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Reportaje:

Bares con mucho arte en Lavapiés

Locales del 'barrio latino' madrileño dan cabida a propuestas culturales de toda índole, además de poner copas, cañas y tapas

Patricia Ortega Dolz

"Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma; si la gente no va a ver arte, será el arte el que tendrá que acercarse a la gente. ¿Y por dónde se mueve la gente? Por los bares". Esta reflexión resume la actitud de Javier Muñiz, más conocido como Javier Alimaña, un legendario hostelero propietario de varios locales. Su último proyecto, La Buga del Lobo, una taberna en la calle de Argumosa, en pleno "paseo marítimo" de Lavapiés, responde fielmente a esa idea. Hasta el punto de que ha incorporado la antigua fábrica de helados pegada a su local y la ha convertido en una galería, "un espacio abierto a propuestas culturales de toda índole" con el nombre de La Boca, "a secas".

Su idea, promover la cultura y el compromiso social desde su bar, subyace a un fenómeno reciente pero cada vez más extendido. Otro concepto de local y de ocio que empieza a propagarse por las calles de Lavapiés. En los últimos 12 meses han nacido La Buga, Artépolis, Ladinamo y La Plaza de la Artes. Bares con mucho arte.

La combinación es perfecta. Una fórmula mágica en un barrio que ya es un cóctel cultural. Por un lado, los locales ofrecen algo más que copas y tapas, y por otro, la gente más variopinta tiene la oportunidad de dar a conocer su vena más creativa. Frente a la idea de un arte elitista, de circuitos oficiales, caro e inaccesible, se impone una cultura underground, que busca creaciones de base, que trata de dar cabida y espacio a la gente y a las manifestaciones artísticas más cotidianas y circunstanciales.

Gente como Toño Merinero, que esta semana expone en La Boca su última obra, Streetlights. Este madrileño, de 40 años, que trabajó como diseñador gráfico junto a los tiburones del océano publicitario y que descubrió su vocación artística viajando y montando collages con fotos y materiales de desecho de las calles, ha unido sus experiencias para crear una obra que mezcla la fotografía y el diseño publicitario.

"Es complicado colocar tus creaciones en galerías conocidas. Es un mundo difícil. Pero la gente hace cosas, hacemos cosas, que cuesta visibilizar. Esta fórmula da la oportunidad de enseñarlas y de compartirlas. Porque nuestra obra, cuando se expone en un bar, es objetivo de todo tipo de miradas y cada una aporta una visión distinta", comenta desde La Boca rodeado de sus lámparas, el último formato que le ha dado a su obra.

-Mira, ésta es Patricia, la chica de tu lámpara.

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Toño presenta a dos asistentes a la muestra.

-Qué cambiada estás -dice una ante la mirada atónita de la otra, que hace días se rapó la cabeza.

La chica de la lámpara es Patricia. Fue fotografiada por Toño una tarde en un bar de Lavapiés mientras hablaba por teléfono. Su rostro, sin que ella lo supiera, quedó inmortalizado en una lámpara de pared que ya ilumina la habitación de otra joven madrileña. Eso es Streetlights, una expresión artística de la calle, la cotidianidad, la coincidencia, la oportunidad...

La misma oportunidad que encontró Fite Tú, un grupo de café teatro formado por Gema Martínez, Ruth Cano, Marta Dávila y Mercedes González, en Artépolis. Nada menos que 1.200 metros cuadrados de un local que pasó de ser un almacén de alfombras y una imprenta en la calle del Olivar a un bar y punto de encuentro cultural.

"En Madrid es muy difícil actuar. Puedes acceder a una sala, pero las condiciones son pésimas", dice Gema. "Nadie se arriesga contigo. Aquí encontramos nuestra oportunidad. Nadie nos pidió vídeos, referencias o un cupo de entradas. Simplemente hicimos un trueque: nos dejaban un local de ensayo y nosotras actuábamos los miércoles", comenta Mercedes.

Eduardo Gironés es uno de los ideólogos de Artépolis. Hace un año, a sus 31, abandonó su vida de agente de Bolsa y se buscó un socio, José Veses. Juntos alquilaron un enorme local en el que hoy alcanzan su expresión todo tipo de manifestaciones artísticas. Teatro, pintura, danza, creación literaria, música, fotografía... "Se trataba de conseguir un lugar de encuentro cultural. El bar es sólo una excusa", explica. "Hay un arte de la calle, el que hemos hecho todos alguna vez, y había que crear un espacio para eso. Además, Lavapiés se está convirtiendo en una marca registrada. Como el Barrio Latino parisiense, por barato, por bohemio y por canalla", agrega.

Unas manzanas más arriba, en la calle de Mira el Sol, han establecido su sede otros dos proyectos similares. En el número 2, Ladinamo, una asociación cultural creada por unos amigos en cuyo café (una antigua discoteca brasileña) se puede, desde tomar una caña, un desayuno con zumos naturales o una merienda con tarta, hasta asistir a una charla-coloquio sobre la violencia doméstica. "Pretendemos abrir vías culturales alternativas a las que ya hay", explica Raquel Hervás, responsable del café. En el número 13, La Plaza de las Artes, un negocio familiar montado sobre los 500 metros cuadrados de la antigua fábrica de pan, que combina el restaurante de comida argentina con el pub, la sala de conciertos y la de exposiciones. Mariano Guz, cocinero y artista circense de 26 años, ejerce de portavoz: "Sé lo que es no tener un lugar donde actuar y hacían falta esos sitios, que se hacen entre todos".

Fábricas de hielo convertidas en galerías de exposiciones, almacenes de alfombras e imprentas convertidas en escenarios, fábricas de pan transformadas en salas de conciertos, discotecas que acogen debates..., y todo ello aderezado con cañas, copas, tapas y algo de música. Un empujón cultural que empieza a emerger.

Lo próximo en cartel

- La Boca. A partir del 11 de noviembre, Paloma Pop expone su obra A little bit of pop. "Todo el significado de la obra está en la superficie; detrás no hay nada. Con ello he querido indicar mi militancia por la banalidad, bien entendida en su componente artístico, el sentido de un arte que fluye con la vida", explica la artista.

- Artépolis. La noche de hoy, los asistentes se deleitarán con las canciones de Silvina. Mañana, hay un espectáculo de magia de los alumnos de la escuela de Ana Tamariz. El jueves, concierto de jazz de André Kaba. El viernes: cortometraje El acero y el crisantemo.

- Ladinamo. El jueves 18 se podrá disfrutar de una Noche temágica: sólo para desobedientes, con una actuación de teatro mágico. Y el viernes se proyectará a las ocho de la tarde el documental Panihari, the water Woman, una producción de The Five Failies Productions que muestra la situación de las mujeres en India.

- La Plaza de las Artes. Hoy, noche flamenca; mañana, Sara Morace presenta Lucy. Antropología, Historia, Feminismo, y después teatro: El beso; y el sábado noche, espectáculo estrella: Gran Cabaret de Circo y Humor.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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