EE UU prohíbe a sus bailarines viajar al festival de La Habana
El 19º Festival Internacional de Ballet de La Habana comenzó el jueves en el teatro García Lorca con una gala de apertura cuanto más poco lucida. Y por desgracia, aunque la gran protagonista del certamen es la danza, la política estuvo presente sobre el escenario desde un inicio. Al festival asisten compañías de 23 países, pero el Gobierno de EE UU, en virtud a las nuevas medidas de la Administración de Bush para recrudecer el embargo, prohibió la participación de una decena de solistas y figuras de ese país, precisamente el año en que se conmemora el centenario del nacimiento del coreógrafo ruso George Balanchine, fundador de la escuela norteamericana de ballet.
Entre los vetados por el Departamento de Estado para viajar a Cuba está la agrupación de Nilas Martins, primer bailarín del New York City Ballet, que iba a viajar a La Habana con nueve bailarines para realizar un programa basado en coreografías de danza moderna. Tampoco se le autorizo el viaje a Rasta Thomas, primer bailarín del Ballet de Harlem, y hasta el octogenario Michael Maule, fundador del Ballet Nacional de Cuba (BNC), quien hace 56 años bailó con Alicia Alonso, tuvo que quedarse en casa. Aunque EE UU también denegó el visado al fotógrafo David Garten, éste envió una muestra de 18 obras que repasa los últimos cuatro años de actividad del BNC.
El historiador del BNC, Miguel Cabrera, lamentó la ausencia de los estadounidenses: "Es doloroso que en esta cita con el arte, en la cual siempre ha existido una confraternidad muy grande, no puedan estar los bailarines de ese país, justo cuando rendiremos homenaje a Balanchine". Pero los organizadores no han querido que los desencuentros políticos opaquen las luces del festival, marcado esta edición por varios aniversarios: el bicentenario de Marie Taglioni (1804-1884); los centenarios de Balanchine y de Alejo Carpentier; el siglo transcurrido desde el estreno en Cuba del ballet Coppélia; y también los aniversarios de Salvador Dalí, Antón Dolín y del coreógrafo Frederic Ashton. A todos rendirá homenaje el certamen de La Habana.
Españoles
Aunque no bailarán norteamericanos en estos homenajes, sí se presentarán en La Habana estos días destacados bailarines del Royal Ballet de Londres -entre ellos la española Tamara Rojo-, de la Ópera de París y del Ballet del Teatro Colón de Argentina. La participación española es amplia, e incluye al Ballet de Zaragoza, el Centro Coreográfico de Valencia, el Ballet Español de Murcia y el Joven Ballet de Cámara de Madrid. Ayer, Alicia Amatriain, del Sttugart Ballet, se presentó en Giselle con el cubano Joel Carreño, y el 5 de noviembre habrá una gala homenaje a Antonio Gades, durante la cual se presentará la coreografía de Bodas de sangre, que hizo para el BNC.
Durante el festival, que concluye el 6 de noviembre, habrá varios estrenos mundiales, de ellos tres de la omnipresente Alonso y otros de Iván Tenorio, Eduardo Blanco y Rafael del Prado.
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