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Los viticultores galos logran que el Gobierno acepte la publicidad del vino

El Parlamento francés derogó ayer varias de las prohibiciones para hacer publicidad del alcohol, con la finalidad declarada de promocionar el vino, un producto de extraordinaria importancia económica en Francia, que sufre una crisis profunda. Frente a los 73 litros de vino por habitante y año consumidos en 1990, la media ha caído a 57 litros y amenaza la supervivencia del sector. Las exportaciones también se resienten de la carestía de los productos franceses, enfrentados a la competencia de vinos de calidad de otras procedencias a precios inferiores.

A partir de ahora será legal hacer publicidad respecto a las "características cualitativas" del vino. Hace 13 años que existe en Francia una ley muy restrictiva, promovida por Claude Evin, que fue ministro de Sanidad en un Gobierno socialista. Simple diputado en la actualidad, el autor de las prohibiciones, derogadas en parte, considera absolutamente contradictorio fijarse el objetivo nacional de reducir el consumo de alcohol en un 20% en cinco años y dar facilidades, en cambio, para la promoción de esos productos.

La permisividad en la publicidad del alcohol se adoptó en contra de la opinión del actual ministro de Sanidad, Philippe Douste-Blazy, cardiólogo de profesión. "No puedo seguirles a ustedes en esta enmienda", explicó a los promotores de la reforma, temeroso, además, de que los productores de alcoholes fuertes se conviertan en los principales beneficiarios de la enmienda adoptada, dada la importancia de sus presupuestos para publicidad.

Crisis vitivinícola

Todos los argumentos de prevención de riesgos sanitarios han cedido ante la realidad de una crisis vitivinícola que amenaza fuertemente este sector, muy atomizado en pequeñas y medianas explotaciones: no sólo hay unos 100.000 viticultores, sino que se reparten en las tres cuartas partes del territorio francés. El sector ha organizado lobbies importantes en defensa de sus posiciones, uno de ellos formado directamente por 60 parlamentarios, que aportaron el grueso de los votantes de la enmienda en cuestión, efectuada cuando había poco más de un centenar de miembros de la Asamblea Nacional en el hemiciclo.

Los órganos profesionales del sector del vino se han apoyado en anuncios difundidos en España, concretamente, para clamar contra las prohibiciones que les afectan a ellos. El sector deseaba que el vino fuera considerado simplemente como un alimento, a efectos publicitarios, pero el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, no ha querido llegar hasta ahí.

Lo que se ha aprobado es la autorización para promocionar bebidas alcohólicas que se beneficien de una apelación de origen controlado (AOC) o de una procedencia geográfica protegida. Los productos que cumplan una de esas condiciones podrán promocionarse con "referencias relativas a las características cualitativas del producto".

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