Un bombardeo de la aviación de Costa de Marfil mata a nueve soldados franceses
El Consejo de Seguridad de la ONU condena el ataque y apoya la respuesta militar de París
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó anoche el ataque lanzado por aviones del Gobierno de Costa de Marfil contra tropas francesas en Buoaké, y en el que murieron nueve soldados. Esta fuerza está encargada de vigilar el alto el fuego entre las fuerzas del presidente Laurent Gbagbo y la rebelión declarada contra él hace dos años. En represalia, los franceses destruyeron la totalidad de la aviación marfileña: dos cazabombarderos y cinco helicópteros, según informó anoche el Ministerio de Defensa en París. El texto adoptado por unanimidad por el Consejo apoya la respuesta militar francesa.
En Abiyán se produjeron incendios y saqueos del liceo y otros edificios franceses
Fuentes oficiales dijeron que el bombardeo de la posición francesa se produjo "por error"
Los ataques y contraataques provocaron el estallido de manifestaciones antifrancesas en la parte del país controlada por el Gobierno. Anoche se produjeron numerosos saqueos de bienes franceses en Yamoussoukro y en Abiyán, la capital económica del país, donde los testimonios recibidos describen espesas columnas de humo repartidas por la ciudad. Al menos cuatro escuelas francesas fueron quemadas o asaltadas. France Presse asegura que la directora del instituto de enseñanza media hubo de ser rescatada en helicóptero cuando estaba rodeada por unos 200 jóvenes que lanzaban gritos de odio contra Francia.
Otras informaciones llegadas de Abiyán daban cuenta de una marcha de jóvenes exaltados en dirección al aeropuerto, donde se encuentra la principal base francesa en Costa de Marfil. Además de los nueve soldados muertos, un civil estadounidense, al parecer un trabajador humanitario, perdió la vida.
La ministra francesa de Defensa, Michèle Alliot-Marie, advirtió al presidente de Costa de Marfil de que "la comunidad internacional le hará personalmente responsable" del orden público en Abiyán. Horas antes, el Gobierno de París había ordenado el refuerzo de sus tropas en ese país (más de 4.000 militares) con dos compañías adicionales (300 soldados), al tiempo que situaba tres cazabombarderos Mirage F-1 en Libreville (Gabón), donde hay otro contingente de 800 soldados franceses. París va a solicitar a la comunidad internacional un embargo de armas a Costa de Marfil y el estudio de nuevas medidas para obligar al Gobierno y los rebeldes a firmar la paz.
Estos graves incidentes marcan el fracaso del proceso de paz intentado por París entre las dos partes enfrentadas en el país africano, tras la rebelión desencadenada hace algo más de dos años, que controló pronto la parte norte del territorio. Francia se implicó en el intento de detener la guerra civil y en enero de 2003 se llegó a un acuerdo de paz entre las facciones enfrentadas, firmado en Marcoussis, un pueblo de la región parisiense.
Los acuerdos de paz habían señalado un calendario para el desarme de la rebelión, que debería haber comenzado el 15 de octubre. Pero ni las Fuerzas Nuevas (FN), denominación actual de los rebeldes, ni las milicias del sur (en la parte controlada por el presidente) iniciaron desarme alguno. La rebelión acusa al Gobierno marfileño de no tener intención de realizar una serie de reformas políticas prometidas en el acuerdo de paz.
La crisis se ha agravado con el paso de los días. A mediados de semana, fuerzas gubernamentales rompieron el alto el fuego con una serie de ataques contra la zona rebelde. Los dirigentes de la rebelión amenazaron con responder. Una columna de tropas gubernamentales de Costa de Marfil trató de entrar el viernes en el territorio controlado por la guerrilla, atravesando la línea del alto el fuego, y fue parada por fuerzas de la ONU, que desde hace unos meses trabajan junto a los franceses en el intento de controlar el proceso de paz.
Ayer, veinticuatro horas más tarde de ese incidente, se produjo el bombardeo de Bouaké, en el centro del país, con el resultado de nueve militares franceses muertos y 23 heridos, además de la muerte de un civil norteamericano. Fuentes próximas al presidente Gbagbo, citadas por la agencia Reuters, aseguraron que el bombardeo de la posición francesa se había producido "por error". El portavoz de Gbagbo apareció anoche en la televisión para pedir a sus conciudadanos que no ataquen a los franceses. A esas horas, la represalia ya se había consumado: los dos aviones que habían bombardeado la posición francesa fueron destruidos en el aeródromo de Yamoussoukro -la capital política del país- un cuarto hora después del ataque, "en legítima defensa", según el portavoz militar francés, Jean-François Bureau. En las horas siguientes continuó la destrucción de todos los helicópteros marfileños, ordenada por el presidente Jacques Chirac.
"Esta acción de las fuerzas francesas se inscribe en el marco del mandato confiado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a las fuerzas de la Onuci (cascos azules) y Licorne (contingente francés) para asegurar el respeto del alto el fuego y la seguridad de las personas en Costa de Marfil", afirma un comunicado de la presidencia de la República.
La crisis es grave en África Occidental. Olusegun Obasanjo, jefe del Estado nigeriano y presidente de la Unidad Africana, expresó su "profunda inquietud" por la vuelta a las hostilidades en Costa de Marfil, en particular los bombardeos llevados a cabo por las fuerzas del presidente marfileño, y reclamó una intervención más enérgica de Naciones Unidas.
El viernes, fuentes diplomáticas deploraban que el jefe del Estado de Costa de Marfil no respondiera a las llamadas de sus homólogos del África occidental. "La guerra vuelve. El que puede pararla es el presidente de Costa de Marfil", pero éste "no descuelga el teléfono", según esas fuentes.
La organización Reporteros sin Fronteras, por su parte, lamentó las intimidaciones contra los periodistas y el incendio de su oficina. Un comunicado de la organización periodística llama a las autoridades marfileñas a que entiendan que esas actuaciones, llevadas a cabo por milicias avaladas por las fuerzas armadas, "no sólo son ilegales, sino intolerables por un gobierno que se dice democrático". Médicos sin Fronteras mantiene, de momento, su presencia en Costa de Marfil.
Antigua potencia colonial, los franceses son los primeros extranjeros afectados por el conflicto, porque millares de ciudadanos de este país viven en Costa de Marfil y controlan una parte estimable de su economía. Actualmente hay 16.500 francesas inscritos en el consulado de Abiyán, si bien se estima en unos 11.000 el número de los que residen permanentemente, a causa del goteo de salidas de familiares de los residentes y de un crecido número de personas que viven a caballo entre Francia y Costa de Marfil.
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