Rusia y el Protocolo de Kioto
El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció que Rusia ratificará el Protocolo de Kioto. Para que el Protocolo de Kioto entre en vigor falta tan sólo la ratificación de Rusia. ¿Por qué Rusia ha tardado tanto? Probablemente porque quería vender mucho más caro su ratificación del Protocolo de Kioto.
En el año 2001, George W. Bush decidió no ratificar Kioto, y dado que es necesario que lo ratifiquen un mínimo de 55 países, y que entre ellos sumen el 55% de las emisiones de los países ricos (hasta ahora los países industrializados que han ratificado el Protocolo suman el 44,2%, y Rusia sumaría otro 17,4%), la negativa estadounidense en la práctica significaba que era necesario que el Protocolo de Kioto fuese ratificado por la casi totalidad de los países industrializados (los del Anexo I) para que entrase en vigor. El Protocolo ya lo han ratificado 123 países, y en cuanto lo ratifique Rusia entrará en vigor.
El Protocolo de Kioto permite que los países industrializados puedan vender y comprar derechos de emisión, tomando como referencia el año base 1990. En 1990 aún existía la URSS, con unos consumos energéticos enormes y unas emisiones igualmente elevadas. La implosión posterior cambió radicalmente la situación, y Rusia, Ucrania y el resto de los países de la antigua URSS podrán vender "derechos de emisión" a otros países industrializados que superen los límites marcados por el Protocolo de Kioto. De hecho, Rusia esperaba vender esos "derechos de emisión" (el llamado "aire caliente") a Estados Unidos, pero la negativa de la Administración de Bush a ratificar el Protocolo de Kioto le dejó sin comprador, y el precio al que venderá su "aire caliente", sin EE UU, será muy inferior, por la simple razón de que habrá menos demanda de toneladas de CO2. Rusia tiene mucho que ganar con la ratificación (la venta del "aire caliente" a la Unión Europea y Japón) y poco que perder.
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