"Desde el 11-S se están dando retrocesos en igualdad social"
Mikel Mancisidor (Bilbao, 1970) es, desde el 1 de octubre, el director de Unesco Etxea. Especialista en derechos humanos, participó ayer en Leioa en las conferencias que presentaron el último informe anual de la ONU sobre el Desarrollo Humano y la llamada Declaración del Milenio, que persigue acabar con la pobreza y desigualdades en el mundo.
Pregunta. ¿Cuáles son los principales problemas que ve usted en el País Vasco?
Respuesta. Desde los criterios del informe, como esperanza de vida, renta, servicios sanitarios o educativos, estamos en uno de los puestos más importantes. Pero no se puede eludir la situación de desencuentro político y social: la violencia que sigue estando ahí, con personas amenazadas que están sufriendo mucho y gente que puede ejercer su libertad de forma difícil. Ambas situaciones son parte de la misma realidad.
P. En su nuevo puesto en Unesco Etxea, ¿cuál es su reto?
R. Nuestro principal objetivo es servir de puente entre la sociedad vasca y las Naciones Unidas. Para esto tenemos reconocido un estatus consultivo con la ONU y la Unesco, que nos permite traer los grandes debates de la comunidad internacional.
P. Pero la labor de Unesco Etxea es muy amplia y variada, desde la educación y la juventud hasta el medio ambiente. ¿Como se puede llegar a todo?
R. Es cierto. Son áreas amplísimas y es imposible estar al tanto de todo lo que se mueve. Sí tenemos identificadas áreas estratégicas, como el patrimonio lingüístico, donde tenemos una cátedra que puede convertirse en referencia internacional. Llevamos cinco años investigando y tenemos un recuento de cientos de lenguas, sus hablantes y los problemas. Están los programas de becas que permiten que jóvenes vascos hagan prácticas en sedes de la Unesco y estamos en la reserva de la biosfera de Urdaibai.
P. En esta sociedad donde el éxito se mide por los beneficios económicos y el poder, ¿cree que las ONG están enmendando ese enfoque o todavía tienen una influencia muy minoritaria?
R. Lo ideal sería superar el debate entre egoísmo y altruismo. Tiene que haber un egoísmo inteligente y sano para que la humanidad viva en condiciones de dignidad para todos. Con el esquema cortoplacista del beneficio inmediato vamos a una sociedad insostenible. La política inteligente es la que tiene que entender la seguridad a largo plazo y para todos. Nos queda mucho camino por recorrer pero estamos trabajando bastante en incidir en términos de justicia social.
P. ¿Estamos mejor que hace 20 años en igualdad social?
R. El final del siglo XX, con todos los problemas, tuvo importantes hitos: la ampliación de la democracia a nivel formal en muchos países o avances en la justicia internacional. Desde el 11 de Septiembre se están dando retrocesos en cuestiones que creíamos ya consolidadas, como la consideración de Naciones Unidas como principal institución del multilateralismo. Por eso es tan importante retomar los grandes textos, como la Declaración del Milenio, que vienen a recordar las normas que deben regir en el siglo XXI.
P. ¿Qué destaca de la labor de Unesco Etxea en sus 13 años de vida y qué queda pendiente?
R. Hay cuestiones importantes, como la gran cantidad de jóvenes que han estudiado en sedes de la Unesco, y ampliar las miras de todos para saber que, más allá de nuestros problemas, hay gente trabajando en cantidad de temas. Ese es uno de los logros. Queda pendiente mucho, porque esa labor de puente requiere estar siempre trabajando. Me gustaría que Unesco Etxea fuera conocida como un instrumento de calidad de la sociedad vasca para participar en los grandes debates internacionales, que aportáramos pensamiento innovador y fuéramos una voz vasca, no la única ni la mejor, que sale al exterior.
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