Galanda expone pinturas y esculturas 'despojadas de sombra'
"Cada artista encuentra la técnica que necesita para desarrollar su mundo", declara
El artista Miguel Galanda (Caspe, Zaragoza, 1951) presentó ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (Alcalá, 42, www.circulobellasartes.com, hasta el 5 de diciembre) pinturas y esculturas realizadas en los últimos tres años, en un proceso artístico basado en la materia, con la utilización sobre madera, telas y cuerdas de ceras y pigmentos. El título de la muestra, Despojadas de sombra, procede de un poema de Antonio Gamoneda.
La sala Goya, del Círculo de Bellas Artes, distribuye la última producción de Miguel Galanda, que no expone en Madrid desde finales de los ochenta, en las salas Montenegro y Juana Mordó.
Los grandes cuadros de figuras se mezclan con las esculturas, que también tienen un espacio propio, y con las pinturas negras basadas en dibujos acumulados. Con Antonio Gamoneda realizó una litografía original para su libro de poemas Descripción de la mentira (Abada Editores) y el poeta le dedica unos versos sobre su trabajo. Entre ellos, Gamoneda escribe: "De las profundas hierbas despojadas de sombra, / de la fermentación de las crisálidas, / del silencio que cunde en la agonía, / de las sentinas del no ser, / surgen las formas".
Ante sus piezas, Miguel Galanda declaró ayer que desde las obras más antiguas, los dibujos sobre fondos negros y otros colores que surgen de las ceras y pigmentos, a las esculturas, realizadas con madera, pasta de arcilla, escayola, cuerda, cera y pigmentos, hay un proceso natural y lógico. "He hecho siempre las figuras, que las veo en volumen. Desde hace 10 años me perseguían algunas figuras partidas, que siempre las veo en volúmenes. En ese momento intenté realizarlas en madera, pero soy pintor y el tiempo de la pintura es rápido. Por otra parte, los elementos de la escultura, el yeso y el bronce, me parecen falsos", declara.
Otro elemento que le lleva a la escultura es el empleo de elementos metálicos en los cuadros, que sujeta antes de aplicar las ceras y pigmentos. "Es un proceso interno desde la pintura con volumen al paso directo de la escultura, en la que utilizo también las ceras y pigmentos. En esta misma línea he realizado los primeros paisajes, con el empleo de cuerdas y alambres de acero sumergidos en la materia. Me gusta la materialidad, no tanto por la narrativa de las figuras, que no cuentan ninguna historia concreta, ya que son figuras muy contenidas, como por las técnicas, el empleo del material".
Las composiciones de Miguel Galanda se suelen identificar con un estilo figurativo no ortodoxo y pesimista, aunque el artista defiende el gozo y la felicidad de la pintura. "Soy un vitalista. El mar o una tormenta son cosas duras y los hombre somos bestiales, pero creo que mi obra es optimista".
Figuras
El artista dice que en los años setenta, un tiempo para el arte conceptual, minimal, de instalaciones, se le aparecieron las figuras y desde entonces no las ha soltado. "A pesar de las modas he seguido con las figuras. La materialidad no la encuentro en otros medios, como la fotografía o el vídeo. En el arte siempre se ha experimentado, y es bueno que el arte se abra a los cambios y los medios. El problema es la influencia de las modas. Tienes que tener una educación artística y filosófica para poder encontrar tu propia técnica. Cada artista encuentra la técnica que necesita para desarrollar su mundo, y no por imposición de las modas. Aprendemos del arte el mundo intransferible que te da el artista". Galanda señala ante sus obras que tienen una imagen única y una imagen múltiple, como ocurre con los cuadros de figuras y con las pinturas negras, donde se agolpan las imágenes con un "aspecto automático". "En los cuadros juego con los que tienen un centro y otros con una imagen descentrada", a los que añade con frecuencia una "escritura incomprensible, que no tiene significado". El catálogo incluye textos de Charo Crego y Félix Duque sobre distintos aspectos de la obra de Galanda, que incluye también pinturas sobre papel de los últimos dos años, que reproduce en sus páginas.
Babelia
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