La cortina de humo
Se usa habitualmente esta expresión cuando alguien quiere distraer la atención de lo verdaderamente importante, y habla de algo o plantea algún debate para que el personal no se fije en lo que, siendo verdaderamente importante, le es perjudicial o dañino.
Lo estamos viendo estos días en la actualidad política española, cuyo panorama presenta una atmósfera brumosa, neblinosa, en la que no es fácil advertir los contornos de los personajes o de los debates.
Si algo en claro saqué de mis seis años en el Congreso de los Diputados, es que el período de sesiones que comprende de septiembre de diciembre es un período muy marcado por uno de los debates más complicados (sea cual sea el equilibrio de fuerzas parlamentarias), largos y técnicamente complejos de la vida parlamentaria: el debate de presupuestos. No en vano, en dicho debate se dilucida, ni más ni menos, que el destino del dinero de los españoles; o sea, qué va a hacer el Gobierno central con el dinero de nuestros impuestos.
Llevamos ya casi mes y medio de período de sesiones, y ¿ha oído alguien hablar de los presupuestos? Unas cuentas públicas que el Gobierno central tiene que pactar (cediendo más de lo prudente hasta donde yo sé, y me temo que yo sé menos de la mitad de la mitad de lo que se están bajando los pantalones) nada menos que con los independentistas de la Esquerra Republicana de Cataluña, y no hay noticias al respecto.
Claro, estamos demasiado ocupados hablando del matrimonio de los homosexuales, que con independencia del criterio que cada uno pueda tener, me parece que no es una de las preocupaciones prioritarias de los españoles ni de los andaluces, como para que nos quede tiempo para interesarnos por los Presupuestos Generales del Estado.
Eso es un claro ejemplo de cómo una "cortina de humo" nos distrae sobre un tema de verdad relevante. Y lo mismo podríamos decir del debate sobre la eutanasia, o del provocado por el Gobierno central sobre la financiación de la Iglesia. Que digo yo que lo mismo podrían haberse planteado dentro de unos meses. Pero claro, entonces a lo mejor nos da por hablar del 11-M, de la Comisión y la madre que la parió, y del papel de Rubalcaba y compañía en el 11-M y en el 13-M. que eso sí que exige un debate con luz y taquígrafos.
Son tan grandes los esfuerzos de los socialistas en que no hablemos de los Presupuestos, que a mí me está dando ya un canguelo atroz del por qué tanto interés en ocultar el debate presupuestario. ¿Qué cesiones están ocultando? Repito, da miedo.
Pues otro tanto de lo dicho ocurre en Andalucía. Menuda cortina de humo acaba de echar Gaspar Zarrías sobre el desastre gubernativo, administrativo, político y social que tenemos en nuestra tierra. ¡Que no se hable de la ineficacia de la Junta en la que sólo ha gobernado el PSOE-A (casi 25 años gobernando y seguimos siendo la última Comunidad Autónoma de España)!, ¡que no se hable del comienzo del curso escolar y las bajezas de nuestras autoridades contra la enseñanza concertada!, ¡que no se hable de los presupuestos generales, que olvidan a Andalucía, la ignoran y la condenan a seguir siendo la última (con lo que rajó la Junta de los Presupuestos de los Gobiernos del PP...!)
Pues con todo lo que está cayendo, con los déficits que tenemos, lo que le preocupa a Zarrías es el Congreso Regional del PP-A: que si Arenas por aquí, que si Arenas por allí... ¡Menuda obsesión de Zarrías con Arenas! Que digo yo que Zarrías debería ocuparse de su propia casa (¡vaya la que tienen liada en Jaén, feudo precisamente de Zarrías!, por no hablar de la defenestración por lapidación política de Pepe Caballos), antes de intentar arreglar las casas ajenas. Toda organización humana sufre problemas internos, por roces entre sus miembros y diferencias de criterio entre ellos; y cuanto más numerosa es la organización, más probabilidad de que haya problemas. Como el PP-A es la más numerosa organización política de Andalucía, no es de extrañar que haya diferencias entre sus componentes, en Almería o donde sea. Pero lo lógico es que las diferencias entre los miembros del PP-A las resuelvan dentro del PP-A, como las diferencias del PSOE-A deben resolverlas dentro del PSOE-A.
Por otra parte, que venga a decir que Arenas no debe seguir presidiendo el PP-A, porque lleva mucho tiempo en ello, quien lleva más del doble de tiempo en la Junta de Andalucía, es cuando menos un sarcasmo. O lo dicho: una "cortina de humo" para que no se hable de otra cosa, como por ejemplo, de los Presupuestos andaluces. ¿Hay Presupuestos en Andalucía para 2005? ¿Alguien ha oído una sola palabra sobre ellos?
Mucho tiene que debatir el PP-A en su Congreso, mucho tienen que trabajar en el PP-A después del Congreso, muchas cosas tienen que cambiar en el PP-A a partir del Congreso. Pero todo eso es un problema del PP-A, en el que Zarrías (el PSOE-A, la Junta de Andalucía) no tendría que entrar... a no ser que quiera extender una nueva "cortina de humo".
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