Berlín extradita a Turquía al califa de Colonia
La extradición y traslado en un avión especial a Estambul el martes por la noche tras años de tira y afloja de Metin Kaplan, el autodenominado Califa de Colonia y predicador del islamismo fundamentalista, constituye un exponente del idilio entre Turquía y el Gobierno alemán, la coalición entre socialdemócratas (SPD) y Los Verdes. A la extradición de Kaplan se añaden los guiños favorables a la exportación a Turquía de 1.000 carros de combate alemanes Leopard 2, impedida hace cinco años por la oposición de Los Verdes, y un artículo elogioso del canciller Gerhard Schröder (SPD) titulado Por qué Turquía pertenece a la UE, publicado ayer en la primera página del diario conservador Die Welt.
Al tiempo, la presidenta de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), Angela Merkel, ha desencadenado una polémica nacional y un nuevo conflicto dentro de su partido con la propuesta de recoger firmas contra el ingreso de Turquía en la UE.
Críticas a la CDU
La posibilidad del ingreso de Turquía en la UE se ha convertido estos días en el tema central de la política alemana. Para completar la faena, de forma sorprendente el martes por la tarde un grupo de policías capturó en un café de Internet en Colonia a Kaplan, considerado como uno de los predicadores del odio islamista. Sin darle tiempo a reaccionar, los policías ejecutaron una sentencia judicial que abría la puerta a su extradición a Turquía, rechazada durante años por la falta de garantías allí para su vida o integridad física. Este personaje ya había cumplido pena de cárcel en Alemania por incitar al asesinato de uno de sus rivales al que acribillaron a balazos en Berlín.
Lo que hace unos meses parecía imposible se considera ahora normal. El ministro federal del Interior, el socialdemócrata Otto Schily, se ha salido al fin con la suya de extraditar a Kaplan, acusado en Turquía de alta traición y amenazado de una condena a cadena perpetua. Con alivio declaraba Schily a la televisión que no hay problema con la extradición: "Turquía es un país de la OTAN y la Unión Europea ha decidido llevar adelante negociaciones con Turquía".
A la que no le ha sentado nada bien el tema turco es a la dirigente de la CDU. El Gobierno acusa a Merkel de recurrir a la demagogia populista por lanzarse a recoger firmas contra la entrada de Turquía en la UE. En la CDU muchas de las mentes más claras han criticado la iniciativa de Merkel que consideran peligrosa y capaz de desencadenar una ola de xenofobia en un país donde residen 2,5 millones de ciudadanos de origen turco de los que unos 700.000 tienen la nacionalidad alemana.
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