Luchadoras antifascistas

Con hechuras más propias del reportaje televisivo que del documental cinematográfico, aunque con una voluntad de ponerse al servicio de una memoria personal antifascista secuestrada durante décadas, este debú en la realización de la ocasional actriz Susana Koska, acompañada en la producción y en la banda sonora por su marido, José María Sanz, Loquillo, es un esforzado, loable intento de dar la palabra a un puñado de mujeres. Las ocho protagonistas del filme tienen todas algo en común: en algún momento de su vida se enfrentaron al régimen franquista o sufrieron las brutales secuelas de su actuación vengativa, cárcel o exilio incluidos.

Como suele ocurrir en estos casos, el interés de lo narrado está hondamente anclado en lo que pueda tener de interesante el testimonio de las entrevistadas, la forma en que logran articular su memoria, las enseñanzas que dejan sobre la mesa, en la mayor parte de los casos con una humildad y una honestidad ejemplares. No siempre la realizadora monta sus materiales con el tino necesario como para hacer con ellos un discurso homogéneo (por ejemplo, en términos históricos, toda vez que hay mujeres que vivieron la Guerra Civil y la posguerra, y otras a quienes el franquismo les arrancó algo de su vida casi en vísperas de la muerte del dictador), y en general, la presencia de Koska en el encuadre se antoja irrelevante, sino algo peor. Pero tiene voluntad de discurso y sincera admiración por la vida de las entrevistadas, lo que le asegura por lo menos un lugar de privilegio en las videotecas dedicadas al antifranquismo militante.