Un estudio revela que no desayunar favorece la obesidad infantil
Uno de cada diez escolares cordobeses acude a clase en ayunas y sólo el 6% toma zumos
El desayuno es un hábito más que saludable, sobre todo durante la edad escolar. Pero no todos los niños lo toman. Una encuesta realizada en cerca de 40 colegios cordobeses revela que uno de cada diez escolares, entre los 6 y los 16 años, no desayuna todos los días. El porcentaje crece notablemente en las niñas a partir de los nueve años. "Creen que así no van a engordar", afirma Josefina Redondo, vocal de alimentación del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba, que ha realizado el estudio. En la encuesta también se afirma que sólo un 5,9% de los entrevistados toman un vaso de zumo a diario.
La encuesta forma parte de la segunda edición de la campaña Desayunos Saludables que el Colegio de Farmacéuticos llevó a cabo durante el primer semestre de 2004. El objetivo era formar a niños, padres y profesores en la importancia de la primera comida del día. "La teoría la conocen, pero no la llevan a la práctica", sostiene Redondo. Durante una jornada, los chavales recibieron charlas informativas y participaron de un desayuno que contenía un producto lácteo, pan, aceite y una pieza de fruta.
"Muchos niños no desayunan porque sus padres sólo toman un café", dice Redondo
En el estudio, también se afirma que el 42% de los chavales que no desayuna dice que no lo hace porque se levanta tarde o porque no está acostumbrado. El resto, no desayuna porque no tiene ganas. Según Redondo, esto supone que los niños tienen un menor rendimiento escolar, ya que pierden capacidad de atención. "Además, un buen desayuno mejora la memoria a corto y medio plazo", sostiene la vocal de alimentación del Colegio de Farmacéuticos cordobés.
Pero la supresión del desayuno también es uno de los factores que está detrás de otro de los problemas que afectan a las sociedades opulentas: La obesidad.
El 43% de los andaluces entre los dos y los 24 años sufre de sobrepeso y cerca de un 17% es obeso, estos datos, que se basan en el Estudio EnKid 1998-2000, sitúan a la comunidad por encima de la media nacional, que ronda el 40% en el caso del sobrepeso y el 14,5% en el de la obesidad. El Estudio EnKid, realizado sobre una muestra de 3.500 niños y jóvenes de toda España, achaca como una de las causas del sobrepeso a las carencias en el desayuno. Según este estudio, sólo un 26% de los encuestados realiza un desayuno adecuado.
El problema, según Redondo, reside en que, después de toda la noche sin ingerir comida, el organismo necesita alimento. Si no se desayuna correctamente en casa, los niños compran bollería industrial de camino al colegio, productos que, en exceso, terminan por provocar los problemas de peso.
Y, como todo hábito, el desayuno es algo que se tiene que aprender. Redondo afirma que la mayoría del profesorado con el que ha entrado en contacto conoce qué alimentos son saludables para el organismo. El problema está fuera de las aulas. "Muchos niños te dicen que no suelen desayunar porque sus padres sólo toman un café", sostiene Redondo, quien cree que el ejemplo que reciben los niños en casa es fundamental.
Un "ritual" saludable
El desayuno debe representar entre el 20 y el 25% del aporte calórico de todo el día. Los expertos recomiendan que se realicen cuatro o cinco comidas diarias. Esto contribuye, además de a no sobrecargar ninguna de ellas, a evitar la tentación que supone picar entre horas bollerías y aperitivos industriales.
Según Josefina Redondo, vocal de alimentación del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba, el desayuno "ideal" se sustenta en tres pilares. En primer lugar, debe contener un producto lácteo, que puede ser un vaso de leche (con cacao, si se quiere), un yogur o un trozo de queso. La segunda pata, se asienta en los cereales, que aportan los hidratos de carbono necesarios. Los niños pueden tomar una tostada con aceite, unas galletas o unos cereales enriquecidos. El último elemento que no puede faltar es la fruta; se debe tomar un vaso de zumo o una pieza fresca. Además, es aconsejable seguir "un ritual" de desayuno. Se deben emplear entre 15 y 20 minutos en los que los niños permanecerán sentados mientras se alimentan.
Redondo explica que, al final, gran parte de las deficiencias alimenticias de los niños se solucionarían con tiempo. Tiempo que los padres deberían invertir en habituar a sus hijos. Pero, Redondo reconoce que es difícil de cumplir: "Muchos padres se levantan tarde y, de camino al colegio, le compran un bollo a sus hijos para salir del paso".
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