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Greenspan descarta una intervención conjunta para fortalecer al dólar

El presidente de la Reserva Federal dice que el alto déficit exterior debilita a su divisa

El presidente de la Reserva Federal estadounidense, Alan Greenspan, provocó ayer una nueva escalada del euro. Durante una conferencia en Francfort, el responsable de la política monetaria de EE UU auguró que el apetito por acumular dólares "va a disminuir" ante el alto déficit exterior de EE UU, y se mostró contrario a una intervención conjunta. Su colega europeo, Jean Claude Trichet, se limitó a calificar de "brutal" la fortaleza del euro, que ayer alcanzó 1,3068 dólares, cerca de su nivel máximo. Greenspan y Trichet participan este fin de semana en Berlín en la reunión del G-20.

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Si alguno esperaba que la presencia de Greenspan en Francfort pudiera aportar una pausa para la carrera del euro, las palabras del presidente de la Reserva Federal supusieron una ducha fría. Sostiene Greenspan que las intervenciones de los bancos centrales tienen un impacto moderado sobre los mercados de cambios. Aportó Greenspan en apoyo de su tesis el ejemplo de Japón, cuyo banco central intervino con fuerza el pasado marzo sin conseguir efectos importantes. Según Greenspan, el grado de sofisticación de los mercados diluye los efectos de las intervenciones. A la pregunta de si consideraba necesaria una intervención tripartita de la Reserva Federal de EE UU, del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de Japón para coordinar sus acciones, Greenspan respondió tajante: "No creo que haya que hacer nada más. Ya hacemos lo suficiente".

En su discurso ante el Congreso Bancario Europeo de Francfort, Greenspan dejó el dólar a las pies de los caballos al fijar como motivos para su baja cotización el fuerte déficit de la balanza comercial y de pagos de EE UU, al que se une el presupuestario. Según Greenspan, el déficit de EE UU no podrá financiarse de forma indefinida con aportaciones extranjeras, porque "parece evidente que ante el déficit por cuenta corriente en EE UU el apetito de los inversores para continuar acumulando títulos en dólares sin duda va a disminuir".

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, se negó a pronunciarse sobre temas monetarios y se remitió a su anterior declaración, en la que calificó de "brutal" la subida del euro.

Desde Varsovia, donde hizo una escala en su camino hacia la reunión del G 20 en Berlín, el ministro de Hacienda de EE UU, John Snow, tampoco parecía dispuesto a intervenir para frenar la escalada del euro. Según Snow, el G 20 no es el gremio adecuado para discutir los temas monetarios y el tema que situará en primer plano será el fomento del crecimiento económico de los países. Sí expresó Snow la voluntad de Washington de reducir el déficit presupuestario y comercial, pero ante todo le importa hablar del crecimiento, en el que la economía europea marcha a la pata coja mientras EE UU registra altas tasas.

En Berlín, el anfitrión de la cumbre de G 20, el ministro federal de Hacienda, Hans Eichel, apeló a EE UU a que actúe en contra de la debilidad del dólar, porque "no puede interesarle una rápida caída del dólar". Eichel insistió en su propuesta de que la triada (EE UU, la UE y Japón) "se reúna para encontrar soluciones comunes".

Efectos en la exportación

La repercusión de la alta cotización del euro sobre la exportación, sostén de la economía alemana, preocupa en el país. El jefe de la multinacional alemana Siemens, Heinrich von Pirer, declaró ayer al diario económico Handelsblatt: "Nuestros productos se han encarecido en los últimos meses un 30%. Los europeos tienen que expresar con absoluta claridad que no queremos un euro que suba sin parar".

Tras su máxima caída en octubre de 2000 hasta 0,82 dólares, el euro se ha revaluado un 58%, hasta llegar a su cotización actual por encima de 1,30 dólares. Por su parte, el presidente del Banco Federal Alemán (Bundesbank), Axel Weber, restó importancia a la repercusión del alto euro sobre las exportaciones alemanas.

En la cumbre del G 20 de hoy en Berlín llama la atención la ausencia de Argentina, que el ministro alemán, Eichel, lamenta de forma especial. Entre bastidores, en Berlín se maneja como explicación a esta incomparecencia el temor a afrontar una reunión en la que figuran como tema de discusión las relaciones entre países deudores y acreedores. Eichel dio a entender que con su ausencia Argentina se arrincona y se perjudica. Además de Argentina, faltarán por diversos motivos los ministros de Hacienda de Corea del Sur, Japón, Francia y Rusia.

Alan Greenspan y Jean Claude Trichet, durante su conferencia conjunta en Francfort.
Alan Greenspan y Jean Claude Trichet, durante su conferencia conjunta en Francfort.EFE

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