Un catálogo de prestaciones en aumento
Desde el fin de los últimos traspasos de competencias sanitarias la falta de fondos ha sido una constante en el debate político. Un cálculo hecho por este periódico hace un mes cifraba en más de mil millones el déficit sanitario acumulado de las 17 comunidades autónomas. Pero la necesidad de dinero es lo único común a todas ellas. En los 20 años que han pasado desde la primera transferencia, cada comunidad ha creado un sistema que ofrece pequeñas diferencias, desde cambio de sexo y píldora del día siguiente gratis a planes de salud bucodental para menores o bombas de insulina para diabéticos.
Desde que tomó posesión, la ministra de Sanidad, Elena Salgado, ha recibido con distinto acuerdo
las diferentes propuestas que se han hecho. Ha pasado desde su disposición a un pacto de Estado para garantizar la sostenibilidad del sistema, igual que el de Toledo sobre pensiones, a su rechazo rotundo a la introducción de copagos.
Salgado ha manifestado varias veces que antes de tomar una decisión debe esperarse a tener el balance del 2002, primer año en que las 17 comunidades autónomas tuvieron que gestionar la Sanidad. Para temas concretos (aumento de población, nuevas prestaciones cuando se apruebe alguna común) está por desarrollar el Fondo de Cohesión.
Pero sobre todo, Salgado siempre ha insistido en una idea: antes que pedir más dinero, las comunidades pueden subir los tramos autonómicos de los impuestos que gestionan. "No tiene sentido que una comunidad esté presumiendo de que baja los impuestos, y por otro lado esté pidiendo más dinero para Sanidad", ha dicho más de una vez. La creación de nuevas tasas medioambientales que ha propuesto el secretario de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez abre una nueva posibilidad.
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