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¡Hoy salgo!

'Salir de marcha' es tan antiguo como la humanidad. Desde siempre, hombres y mujeres se engalanan para este rito social. Es el momento de expresar el propio gusto y la imagen que se quiere proyectar, lejos del uniforme de diario. Un puñado de personas de toda edad nos deja ver sus mejores galas.

Según varios estudios antropológicos, los pueblos anteriores a la revolución neolítica, hace más de 8.000 años, ya trataban de acortar el sueño para vivir más y acumular experiencias enriquecedoras y divertidas. Los bárbaros lograron civilizarse al introducir el ocio en sus costumbres. Con los siglos, este hábito se ha generalizado y se ha centrado en el fin de semana. Hoy, la mayoría altera horarios y rutinas sábado y domingo para priorizar el ocio.

Salir es cuestión de autoestima. Hombres y mujeres se arreglan para ellos y para los demás. A cualquier edad. Una niña de cinco años ya sabe lo que quiere ponerse. Pero son los jóvenes los que hacen del ocio del fin de semana casi una religión. Son casi un 25% de la población. Según el estudio Jóvenes y estilos de vida 2003, un 17% de los adolescentes urbanos se podría integrar en el grupo de marchosos, chavales muy focalizados en "el ocio, en especial ir de marcha". Los amigos y las actividades fuera de casa son las vías por las que se entra en la juventud. Es la época en que cobra importancia la moda, lo grupal. "El consumo y la moda cumplen una función esencial en la creación de la identidad juvenil", confirma la socióloga María José Mateo.

En España hay casi nueve millones de personas mayores de 65 años. "Para un grupo tan amplio no hay una oferta de ocio satisfactoria", según la profesora Almudena López, experta en psicología de las personas mayores. Se suele relegar a los mayores al entorno familiar, algo que, añade, "es un error, ya que en la familia no suele haber gente de su edad. Se les obliga a estar con gente mucho menor, que no comparte sus inquietudes, problemas y miedos". Para los mayores es sano encontrar formas de ocio propias. Es una valiosa ayuda acudir a lugares de ocio o de reunión, como los centros de mayores o los salones de baile. "Allí pueden hacer amigos, tener una red de apoyo, un grupo de iguales". "El mero hecho de arreglarse para salir les aumenta la autoestima. Se gustan y se visten para gustar. Sucede así a todas las edades. ¿Por qué ha de ser diferente cuando uno se jubila?".

Mercedes Sotres y Antonio Guijarro

Edad: 71 y 73 años, tienen cinco hijos y ocho nietos. Profesión: jubilados.

Se quieren casar de nuevo, 48 años después. Ella fue quien le convenció a él para ir a un centro de mayores. "Le dije que si quería ser un mohíno, que lo fuera, que yo me iba con mis amigas y ahí se quedaba solo". La amenaza funcionó. Se engancharon al baile y ahora son ellos los profesores. Para bailar se engalanan a conciencia. Él, de traje, y ella, con ropa de fiesta que ella misma corta y cose. Incluso ha diseñado el uniforme de sus alumnas en la clase de baile: falda y blusa negras floreadas. "No somos pinceles, pero arreglarse te da ilusión y alegría".

Jorge Sánchez

Edad: 23 años. Profesión: diseñador de moda.

Todos le llaman Gy, que es su marca de ropa. Está comenzando en la moda, y, hasta que alcance un hueco, él es su mejor modelo y las discotecas su mejor pasarela. "Me gusta lo radical, pero con gusto, sin ser hortera. Llevar pintillas, pero elegantes". Una de sus noches de gloria fue "la fiesta de despedida de los almacenes Sepu. Me puse hortera: chándal de tactel fosforito y calcetines ejecutivos sobre el pantalón. Un mendigo que había en la puerta me dijo que tenía el mismo chándal". Gy sale mucho. Quizá "demasiado". Y empieza a considerar la opción de "aprovechar más el día". Pero por ahora la marcha puede más que los remordimientos.

Rocco Nucera y Karina Garantiva

Edad: 20 y 23 años. Profesión: bailarines.

Parecen dos extras de una película 'manga'. Su estilo es llamativo, arriesgado e innovador. Son, más que amigos, hermanos. Les encanta la música electrónica y siempre van juntos de marcha. Salen "por un ambiente mixto". Llaman así a la red de discotecas y antros de moda del centro de Madrid. Lugares donde las tendencias de todo el mundo penetran en España, a través de la música y la ropa. "Me siento un poco Peter Pan", admite Rocco, "me gusta ser niño en el aspecto". Gasta mucho en ropa. Su atuendo favorito: pantalones cortos que dejan ver el calzoncillo; camisa, corbata, mochila, muñequeras y chapas. Los dos adoran los flequillos. Karina va más allá: "Me gusta el concepto del disfraz, ir distinta al resto, mutarme en otra persona cada noche".

