de Jérez (que lidera este campo) en vez de duplicar esta especialidad en sus universidades de origen. Éste es básicamente el "criterio general" que busca imprimir el Gobierno. "No se trata de competir por el máximo número de implantación de títulos y que una universidad sea especialista en todo".