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Saramago propone revisar los grandes conceptos y limpiar las palabras

El Nobel y el poeta Luis García Montero abren en Madrid la II Mostra Portuguesa

Jesús Ruiz Mantilla

Lavar las palabras, "limpiarlas", recuperar la esencia de los significados perdidos... Ésa es la propuesta de movilización cívica que José Saramago y Luis García Montero lanzaron ayer en la primera sesión de la II Mostra Portuguesa, que se celebra en la Biblioteca Nacional de Madrid. Ante un auditorio silencioso de más de 300 personas que abarrotaron el salón de actos de la Biblioteca, el premio Nobel y el poeta sacudieron algunos conceptos que necesitan ser revisados.

Responsabilidad, escritura, referencia moral... El análisis de dos obras de Saramago como Ensayo sobre la ceguera y Ensayo sobre la lucidez llevaron a García Montero a plantearle la vitalidad de los vocablos antes citados. "Ha llegado el momento de hacer notoria la necesidad de revisar conceptos. Muchas palabras no significan lo mismo hoy que en el siglo XVII. La justicia no es lo mismo; la ley, aunque pueda pensarse que se hace en nuestro propio beneficio, no es lo mismo. Hay que revisar las palabras de una forma natural y cotidiana como el agua que uno bebe". En eso entra la tarea individual de cada uno. "Culpables no somos", apuntó Saramago, "pero responsables, sí".

Democracia, verdad, voto en blanco... "La democracia no ha existido nunca, ni siquiera en su definición original en Grecia. Creer que es el gobierno del pueblo es una ingenuidad", lanzó Saramago. "Existe una fachada democrática, se trata de ver lo que hay detrás y detrás de esa fachada empieza algo que no es democrático y aquí está la perversión". El escritor portugués anduvo merodeando en otros tiempos. "Aquí, en España, se dice que contra Franco vivían mejor, como en Portugal algunos dicen que contra Salazar también se vivía mejor. Ahí la clave no son los personajes sino la palabra contra, porque significa no, y en el no empieza la revolución". La revolución que en algunos casos lleva al conformismo. Contra eso también alertó Saramago: "¿Si te callas para qué sirves? ¿Qué haces aquí? ¿Qué utilidad tienes? No hemos venido a este mundo para tener coche".

Quijote, Rimbaud, sueño, locura... La obra de Cervantes, tan recurrida para respuestas e interrogantes siempre, sirvió también a Saramago y García Montero para proclamar ideas pegadas al suelo. "Me niego a admitir que Alonso Quijano estuviera loco. Lo que estaba era harto y por eso eligió otra vida. Lo mismo hace Rimbaud al escribir que la vida auténtica está en otra parte. Yo creo que Cervantes escribió el Quijote para que Rimbaud lo leyera y nos regalara esa maravillosa frase".

José Saramago.
José Saramago.
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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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