Samara Kamenecka

Edad: 26 años, estadounidense. Profesión: directora de publicidad.

Tres años en España le han dado para conocer la vida nocturna local. Sale de viernes a domingo. Su estilo es el de cualquier escaparate. Superposición de modas de décadas anteriores pasadas por la batidora de Zara, Mango o H&M. "Así me siento cómoda y arreglada, es genial si vas a estar horas de marcha". No gasta mucho y suele customizar la ropa. La adapta a su gusto tijera en mano. Alta costura en casa.

Iván Díaz

Edad: 24 años. Profesión: técnico de imagen y disc jockey.

Vive con sus padres y procura ganar lo suficiente para comprar algo de ropa nueva cada mes, darse una buena fiesta de vez en cuando y coleccionar vinilos. Su música favorita es el house. ¿Y cuando no pincha? "Vamos a alguna sala, sobre todo, jueves, viernes y sábado". Siempre con sus amigos de toda la vida. Se arregla bastante para salir. Y tiene una querencia irracional hacia el color azul. "Debo estar pasando una época azul, como el pintor aquel".

Perico Valero

Edad: 26 años. Profesión: percusionista.

"Si haces lo que te gusta es como trabajar saliendo, o salir trabajando". Perico colabora con dos grupos folk, La Fritanga y Confusión. Hace un año dejó su trabajo en una firma de telecomunicaciones por la música. Libertad a cambio de inseguridad. "Pero se puede salir barato. Los amigos te invitan… hoy por ti, mañana por mí". Tampoco gasta mucho en conseguir su estilo: pantalones anchos, ponchos étnicos, camisetas.

Carmen García de Frutos

Edad: 42 años, divorciada, una hija de 17 años. Profesión: estilista.

Es optimista y eso se nota en cada prenda que se pone. Sale un par de veces al mes. "Pero cuando voy de marcha pongo todo patas arriba". Le gusta salir por el barrio rosa de Madrid. "Chueca está lleno de gente guapa y famoseo". Hace dos años se aumentó los senos con silicona. "La mejor decisión de mi vida", dice. En su ropero mandan la minifalda y los tops. "A veces conviene algo negro y bota alta; otras, vestidito y pañuelo al cuello". Eso sí, siempre sexy.

Natalia Moreno

Edad: 25 años. Profesión: maquilladora.

Le gusta, sobre todas las cosas, David Bisbal y salir el fin de semana. "O jueves. Hay menos gente y muy buena onda". Para vestir le gusta la lycra de colores alegres, marcando tipo. Arreglarse le lleva su tiempo. "Un par de horas. Me hago mechas, me pongo extensiones o rastas, y soy muy exigente con el maquillaje". Es su profesión. Por sus pinceles han pasado políticos, futbolistas y famosos, incluido su ídolo. "Tener en mis manos a Bisbal fue un sueño".

Ángel Martín

Edad: 68 años, viudo. Profesión: fontanero jubilado.

"Yo bailo lo que toquen. Si no sé los pasos, me los invento". En las salas de baile le llaman Angelito El Marchoso. Cuatro veces por semana se engalana, de zapatos a corbata. "Tengo siete trajes de verano y otros tantos de invierno, me gusta ir arreglado". Dice tener éxito con las mujeres. "Los mayores también ligamos. Conoces a una señora y si va bien, pues quedas para un café o el cine… como una pareja cualquiera".

Bridget Madigan y Tahiche Guillén

Edad: 28 y 30 años, se casaron hace tres años. Profesión: ella, dueña de restaurante; él, músico y diseñador de páginas web.

Ella es norteamericana. Tahiche, canario. A veces salen juntos; otras, cada uno por su lado. Bridget alterna entre semana, al cerrar el bar. Busca ambientes bohemios, cañas y música tranquila. Su estilo es informal y cómodo. "Camisetas sexys y sencillas y algún colgante". Ella es quien viste a Tahiche. "Le compro lo que sé que va a llevar": camisas o camisetas, vaqueros y botas.

Felipe Saló

Edad: 14 años. Profesión: estudiante.

Viste como muchos chavales: zapatillas de marca que imitan a los Fórmula 1, y vaqueros y polos de firmas tipo skateboard. Suele salir por la tarde, el fin de semana, a una discoteca light, donde sólo dejan entrar a chicos y chicas entre 14 y 16 años. "No somos niños. También vamos a ligar, pero lo que más hacemos es bailar, reírnos, y ya está". Por ahora tiene toque de queda. "Como mucho, a las diez en casa".

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