Decepción científica

El examen del borrador de Presupuestos para 2005 ha producido decepción en la comunidad científica española, que esperaba un cambio sustancial en las prioridades y en el esfuerzo público por promover la actividad investigadora. Esta decepción proviene de las expectativas creadas por el PSOE y especialmente el compromiso expresado por Rodríguez

Zapatero de incrementar un 25% anual el gasto en I+D para alcanzar en pocos años el nivel medio de Europa.

El proyecto de Presupuestos prevé un aumento de algo más del 6% en los fondos dedicados específicamente a financiar proyectos de investigación de base, mientras que aumentan en un porcentaje muy superior los créditos y anticipos reembolsables asignados tanto al Ministerio de Educación y Ciencia como al de Industria, incluidos proyectos relativos a tecnología militar de nueva generación. Puede ser un instrumento adecuado para incentivar la iniciativa empresarial, pero resulta insuficiente para cubrir los gastos generados en los proyectos de investigación que una nación desarrollada debe abordar y que a menudo no producen retornos económicos a corto plazo.

La inclusión de una parte de gastos militares en el cómputo general del esfuerzo en I+D, aun cuando no sean específicamente destinados a esta finalidad, fue agriamente criticada por el PSOE cuando estaba en la oposición, pero no ha sido corregida ahora. La distancia entre los compromisos solemnes y la dura realidad de los números es demasiado grande como para no generar frustración en una comunidad esencial para competir con las grandes potencias en ciencia y tecnología -Estados Unidos y Japón-, que es la meta que se ha marcado la Unión Europea para la presente década. Una meta que había sido adoptada con entusiasmo por nuestro Gobierno y que, a la vista de este borrador de Presupuestos, parece seguir muy lejos.