Jean Nouvel parte de la historia para construir una 'estética de la revelación'
Los alcaldes de Lisboa y Madrid cierran la Conferencia sobre Automoción y Urbanismo
"Hay que amar los lugares y los hombres; así se hace la arquitectura", afirmó ayer Jean Nouvel, de 59 años, que construye la torre Agbar, en Barcelona, y la ampliación del Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid. Las ponencias sobre las transformaciones de estas dos ciudades clausuraron ayer la III Conferencia Internacional sobre Automoción y Urbanismo, organizada por la Fundación Eduardo Barreiros y el Sistema Mapfre. El arquitecto francés dijo que había que conocer la historia y los contextos urbanos para construir una "estética de la revelación".
Jean Nouvel participó en la mesa redonda sobre Ciudad y Acontecimiento, las transformaciones urbanas de la Barcelona 2004 y el camino hacia el Madrid 2012, junto a los arquitectos José Antonio Acebillo y Juan Miguel Hernández León, moderados por Miguel María Muñoz Medina, presidente del Instituto Mapfre de Seguridad Vial. La última mesa redonda estuvo dedicada a los últimos planes urbanos de Madrid y Milán, presentados por los concejales Pilar Martínez y Giovanni Verga, antes de la clausura, en la que intervinieron Mariluz Barreiros, presidenta de la Fundación Eduardo Barreiros, y los alcaldes de Lisboa y Madrid, Antonio Carmona y Alberto Ruiz-Gallardón.
"Me interesa la relación con la historia, con el momento, la construcción de la ciudad a través de modificaciones y destrucciones de elementos hasta conseguir la identidad de nuestras ciudades", declaró Nouvel. "Los paisajes son interesantes como símbolos, pero es fundamental que se relacione con lo poético, la sensibilidad y la revelación. Un edificio debe revelar algo más de sí mismo y expresar nuestros deseos de hoy y las cualidades de lo anterior".
El responsable de la transformación urbana de Barcelona desde 1981, José Antonio Acebillo, explicó con imágenes los cambios de los espacios públicos desde la etapa de Oriol Bohigas en el Ayuntamiento. En ese momento ya se planteó construir las infraestructuras que vertebran la ciudad y el cambio de las zonas industriales a las de servicios, que se hizo como una "acupuntura urbanística". El proyecto olímpico y el Fórum 2004 "se inventaron por necesidad". "Estoy en contra de la banalización de la arquitectura actual, donde todo es epidermis y paisaje. Sólo las infraestructuras y la vivienda son capaces de organizar la ciudad". A partir del 92, la ciudad se abre al mar, circula por las rondas, estructura los barrios, completa la Diagonal, sepulta depuradoras bajo el Fórum y transforma la ciudad terciaria (el primer edificio es la torre Agbar de Nouvel), realizado todo con un "pragmatismo crítico".
Los acontecimientos no han servido para transformar la ciudad de Madrid "por la resistencia a la innovación y la defensa de la tradición", según el arquitecto Juan Miguel Hernández León, autor con Álvaro Siza del proyecto ganador del plan especial Recoletos-Prado. Explicó el proyecto, que parte de las ampliaciones de los museos Thyssen, Prado y Reina Sofía, la restauración de los espacios públicos y la voluntad de establecer un reequilibrio del tráfico.
Otro proyecto de la ciudad, la reforma de la M-30, fue comentado por Pilar Martínez, como una referencia de política de transformación urbana, que afectará a la movilidad, los espacios colectivos, la integración del tejido urbano y la revitalización del centro "como motor de la ciudad". Giovanni Verga se refirió a los proyectos actuales de Milán como el nuevo ferial, la ciudad de la moda y la ampliación de la Scala. "La ciudad debe tener una capacidad continua de transformación, tener una identidad local y global y debe ser bella".
El primer encuentro entre los alcaldes de Lisboa y Madrid se produjo ayer en la clausura de la III Conferencia Internacional sobre Automoción y Urbanismo. Antonio Carmona señaló que el tráfico es uno de los grandes desafíos del Ayuntamiento, que se dedica a recuperar los barrios antiguos para evitar la pérdida de población y otros proyectos cerca del Tajo.
Alberto Ruiz-Gallardón estableció los "derechos urbanos integradores", como el lugar (mantener la residencia), el espacio público y la monumentalidad (la identidad) y la belleza de los espacios urbanos. "Hay que hacer compatibles la ciudad de los flujos y la ciudad de los usos. Conseguir la ciudad ideal es una utopía que podemos hacer realidad".
Babelia
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