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Los papiros de Montserrat incluyen un texto de la 'Ilíada'

El fragmento de la obra de Homero estaba diseminado en 20 trozos

Montserrat conserva un texto único de la Ilíada, de Homero, escrito sobre papiro en el siglo III después de Cristo, un documento que forma parte del interesante legado del doctor Ramon Roca-Puig, que no se había estudiado hasta la fecha y que ahora está investigando un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en colaboración con los monjes benedictinos que lo custodian.

El grupo de investigadores que realiza los trabajos ha encontrado, además de los versos de Homero, un fragmento de una novela griega desconocida del siglo I antes de Cristo. La comunidad benedictina y los investigadores del CSIC presentaron ayer sus hallazgos.

Estos dos textos figuran entre los 1.500 documentos de la "impresionante" colección Roca-Puig, en palabras de una de las responsables de la investigación, Sofía Torallas. Se trata de la colección oriental más importante de papiros, pergaminos y documentos de papel que se conserva en España. Ha habido otros hallazgos, aunque los textos homéricos y el texto novelado son las dos perlas del conjunto. Torallas, filóloga del Instituto de Filología del CSIC, ha realizado su trabajo en colaboración con una de las eminencias en el campo de la papirología, Klass A. Worp, de la Universidad de Leiden, en Holanda.

Hasta la fecha se han estudiado 50 de estos documentos, que ya están a punto de ser publicados; se ha restaurado el 20% de la colección, y se sabe de qué tipo de documento se trata en la mitad de los casos, lo que deja todavía margen a que los investigadores encuentren nuevas sorpresas. Los documentos están escritos en su mayoría en griego y copto, aunque también hay algunas piezas en latín, árabe y demótico. La pieza más antigua es del siglo III a. C., y la más moderna, del siglo IX. Ramon Roca-Puig ya había divulgado parte de su colección, como uno de los textos más antiguos que se conservan del Evangelio de san Mateo (siglo II después de Cristo).

El papiro homérico estaba diseminado en 20 trocitos guardados en una caja que Roca-Puig debió de adquirir en El Cairo y que él no había clasificado ni documentado. Son los fragmentos de las dos primeras páginas, numeradas como alfa y beta, de un códice en papiro que contiene 80 versos del libro XIV de la Iliada. Se trata de uno de los pocos testimonios en papiro que se conservan de estos versos y, sin duda, el más extenso.

En cuanto a la novela griega desconocida, es un pasaje que narra la llegada de un barco a una playa, donde se ofrece un sacrificio a los dioses. Se describen con cierta precisión las ropas de la diosa y los utensilios del sacrificio de corderos, cabras y terneros. El papiro se había utilizado como relleno del cartonaje de una momia. Además se han encontrado otros documentos inéditos, aunque de menor importancia, como las actas de un juicio que se celebró ante el prefecto de Alejandría en el año 379 d. C. y el alquiler de un terreno del año 147 a. C. que prácticamente se conserva íntegro, así como diversos textos mágicos de los siglos VI y X d. C. En uno de ellos, se encuentra la figura de un hombre dentro de un círculo irregular que tiene una forma de huevo y a su alrededor aparece siete veces cada vocal, buscando la magia de este número. El documento se redactó sobre un pergamino de un texto bíblico del segundo libro de Samuel, lo que atribuía más condiciones mágicas al texto.

Los trabajos del CSIC se centran tanto en la colección de papiros y manuscritos del doctor Roca-Puig como en el fondo de manuscritos orientales de la biblioteca de la abadía. Los textos árabes de esta colección los está recatalogando Amalia Zomeño, de la Escuela de Estudios Árabes del CSIC; los hebreos, Francisco Javier del Barco, del Instituto de Filología del CSIC, y los siriacos, Francisco del Río, de la Universidad de Barcelona.Las labores de conservación, digitalización, catalogación e investigación filológica de la colección Roca-Puig tienen como objetivo final la difusión de los documentos. Además de publicaciones científicas, en el caso de los manuscritos orientales de la biblioteca de la abadía, uno de los fondos más importantes de España en lo que concierne a manuscritos hebreos, serán catalogados. Se pretende publicar tres catálogos definitivos para ponerlos al alcance de la comunidad científica.

Las grandes colecciones de papiros se encuentran en universidades y bibliotecas, como las de Viena, Londres o París, pero la aportación del fondo de Roca-Puig es también de una gran importancia y sitúa a España entre los referentes a nivel internacional. Ramon Roca-Puig es uno de los ilustrados catalanes de principios de siglo XX que heredaron el espíritu de "fer país i fer cultura" de la Renaixença, en palabras del monje Pius Ramon Tragan, que compartió con el papirólogo conocimientos y amistad.

Roca-Puig era hijo de maestro y fue conducido al estudio de las lenguas. Su interés por la cultura oriental se formó en Milán. Huyó durante la Guerra Civil española hacia Italia y en Milán coincidió con un profesor que le introdujo de manera definitiva en ese mundo. Cuando retornó a Cataluña realizó diversos viajes a Egipto y a partir de esas visitas a El Cairo y otras ciudades reunió su colección. Estudió parte del material que había recopilado, el que creyó más interesante, pero otra parte muy importante la dejó sin saber qué era.

En los últimos años de su vida, fue difícil convercer a Roca-Puig para que determinara qué hacía con su importante fondo. Después de que el obispado de Barcelona, la Generalitat y alguna universidad americana se interesasen por él fondo, Ramon Roca-Puig decidió vivir en la comunidad benedictina de Montserrat, donde tuvo la atención asistencial que precisaba por su avanzada edad. Allí estuvo con a uno de los especialistas catalanes en papirología, Pius Ramon Tragán, a quien conoció siendo capellán de Esparreguera. Hijo de Algerri, Roca-Puig vivió su infancia en Arenys de Mar y falleció en 2001 en Montserrat. Fue enterrado en Arenys de Mar, como su amigo Salvador Espriu.

La filóloga del CSIC Sofía Torallas, ayer, mostrando el fragmento de la <i>Ilíada</i> identificado entre los manuscritos de la biblioteca de Montserrat.
La filóloga del CSIC Sofía Torallas, ayer, mostrando el fragmento de la Ilíada identificado entre los manuscritos de la biblioteca de Montserrat.SUSANNA SÁEZ

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